HARARE, Zimbabwe (CIMMYT) -Los pequeños agricultores de las zonas rurales de Zimbabwe han sembrado maíz durante años, tanto para consumo como para impulsar su economía.
Sin embargo, los agricultores zimbabwenses dependen predominantemente de la producción de maíz de temporal y eso hace que cada ciclo de cultivo sea una apuesta contra la naturaleza, ya que la lluvia, las plagas y las enfermedades representan un riesgo constante para dicho cultivo y para los medios de vida de los agricultores.
En un momento en que la mayoría de los pequeños agricultores trataban de recuperarse de la sequía causada por El Niño en el sur de África, la cual afectó a 40 millones de personas durante el ciclo de 2015-2016, según la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de las Naciones Unidas, no estaban preparados para la inesperada invasión del gusano cogollero que en 2016 ocasionó daños irreversibles a sus cultivos de maíz.
“La primera vez que lo notamos fue en diciembre de 2016”, refiere Elizabeth Chikono, pequeña agricultora de la Provincia Central de Mashonalandia, cuyo cultivo de maíz fue severamente infestado por el gusano cogollero. “Tratamos de controlarlo asperjando las plantas con diferentes plaguicidas, pero fue en vano. Yo esperaba cosechar 10 toneladas de maíz por hectárea, pero apenas obtuve tres”.
Desde entonces, el gusano cogollero ha causado daños considerables en más de 280,000 hectáreas de maíz en Malawi, Namibia, Sudáfrica, Zambia y Zimbabwe, y, según la FAO, si no se controla puede llegar a causar pérdidas del 70% o pérdidas totales en algunos casos. El grado de daños que se han observado en los campos probablemente afectará las cosechas de maíz de toda la región, lo cual, según las predicciones, ocasionará inseguridad alimentaria a más de 200 millones de personas cuya dieta se basa principalmente en el maíz, augura Chimimba Phiri, jefe de la oficina subrregional de la FAO en el sur de África.
Hasta ahora ha sido imposible erradicar esa plaga, que se sabe que migra y se reproduce rápidamente y cuyo ciclo vital completo puede variar entre 35 y 61 días. En julio, se formó un grupo de trabajo en Zimbabwe con el propósito de reunir a todos los interesados y buscar soluciones a los problemas que está causando la plaga en el país.
Cuarenta y cinco representantes de ministerios de gobiernos, organizaciones no gubernamentales, compañías semilleras y químicas del sector privado, donadores e instituciones académicas, recientemente, durante una junta, decidieron promover una respuesta a nivel nacional como parte del programa regional de manejo integral del gusano cogollero. El grupo recomendó reforzar las campañas de concientización, capacitar a los diferentes actores en la lucha contra el gusano cogollero, obtener recursos económicos, fortalecer la investigación y el desarrollo y la selección de germoplasma.
Las recomendaciones dieron como resultado una estrategia nueva para realizar evaluaciones a nivel nacional con el fin de determinar el impacto de la plaga en los rendimientos y cómo manejarla.
La FAO está trabajando también para equipar a los países del sur de África con herramientas para evaluar y entender mejor la amenaza del gusano cogollero en la región.
“El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) facilitará germoplasma y sus modernas plataformas fitotécnicas para generar variedades de maíz con resistencia al gusano cogollero”, indica Cosmos Magorokosho, representante del CIMMYT en Zimbabwe. El CIMMYT ha hecho esfuerzos similares en el pasado para combatir los efectos de la necrosis letal del maíz en África oriental.
Sin embargo, el mejoramiento de híbridos de maíz resistentes al gusano cogollero adaptados a África subsahariana es un proceso prolongado que requerirá realizar una selección intensiva de germoplasma junto con instituciones de los sectores público y privado.
Para reducir la cantidad de gusanos cogolleros y su impacto en la producción agrícola de Zimbabwe, se requiere un método de múltiples facetas que permita el rápido registro de químicos apropiados, así como estrategias para evitar la resistencia a los químicos, sistemas de vigilancia y alerta temprana, manejo agronómico y mejoramiento.
Shingirayi Nyamutukwa, jefe interino de protección vegetal del Departamento de Servicios de Investigación y Especialización de Zimbabwe, dijo que su gobierno ya comenzó a capacitar a extensionistas en la selección y manejo apropiado de químicos, y a concientizar a su personal y a los pequeños agricultores. También se realizaron experimentos para identificar los mejores métodos de control del gusano cogollero. Nyamutukwa dijo que las 10 provincias de Zimbabwe han sido afectadas por el gusano. Agregó que no se ha encontrado un solo método o producto que lo erradique totalmente.
El mejoramiento de híbridos de maíz resistentes al gusano cogollero adaptados a África subsahariana es una buena opción, pero requiere llevar a cabo una selección intensiva de germoplasma junto con instituciones de los sectores público y privado. Brasil, por ejemplo, invierte alrededor de 600 millones de dólares anuales para controlar esa plaga.