MACHAKOS, Kenia (CIMMYT) – El calor abrasador no impide que Mary Munini, una pequeña agricultora de mediana edad en Vyulya, condado de Machakos, inspeccione su cultivo de maíz afectado. Rastros de preocupación nublan su rostro. “No cosecharé nada esta temporada”, dice visiblemente abatida.
Al igual que muchos otros pequeños agricultores que se extienden a través de los condados de Machakos, Makueni y Kitui, los cuales se encuentran bajo estrés hídrico, en la región oriental más baja de Kenia, Munini está observando una pérdida masiva de cultivos. Los períodos secos prolongados han amenazado durante años la seguridad alimentaria y los medios de vida de muchas familias rurales de la región que dependen totalmente de la lluvia para su producción agrícola. Aquí, la mayoría de los pequeños agricultores suelen plantar semillas de maíz almacenadas en granjas, que carecen de los atributos para tolerar sequías severas, calor extremo o estrés hídrico. Bajo tales condiciones, los agricultores difícilmente pueden cosechar cualquier maíz.
“Al comienzo de la siembra tuvimos un poco de lluvia, pero desde entonces, no hemos tenido más. Como puede ver, mi maíz no pudo soportar el período prolongado de sequía”, dice Munini. Como ella, más del 80 % de los kenianos dependen del maíz como su principal alimento básico para satisfacer sus necesidades dietéticas, especialmente en las zonas rurales.
En una granja vecina, la situación es diferente. El propietario, Gitau Gichuru, sembró el híbrido SAWA, una variedad mejorada de semillas de maíz diseñada para soportar las condiciones de sequía. Esta variedad fue desarrollada por científicos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y promovida para agricultores de Kenia por Dryland Seed, una compañía local de semillas. Esta iniciativa para mejorar la resiliencia climática de los agricultores de maíz en la región fue posible gracias al apoyo de la Fundación Bill & Melinda Gates en el marco del proyecto de Maíz Tolerante al Estrés para África (STMA por sus siglas en inglés). De acuerdo con el gerente de Dryland Seed, Ngila Kimotho, el híbrido SAWA puede generar, con las prácticas agronómicas adecuadas, una ventaja de rendimiento de hasta el 20 % en comparación con otros híbridos populares tolerantes a la sequía.
“Esta variedad se ha vuelto tan popular en esta región que hemos decidido convertirla en nuestra marca principal. Hay ocasiones en que la demanda es tan alta que nos quedamos sin existencias”, dice Kimotho.
Cosechando beneficios
La compañía distribuye semillas mejoradas a través de una red de alrededor de 100 distribuidores agrícolas en Kenia. Una de las formas más efectivas de promover híbridos tolerantes a la sequía, como SAWA, es en las parcelas de demostración administradas por agricultores líderes, quienes pueden mostrar a sus pares el desempeño del híbrido según las prácticas agronómicas recomendadas. La mayoría de las parcelas de demostración están ubicadas junto a la carretera para que los usuarios tengan una mejor visibilidad del producto, y son frecuentemente quienes se detienen y preguntan sobre el cultivo de maíz que se ve saludable. Los días de campo también han tenido el efecto positivo de crear conciencia y lograr que los agricultores adopten el híbrido SAWA y otras variedades de semillas mejoradas. Los agricultores que asisten a las jornadas de campo generalmente reciben pequeños paquetes de semillas como muestras para probar en sus fincas.
Gichuru, quien plantó la semilla de maíz híbrido SAWA por primera vez la temporada pasada, está contento con los resultados. “Decidí probarlo en una porción de la tierra que es arenosa. Hemos tenido poca lluvia, dos veces más o menos, una al momento de la siembra y otra durante el estado vegetativo. Siendo honesto, no esperaba que la cosecha se convirtiera en nada. Pero, como pueden ver, estoy esperando una buena cosecha”, dice Gichuru.
Doris Muia, madre de tres hijos que ha plantado el híbrido durante dos años en su granja, está feliz con el resultado. Menciona que a su hogar nunca le faltarán alimentos y espera obtener ingresos adicionales por la venta de los excedentes de maíz.
“Cuando vemos cómo las variedades que hemos desarrollado, como el híbrido SAWA, están poniendo sonrisas en los rostros de los agricultores, nos hace muy felices”, expresa Stephen Mugo, Representante Regional del CIMMYT para África.
Sin embargo, para algunos agricultores es difícil reunir el dinero para comprar variedades mejoradas de semillas. El poco ingreso que Munini obtiene de su pequeña tienda se destina a apoyar la educación de sus hijos y a menudo no le queda nada para comprar variedades mejoradas de semillas híbridas, a pesar de estar al tanto de las ventajas. En otros casos, algunos agricultores compran pequeñas porciones de la variedad de maíz mejorada y la mezclan con semillas almacenadas en granja o semillas de baja calidad provenientes de fuentes informales.
“La expectativa es que, si una variedad sucumbe a la sequía o al calor severo, la siguiente variedad puede sobrevivir. Sin embargo, con prácticas agrícolas adecuadas, los híbridos como SAWA pueden hacer frente al estrés climático, mejorando así los medios de vida de los pequeños agricultores y la seguridad alimentaria”, concluye Mugo.
El proyecto Maíz Tolerante al Estrés para África (STMA por sus siglas en inglés) busca desarrollar cultivares de maíz con tolerancia y resistencia a estreses múltiples para los agricultores, y apoyar a las compañías locales de semillas para que produzcan semillas de estos cultivares a gran escala. El proyecto STMA pretende desarrollar una nueva generación de más de 70 variedades mejoradas de maíz tolerantes al estrés, y facilitar la producción y el uso de más de 54 000 toneladas métricas de semillas certificadas.
El proyecto STMA está financiado por la Fundación Bill & Melinda Gates y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés).