Escuche aquí el podcast de una entrevista a Biswanath Das, mejorador de maíz del CIMMYT, en la que habla de la importancia de adaptar el mejoramiento y los sistemas de semilla de maíz a los cambios del clima.
EL BATÁN, México (CIMMYT)—El mejoramiento y los sistemas de semilla deben adaptarse para que puedan sobrevivir a las variaciones del clima que se pronostican, si queremos evitar que haya grandes pérdidas en el rendimiento del maíz, indica un nuevo informe.
Las herramientas que predicen la respuesta de los cultivos a diferentes condiciones climáticas y ambientales, junto con el modelado del rendimiento, han permitido a los científicos predecir las variaciones del clima y elaborar un plan a futuro para enfrentarlas.
“Responder mejor a las variaciones del clima aumentando la eficiencia del ciclo de mejoramiento y reduciendo la cantidad de tiempo que se necesita para llevar maíz mejorado a los agricultores es esencial para garantizar la seguridad alimentaria en el futuro”, explica Biswanath Das, mejorador de maíz del CIMMYT y co-autor del informe.
Las proyecciones para África muestran que los aumentos de temperatura a causa del cambio climático tendrán impactos negativos en los rendimientos en finca a medida que el calor y la sequía acorten el ciclo de producción, es decir, el período de tiempo entre la siembra y la cosecha, señala Das.
Se prevé que los ciclos de cultivo serán más cortos y más cálidos en los próximos 15 años, lo cual significa que será difícil que las variedades de maíz que se están generando ahora puedan adaptarse a esos cambios, sobre todo porque los ciclos actuales de mejoramiento y comercialización de maíz mejorado en África tardan varias décadas.
El informe publicado en Nature Climate Change, coordinado por Andy Challinor de la Universidad de Leeds en colaboración con el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) y el CIMMYT, es un llamado a acelerar los procesos de mejoramiento, distribución y adopción. Los autores sugieren que todas las etapas se podrían acelerar utilizando varias técnicas, lo cual requeriría hacer una planeación minuciosa y coordinarse con numerosos actores y grupos de interés.
“El aumento de temperatura que ya se manifiesta hoy en día reducirá los rendimientos, a menos de que el mejoramiento y los sistemas de semilla de maíz se adapten de inmediato”, advierte Das. “Se necesita una mayor colaboración entre los diferentes institutos fitotécnicos y colaboraciones público-privadas para poder intercambiar información, tecnologías y germoplasma, y poner el mejor germoplasma y la mejor tecnología a disposición del mayor número de científicos posible.”
“Los sistemas de semilla podrían trabajar con los reguladores para reducir la cantidad de tiempo que se necesita para que las variedades lleguen a manos de los agricultores y crear nuevas formas de producir semilla de manera más económica y eficiente, y, al mismo tiempo, mantener la calidad.”
Los sistemas de semilla del sector público tendrán que seguir trabajando con el sector privado para ayudar a que los últimos avances genéticos lleguen a manos de los agricultores en el menor tiempo posible, agrega Das.
El CIMMYT ha realizado otras actividades en esta área. Mediante el proyecto Maíz Tolerante a la Sequía para África (DTMA) se creó una amplia red de fenotipeado y un programa de mejoramiento para generar nuevas variedades de maíz tolerantes al calor y a la sequía. En colaboración con más de 100 compañías semilleras nacionales, tan solo en 2014, el proyecto sustentó la producción de 54,000 toneladas de maíz tolerante a sequía que beneficiaron a cerca de 5.4 millones de familias campesinas —o 43 millones de personas— en 13 países africanos.
En 2015, dando continuidad al exitoso proyecto DTMA, se puso en marcha un proyecto nuevo cuyo objetivo es que más pequeños agricultores consigan variedades mejoradas a precio accesible mediante la red de compañías semilleras nacionales.
A pesar de los considerables esfuerzos que se están haciendo para adaptar el cultivo del maíz a las fluctuaciones del clima, Das advierte que los esfuerzos deben ser sostenidos e impulsados a mayor escala para que los programas de mejoramiento generen variedades adaptadas al clima en el futuro.
Este estudio fue patrocinado por el Programa Cambio Climático (CCAFS) y el CRP MAÍZ del CGIAR.
La investigación se llevó a cabo con recursos del Fondo de Donadores del CGIAR, Donadores del CRP MAÍZ y mediante acuerdos bilaterales de financiamiento. Las organizaciones que aportaron recursos fueron las siguientes: Centro Australiano de Investigación Agrícola Internacional; Departamento Irlandés de Asuntos Exteriores y Comerciales; Ministerio de Asuntos Exteriores de los Países Bajos; Ministerio de Relaciones y Comercio Exteriores de Nueva Zelanda; Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación; Tailandia; Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido; la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional y la Unión Europea. El Programa se lleva a cabo con asistencia técnica del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola.
El proyecto DTMA fue financiado por la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional y la Fundación Bill & Melinda Gates.
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El aumento de temperatura que ya se registra reducirá los rendimientos a menos que el mejoramiento y los sistemas de semilla e maíz se adapten de inmediato.
1. J. Challinor1,2, A.-K Koehler1, J. Ramirez-Villegas1,2, S. Whitfield3 and B. Das4
http://dx.doi.org/10.1038/nclimate3061