Del 30 de enero al 3 de febrero, integrantes del Proyecto 10 del CIMMYT “Agricultura de conservación en los sistemas de producción de maíz y trigo” sostuvieron su reunión anual de revisión y planificación de actividades en Harare, Zimbabwe. “El trabajo que revisamos fomenta la sólida tradición del CIMMYT de ayudar a que sus colaboradores ensayen y promuevan con los agricultorees diversas prácticas agronómicas que conservan los recursos; y de apoyar esos proyectos con investigación pertinente”, señala John Dixon, Director de la Unidad de Focalización y Evaluación de Impactos, quien presidió las juntas. Entre los investigadores que reportaron logros, retos y planes estaban Pat Wall, quien, con la asistencia de Christian Thierfelder, está al frente de los proyectos del Centro sobre agricultura de conservación en el sur de África; Paul Mapfumo y Mulugetta Mekuria, que trabajan con los colaboradores por medio del Consorcio para la Fertilidad del Suelo en el sur de África (SOFECSA); Olaf Erenstein, que coordinó las encuestas para evaluar la adopción y los impactos de la labranza cero y otras práctica agronómicas que ahorran recursos en el sur de Asia; Mirjam Pulleman, que dio a conocer los resultados de sus actividades y las de Bram Govaerts y Ken Sayre sobre el análisis de los ensayos de agricultura de conservación a largo plazo en El Batán y Ciudad Obregón; y Stephen Waddington, agrónomo de maíz por muchos años en el sur de África y que ahora está a cargo de la oficina en Bangladesh. Asimismo, los participantes, en compañía de colegas de servicios de extensión y de ONG, visitaron campos de agricultores que están ensayando las prácticas de conservación en varios poblados del centro y sur de Zimbabue. Los agostados y arenosos suelos de la región, lo mismo que los sistemas agropecuarios, son algunos de los más grandes desafíos para la conservación de residuos de cultivos anteriores que protejan y nutran el suelo, parte del trabajo de extensión que comenzó hace unos cuantos años—muy poco tiempo para un proyecto de este tipo. Sin embargo, se nota que hay interés de parte de los agricultores, sobre todo en Malawi, donde ya han comenzado a adoptarse las prácticas.