El Director General del CIMMYT Martin Kropff habló del tema de «El trigo y el papel del género en el mundo en desarrollo» antes de la ceremonia de premiación de Women in Triticum durante el Taller de la Iniciativa Borlaug para Combatir la Roya, celebrado en Sydney, Australia, el 19 de septiembre.
Si en realidad queremos lograr nuestra meta de mejorar la vida de los productores y los consumidores del mundo en desarrollo, tenemos que basar nuestras intervenciones en la mejor información disponible. Si actuamos basándonos únicamente en nuestras suposiciones, quizá no seamos tan eficaces como podríamos serlo o, peor aun, podríamos causar daño con nuestras acciones.
Un ejemplo es la percepción común de que las mujeres no participan en los importantes sistemas de producción de trigo del norte de África y el sur de Asia. Al reconocer y hacer a un lado estos mitos, estamos empezando a adquirir un mayor entendimiento de cómo la agricultura funciona como práctica social.
Actualmente, existen solo unos cuantos estudios publicados que examinan en detalle el papel de las mujeres en los sistemas de producción de trigo. Estos estudios revelan que, en algunos casos, los hombres son los responsables de preparar la tierra y de sembrar, las mujeres de las actividades de desyerbe y postcosecha, y que comparten las tareas de la cosecha y el transporte. Entre los diferentes distritos de la India, se notan enormes diferencias en la cantidad de tiempo que las mujeres dedican a la producción de trigo. Esto demuestra que un estudio cuidadoso de las complejidades del género y el trabajo agrícola nos podría aportar importantes lecciones al intervenir en una situación en particular.
Tampoco debemos suponer que, solo porque las mujeres no tienen mucha participación en la agricultura en un contexto particular, no pueden beneficiarse de recibir más información. En una encuesta realizada por la investigadora del CIMMYT Surabhi Mittal en localidades rurales de la India, se encontró que las mujeres hacían tanto uso de un servicio local de telefonía móvil de asesoría agrícola como los hombres, y que este conocimiento las ayudaba a participar más en la toma decisiones relacionadas con las labores del campo.
El género no tiene que ver solo con las mujeres
Aunque es importante incluir a las mujeres en la planeación e implementación de un proyecto y la recolección de datos, es importante no caer en la trampa de pensar que los enfoques de género están dirigidos solo a las mujeres.
Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud estima que la deficiencia de micronutrientes afecta a por lo menos dos mil millones de personas en todo el mundo, y que causa problemas de salud y problemas de desarrollo en los jóvenes. Los efectos de la deficiencia de micronutrientes se presentan desde la gestación, y son más graves desde esa etapa y durante los dos primeros años de vida. Por tanto, sería lógico que las mujeres en edad de tener hijos, o que ya los tienen, tuvieran acceso a variedades de cultivos básicos que han sido biofortificadas con un alto contenido de importantes micronutrientes como zinc, hierro y vitamina A.
Sin embargo, si hacemos esto, corremos el riesgo de pasar por alto el proceso en el que se toma la decisión de cambiar el cultivo que se siembra o los alimentos que se consumen. Tanto hombres como mujeres participan en esa decisión y cualquier intervención debe, por tanto, tener en cuenta la influencia de las normas y las relaciones de género, que afectan tanto a hombres como mujeres.
El camino a seguir
Para seguir adelante, cada componente de la estrategia del CIMMYT en cuanto a la investigación en los sistemas de producción de trigo tiene también una dimensión de género, ya sea enfocada en mejorar la información, responder al hecho de que tanto hombres como mujeres son usuarios finales o beneficiarios de las nuevas variedades y otras tecnologías, o en asegurar que el género sea considerado como parte de las iniciativas de formación de capacidades.
Actualmente, 20 de nuestros proyectos más importantes están integrando de manera activa el género en sus actividades, ayudando con esto a que las mujeres sean incluidas en las intervenciones agrícolas y compartan los beneficios que éstas generan, y proporcionándoles de manera constante datos para mejoras futuras.
También hemos tenido mucho éxito en nuestro trabajo con grupos marginados. Por ejemplo, el proyecto Hill Maize Research (investigación sobre maíz en laderas) en Nepal, financiado por la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (SDC) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), ha centrado sus actividades en ayudar a la población que padece inseguridad alimentaria y discriminación a causa de su género o grupo social. Al ayudarlos a producir variedades mejoradas de maíz en grupos comunitarios, el proyecto no solo logró aumentar significativamente los ingresos de los productores, sino que también éstos mejoraron la confianza en sí mismos y su reconocimiento en la sociedad.
Los científicos del CIMMYT están entre los líderes del esfuerzo a nivel global dirigido a incorporar el género en la investigación agrícola junto con otros organismos internacionales dedicados a la investigación. Actualmente se lleva a cabo un estudio de campo sobre normas de género, agencia e innovación agrícola, conocido como GENNOVATE, en 125 comunidades agrícolas de 26 países. La enorme base de información que se generará ayudará a impulsar la transformación necesaria en cómo incluir el género en la investigación agrícola para el desarrollo.
Para obtener más información:
El principal objetivo de la Iniciativa Mundial Borlaug para Combatir la Roya, presidida por Jeanie Borlaug Laube, consiste en reducir de manera sistemática la vulnerabilidad de la producción mundial de trigo a las royas amarilla, del tallo y de la hoja, y promover/facilitar la evolución de un sistema internacional sustentable para contener la propagación de la roya y continuar con las mejoras a la productividad que sean necesarias para hacer frente a otros problemas que en el futuro pudieran afectar la producción mundial de trigo. Esta red internacional de científicos, mejoradores y programas nacionales de mejoramiento de trigo se formó en 2005, a petición de Norman Borlaug, para combatir la cepa Ug99. El proyecto de Resistencia Durable del Trigo a la Roya (DRRW) de la Universidad de Cornell funge como la secretaría de BGRI. DRRW, CIMMYT, el Centro Internacional de Investigación Agrícola en Zonas Áridas (ICARDA) y la FAO ayudaron a establecer BGRI hace una década. La iniciativa es patrocinada por el Departamento del Reino Unido para el Desarrollo Internacional (DFID) y la Fundación Bill & Melinda Gates. Para mayor información,visite el sitio web www.globalrust.org.
El CIMMYT es el centro líder a nivel mundial en la investigación y desarrollo de sistemas de producción de maíz y trigo. Trabaja con cientos de colaboradores en el mundo en desarrollo para incrementar de manera sustentable la productividad de los sistemas de cultivo de maíz y trigo y mejorar la seguridad alimentaria global y las condiciones de vida de los habitantes de los países en desarrollo. El CIMMYT es uno de los 15 miembros del Consorcio del CGIAR y coordina los Programas MAÍZ y TRIGO del Consorcio. Para sus actividades, el CIMMYT recibe fondos de gobiernos nacionales, fundaciones, bancos de desarrollo y otras instituciones de los sectores público y privado
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