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Publicaciones recientes: ¿La estructura del área de producción importa?

Las distribuciones de tierras de cultivo están evolucionando de forma rápida en muchas partes del África subsahariana, como lo muestran los datos de las Encuestas Integradas en Agricultura en el Estudio de Medición de los Estándares de Vida de Tanzania (LSMS-ISA) del Banco Mundial. Entre los años 2009 y 2013, los cultivos de menos de 5 hectáreas han aumentado en cifras absolutas – de 5.4 a 6.1 millones – a medida que las áreas de producción pequeñas se fragmentan cada vez más debido a los patrones demográficos y de herencia. Sin embargo, los cultivos de más de 5 hectáreas también crecieron en número al igual que el porcentaje en paisaje en términos de superficie terrestre. Durante el período, el porcentaje del total de áreas de producción de menos de 5 hectáreas disminuyó del 62 % al 56 %, mientras que el porcentaje en áreas de 10 o más hectáreas creció un 6 %. Entonces, ¿Cuáles son las implicaciones por las cuales se generan cambios tan rápidos en la estructura del área de producción y la concentración de la tierra en cultivos más grandes?

El economista espacial del CIMMYT, Jordan Chamberlin, utiliza los datos de las encuestas en formas innovadoras para revelar cómo los patrones de acceso a la tierra y las distribuciones de tamaño del cultivo influyen en los medios de vida de los agricultores. Chamberlin está investigando si los cultivos a pequeña y mediana escala generan beneficios para los pequeños agricultores cercanos. En un estudio de caso en Tanzania, Chamberlin y su colega T.S. Jayne estimaron cómo los ingresos rurales se ven afectados por las medidas de concentración de la tierra, tal como el coeficiente de Gini, después de controlar otros factores domésticos y geográficos, incluido el acceso a los mercados, la densidad de la población y las precipitaciones.

Lushoto, Tanzania. Photo: Rod Waddington
Lushoto, Tanzania. (Foto: Rod Waddington)

Otro hallazgo importante fue la falta de evidencia de impactos positivos en la concentración de las tierras de cultivo, cuando dicha concentración fue medida como la proporción de tierra en cultivos de 10 o más hectáreas. La explicación intuitiva de este resultado es que cuanto más grande es el área de producción, menos probable es que genere beneficios para los pequeños agricultores del entorno. Esto puede ser debido a que los cultivos a mediana escala, en relación con empresas agrícolas comerciales más grandes, son más propensos a emplear mano de obra de los hogares de los alrededores y también pueden proporcionar servicios como la tracción mecanizada.

Se necesita más investigación para identificar estos mecanismos de efectos indirectos y para comprender las condiciones en las que las áreas de producción más grandes generan impactos positivos para los pequeños agricultores aledaños. A medida que el paisaje de las tierras de cultivo en el África subsahariana evoluciona de manera rápida, comprender estos mecanismos podría ser fundamental para impulsar un desarrollo rural más inclusivo. Dicha investigación podría ayudar a agregar matices al debate actual en política agrícola y territorial sobre si la expansión de facto de las áreas de producción medianas y grandes es un beneficio o una amenaza para la mayoría de los pequeños agricultores dentro de los sistemas agroalimentarios de la región.

Jordan Chamberlin presentó los resultados de este estudio en un webinario organizado por el Programa de Investigación de Políticas, Instituciones y Mercados de CGIAR el día 6 de noviembre de 2018.

Estudio original:

Does Farm Structure Matter? The Effects of Farmland Distribution Patterns on Rural Households Incomes in Tanzania in Feed the Future Innovation Lab for Food Security Policy Research Paper 77. East Lansing: Michigan State University.

Esta investigación se llevó a cabo en colaboración con T.S. Jayne y la Universidad Estatal de Michigan, con el apoyo del Laboratorio de Innovación Feed the Future para la Política de Seguridad Alimentaria de la USAID, la iniciativa patrocinada por la Fundación Bill & Melinda Gates en Inversiones Guiadas en Intensificación Agrícola Sostenible en África (GISAIAA) y el Programa de Investigación del CGIAR sobre Políticas, Instituciones y Mercados (PIM).

Otras publicaciones recientes de investigadores del CIMMYT:

  1. BGGE: a new package for genomic-enabled prediction incorporating genotype × environment interaction models. (en inglés) Granato, I., Cuevas, J., Luna-Vazquez, F.J., Crossa, J., Montesinos-Lopez, O.A., Burgueño, J., Fritsche-Neto, R. En: G3: Genes, Genomes, Genetics v. 8, no. 9, p. 3039-3047.
  2. Carotenoid and tocochromanol profiles during kernel tevelopment make consumption of biofortified “fresh” maize an option to improve micronutrient nutrition. (en inglés) Cabrera-Soto, L., Pixley, K.V., Rosales-Nolasco, A., Galicia-Flores, L.A., Palacios-Rojas, N. En: Journal of Agricultural and Food Chemistry v. 66, no. 36, p. 9391–9398.
  3. Correction to: mapping adult plant stem rust resistance in barley accessions Hietpas-5 and GAW-79. (en inglés) Case, A.J., Bhavani, S., Macharia, G., Pretorius, Z.A., Coetzee, V., Kloppers, F.J., Tyagi, P., Brown-Guedira, G., Steffenson, B.J. En: Theoretical and Applied Genetics v.131, no. 10, p. 2267–2267.
  4. Registration of spring wheat germplasm ND 735 combining tan spot, Leaf, and stem rusts. (en inglés) Mergoum, M., Frohberg, R.C., Ali, S., Singh, P.K., Rasmussen, J.B., Miller, J.D. En: Crop Science v. 46, no. 2, p. 1003-1004.