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Productores etíopes opinan que la agricultura de conservación es viable: proyecto piloto de CASFESA

 

Moti Jaleta habla de la experiencia que han tenido con el proyecto CASFESA. Foto: Seifu Mahifere/CIMMYT
Moti Jaleta habla de la experiencia que han tenido con el proyecto CASFESA.
Foto: Seifu Mahifere/CIMMYT

Al término del proyecto piloto Agricultura de Conservación y Agricultores de Pequeña Escala en África Oriental y África Austral (CASFESA) del CIMMYT, los agricultores que participaron en las demostraciones en campo opinan que, de acuerdo con los resultados de ensayos en sitio, las prácticas de la agricultura de conservación (AC) son una opción viable para aumentar la productividad de sus cultivos y mejorar sus condiciones de vida, y que tienen que difundirse por todo el país.

Los productores comentaron esto durante el taller realizado el 23 de febrero, que se organizó con el propósito de hacer un balance de los resultados del CASFESA tres años después de su implementación en los distritos de Achefer y Jebitehnan, en la región de Amhara, al norte de Etiopía. El proyecto empezó en junio de 2012 y llega a su fin en marzo de 2015. CASFESA, que fue patrocinado por la Unión Europea, por conducto del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (IFAD), se trazó como objetivo aumentar la seguridad alimentaria y los ingresos de los agricultores de bajos recursos por medio de la intensificación sustentable de diferentes cereales.

Ante representantes del gobierno y organizaciones no gubernamentales que trabajan en la región, muy entusiasmados, los agricultores dijeron que las prácticas de la AC les habían generado utilidades, a ellos y a su familia, y que, gracias a esto, habían podido salir adelante. Muchos de ellos reportaron aumentos de seis o más toneladas de maíz por hectárea en las parcelas con AC —tres toneladas más que el rendimiento promedio que logran con métodos convencionales de labranza— y ahorros en tracción animal y mano de obra, entre otros beneficios.

El clérigo Enkuhanhone Alayu dijo que las tecnologías de la AC son redituables: “Solo aquellos que son lo suficientemente fuertes y desean aprender algo nuevo obtendrán los beneficios de las novedosas prácticas”. Foto: Seifu Mahifere.
El clérigo Enkuhanhone Alayu dijo que las tecnologías de la AC son redituables: “Solo aquellos que son lo suficientemente fuertes y desean aprender algo nuevo obtendrán los beneficios de las novedosas prácticas”.
Foto: Seifu Mahifere.

Uno de estos agricultores-investigadores, el clérigo Enkuhanhone Alayu, dijo que al principio la gente se burlaba de él, hace tres años, cuando se ofreció como voluntario para ensayar las prácticas de la AC en su pequeña parcela. Se reían de él porque “pensaba que podía cultivar sin arar la tierra” —refiriéndose a la labranza mínima, que es una de las principales prácticas de la AC. “Sin embargo, cuando vieron que podía sembrar más maíz por
unidad de tierra, se sorprendieron”, dijo Alayu. “Aquellos que me llamaron tonto empezaron a buscarme, incluso de noche, para que les dijera qué tenían que hacer para usar las prácticas de la AC y obtener sus beneficios”.

foto de grupoMoti Jaleta, economista agrícola del CIMMYT y coordinador de CASFESA, dijo que gracias al proyecto pudieron demostrar que las tecnologías de la AC son económicamente viables y que vale la pena buscar la manera de difundirlas a mayor escala y de manera sostenible. Agradeció de especial manera a los agricultores que cedieron parte de sus terrenos para sembrar parcelas de demostración con las prácticas de la AC. “Su esfuerzo y dedicación han rendido fruto”, señaló, y añadió que el hecho de que el proyecto llegue a su fin no significa que CASFESA desaparecerá de la noche a la mañana, porque todavía están haciendo monitoreo, evaluación y otras tareas. Haga clic aquí para leer más sobre CASFESA.

 

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Productores etíopes opinan que la agricultura de conservación es viable: Proyecto piloto de CASFESA

A farmer speaks: ‘farmer-researcher’, clergyman Enkuhanhone Alayu, said people laughed at him for expecting to cultivate crops without plowing. Now they call him even at night seeking advice.
El clérigo Enkuhanhone Alayu dijo que las tecnologías de la AC son redituables: “Solo aquellos que son lo suficientemente fuertes y desean aprender algo nuevo obtendrán los beneficios de las novedosas prácticas”. Foto: Seifu Mahifere.

Seifu Mahifere y Moti Jaleta

Al término del proyecto piloto Agricultura de Conservación y Agricultores de Pequeña Escala en África Oriental y África Austral (CASFESA) del CIMMYT, los agricultores que participaron en las demostraciones en campo opinan que, de acuerdo con los resultados de ensayos en sitio, las prácticas de la agricultura de conservación (AC) son una opción viable para aumentar la productividad de sus cultivos y mejorar sus condiciones de vida, y que tienen que difundirse por todo el país.

Los productores comentaron esto durante el taller realizado el 23 de febrero, que se organizó con el propósito de hacer un balance de los resultados del CASFESA tres años después de su implementación en los distritos de Achefer y Jebitehnan, en la región de Amhara, al norte de Etiopía. El proyecto empezó en junio de 2012 y llega a su fin en marzo de 2015. Los objetivos de CASFESA, que fue patrocinado por la Unión Europea, por conducto del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (IFAD), incluían aumentar la seguridad alimentaria y los ingresos de los agricultores de bajos recursos por medio de la intensificación sustentable de diferentes cereales.

Ante representantes del gobierno y organizaciones no gubernamentales que trabajan en la región, muy entusiasmados, los agricultores dijeron que las prácticas de la AC les habían generado utilidades, a ellos y a su familia, y que, gracias a esto, habían podido salir adelante. Muchos de ellos reportaron aumentos de seis o más toneladas de maíz por hectárea en las parcelas con AC, más que cuando utilizan métodos convencionales de labranza, y ahorros en uso de tracción animal, mano de obra y otros beneficios.

Uno de estos agricultores-investigadores, el clérigo Enkuhanhone Alayu, dijo que al principio la gente se burlaba de él, hace tres años, cuando se ofreció como voluntario para ensayar las prácticas de la AC en su pequeña parcela. Se reían de él porque “pensaba que podía cultivar sin arar la tierra” —refiriéndose a la labranza mínima, una de las principales prácticas de la AC. “Sin embargo, cuando vieron que podía sembrar más maíz por unidad de tierra, se sorprendieron”, dijo Alayu. “Aquellos que me llamaron tonto empezaron a buscarme, incluso de noche, para que les dijera qué hacer para sembrar con las prácticas de la AC y obtener sus beneficios”.

Moti Jaleta, economista agrícola del CIMMYT y coordinador de CASFESA, dijo que gracias al proyecto demostraron que las tecnologías de la AC son económicamente viables y que vale la pena buscar la manera de difundirlas a mayor escala y de manera sostenible. Agradeció de especial manera a los agricultores que cedieron parte de sus terrenos para sembrar parcelas de demostración con las prácticas de la AC. “Su esfuerzo y dedicación han rendido fruto”, señaló, y añadió que el hecho de que el proyecto llegue a su fin no significa que CASFESA desaparecerá de la noche a la mañana, porque hay todavía actividades de monitoreo, evaluación y otras en curso. Haga clic aquí para leer más sobre CASFESA.