Expertos discuten la investigación agrícola y la seguridad alimentaria en el Diálogo Borlaug 2018
DES MOINES (Iowa) — Cientos de líderes en alimentación y agricultura de todo el mundo se reunieron la semana pasada en Iowa, EE. UU., para la edición 2018 del Diálogo Borlaug. Gran parte de la conversación de este año se centró en cómo “llevar la ciencia al agricultor”, como dijo Norman Borlaug. Los expertos discutieron cómo construir sistemas de semillas sostenibles, con una sólida base científica, para que las variedades mejoradas lleguen a los pequeños agricultores.
Louise Sperling, asesora técnica sénior de Catholic Relief Services, presentó un estudio sobre las fuentes de semillas para los pequeños agricultores en África. Explicó que el 52.2 % de los hogares recibe variedades nuevas, pero solo el 2.8 % de la semilla proviene de los distribuidores agrarios. La fuente más grande es la de los mercados locales y las reservas particulares, es decir los llamados canales informales.
La calidad y la variedad de la semilla debe ser el foco de atención, enfatizó Jean Claude Rubyogo, especialista en sistemas de semillas en el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT). En su opinión, necesitamos integrar los canales de distribución de semillas formales e informales, utilizando las ventajas competitivas de cada uno.
“Cuando tomamos una semilla buena, nos ocupamos de todo el suelo africano”, dijo Ruth Oniang’o, presidenta de la Fundación Sasakawa de África. Oniang’o explicó que el acceso a medios de financiación es un obstáculo importante para que los pequeños agricultores tengan acceso a mejores semillas y otras innovaciones. Desde su punto de vista, los productos financieros actuales son inadecuados. “¿Por qué deberíamos hacer que un agricultor pague tasas de interés del 20 % en un préstamo pequeño?”
B.J. Marttin, miembro del consejo de administración de Rabobank Group, recomendó a las instituciones financieras asociarse con los agricultores en cada etapa, desde la producción hasta la venta, para que comprendan mejor el riesgo y la cadena de valor completa. Simon Winter, director ejecutivo de la Fundación Syngenta para la Agricultura Sostenible, capturó los puntos principales de la sesión sobre financiamiento para empresarios agrícolas. “Tenemos que poner al agricultor en el centro. El agricultor es el cliente final “, dijo Winter. “Si no estamos atendiendo las necesidades de los agricultores, realmente no estamos resolviendo los problemas”.
Investigación para alimentar al mundo
El Informe de Productividad Agrícola Global (GAP) de 2018, presentado en el Diálogo Borlaug, muestra la brecha creciente entre las necesidades futuras de suministro de alimentos y la producción agrícola, especialmente en los países de bajos ingresos. Según el informe, para satisfacer las necesidades alimentarias de casi 10 mil millones de personas proyectadas en 2050, la productividad agrícola global debe aumentar de manera anual en un 1.75 % pero sólo ha aumentado un 1.51 % desde 2010.
Una sesión plenaria dirigida por el CGIAR exploró el papel de la investigación para enfrentar este y otros desafíos complejos. “Tenemos que hablar sobre investigación en alimentos y agricultura”, dijo el ex Secretario de Agricultura de los Estados Unidos, Dan Glickman. La gente necesita comprender que la investigación no es un conocimiento académico abstracto, sino una innovación útil que va “del campo a la mesa y de la mesa al estómago”, explicó.
“La innovación, sin importar en dónde se encuentre en el mundo, es clave para avanzar”, dijo Patience Koku, una agricultora de Nigeria que forma parte de la Red Global de Agricultores. “No creo que los agricultores en África o en Nigeria necesiten de mucha persuasión” para adoptar la innovación, anotó Koku. Si alguien puede explicar lo que una nueva tecnología puede hacer, “los agricultores ven que la ciencia puede mejorar su vida y la aceptan”.
Respondiendo al desafío
La investigación agrícola también es crucial para enfrentar amenazas globales como plagas, conflictos y el cambio climático.
En dos sesiones separadas, organizadas por Corteva Agriscience y el CIMMYT, se compartieron los últimos enfoques en la lucha contra el gusano cogollero y otras plagas y enfermedades. El Director General del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), Martin Kropff, explicó cómo las organizaciones están trabajando en conjunto para responder a la propagación rápida del gusano cogollero en África y Asia. “Tenemos que resolver el problema apoyándonos en la ciencia y después desarrollar, validar e implantar enfoques de manejo integrado de plagas”, dijo Kropff.
Como parte del programa de divulgación del Premio Mundial de la Alimentación, Bram Govaerts, Director Global de Innovación Estratégica del CIMMYT, dio una conferencia a los estudiantes de la Escuela Secundaria Brody acerca de la importancia de la agricultura y la alimentación. “Cuando las personas no pueden cultivar o pagar por alimentos para alimentar a sus familias, la desesperación se convierte en conflicto”.
En un evento paralelo, la unidad de estudios de The Economist (EIU por sus siglas en inglés) presentó el Índice Global de Seguridad Alimentaria 2018, que clasifica los sistemas alimentarios en 113 países según su asequibilidad, disponibilidad, calidad y seguridad. El consultor sénior Robert Powell explicó que el índice incluye un factor de ajuste basado en los riesgos de recursos naturales de cada país y la resistencia a los impactos de un clima cambiante. “Todos los países experimentarán el impacto del cambio climático”, dijo Powell.
Los efectos perjudiciales del cambio climático fueron evidentes para los ganadores del Premio Mundial de la Alimentación 2018, David Nabarro y Lawrence Haddad, quienes han liderado esfuerzos mundiales para frenar la desnutrición infantil. “Para mí no hay evidencia de que [esta] crisis se vaya a detener, porque el cambio climático está aquí”, declaró Nabarro. “Los alimentos que elegimos para cultivar y comer tienen un gran impacto en las emisiones”, dijo Haddad. “La comida tiene mucho que ofrecer” en lo que respecta a mitigación del cambio climático y “la diversidad es el ingrediente secreto” para la adaptación al cambio climático. “Necesitamos sistemas alimentarios que sean diversos: en cultivos, ubicaciones, organizaciones involucradas en ellos…”
Menos biodiversidad se traduce en “menos resiliencia y una peor nutrición”, según la Vicepresidenta de Perú, Mercedes Aráoz. A través de mejores servicios de salud y nutrición, en el país se redujo más de la mitad la desnutrición entre los niños menores de cinco años, de un 28 % en 2008 a 13.1 % en 2016.
Un grito de guerra por la nutrición
El impacto de la nutrición en los primeros 1 000 días de vida dura toda la vida, explicó Haddad. “Estos son efectos permanentes para los niños pequeños”.
“Si una persona no se nutre en esas semanas y meses tan importantes de su vida, las consecuencias a largo plazo probablemente sean irreversibles”, agregó Nabarro, quien afirma que la nutrición debe ser el objetivo en la agenda de 2030, no solo el hambre.
“Las intervenciones centradas en la nutrición nos presentan una nueva lente a través de la cual crear y evaluar el impacto como investigadores agrícolas”, dijo Elwyn Grainger-Jones, director ejecutivo de la Organización de Sistemas del CGIAR. “Nuestro éxito en el futuro debe venir no solo de garantizar un suministro adecuado de calorías para la población mundial, sino también de la calidad y diversidad correcta de alimentos para hacer frente al hambre oculta”.
“No vamos a resolver los desafíos de la desnutrición sin que el sector agrícola se intensifique de manera importante y diferente”, argumentó Shawn Baker, director de nutrición de la Fundación Bill & Melinda Gates. “La nutrición os necesita”, dijo Baker a otros participantes. “Bienvenidos a la familia de la nutrición”.