Ciudad de México, México (CIMMYT)—Reducir el etileno que produce la espiga del trigo, una hormona que, entre otras cosas, induce la senescencia del mismo, podría aumentar los rendimientos de 10 a 15% en zonas cálidas, según un estudio recientemente publicado en la revista New Phytologist.
El etileno es producido por las plantas en diferentes etapas de su desarrollo y puede causar una gran diversidad de efectos negativos en su crecimiento y desarrollo.
Los problemas comienzan cuando la temperatura aumenta en un sembradío de trigo, ya que esto aumenta los niveles de etileno, lo cual reduce el número de granos que producen las espigas, al limitar la distribución de carbohidratos destinados a la producción de polen, y, además, acelera la senescencia de la planta.
“Fue importante observar que las diferentes variedades de trigo muestran respuestas de rendimiento tanto a gradientes como a inhibidores de etileno”, explica Ravi Valluru, fisiólogo experto en trigo del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), y agrega que la investigación fue realizada principalmente en el noroeste de México utilizando tanto razas criollas como líneas modernas bajo condiciones de calor en el campo.
Valluru forma parte de un equipo colaborativo de científicos del CIMMYT y de la Universidad Lancaster de Gran Bretaña que buscan la forma de reducir la producción de etileno en las plantas de trigo, como medio de mejorar los rendimientos de trigo en zonas calurosas.
El equipo trató diversas variedades de trigo con nitrato de plata, un compuesto inorgánico tradicionalmente utilizado con fines medicinales y otros usos, que ha mostrado que puede controlar los niveles de etileno en las plantas.
“Sabemos desde hace tiempo que el etileno tiene efectos negativos en el rendimiento de los cultivos, pero hasta ahora se ha hecho muy poco para llevar este conocimiento a los programas de mejoramiento”, opina Valluru. “Nos da mucho gusto ver que, gracias a este proyecto, el CIMMYT ha dado un paso muy importante para llevar el tema del etileno al mejoramiento de trigo.”
El estudio reveló que las diferentes variedades de trigo responden de manera diferente al etileno y a los inhibidores del mismo. Esto es muy positivo, pues significa que los mejoradores podrán seleccionar líneas apropiadas para zonas de clima cálido e incorporarlas en los programas de mejoramiento.
Según Valluru, durante muchos años, los mejoradores han seleccionado materiales de alto rendimiento y con esto han reducido inadvertidamente la expresión del etileno en las nuevas variedades mejoradas.
“Dado que es un gas, el etileno es un tipo de regulador “etéreo” del crecimiento de las plantas, pero, cuando se produce en grandes cantidades, tiene un gran impacto negativo en el establecimiento del grano y el crecimiento de la raíz”, explica Matthew Reynolds, jefe del equipo de fisiología de trigo del CIMMYT y coautor del estudio. “Es importante entender esto e identificar sus bases genéticas y esperamos que este conocimiento sea aplicado en la fitotecnia”.