A finales de la década de 1960, en un momento en que muchos países en desarrollo enfrentaban un alarmante aumento de sus brechas alimentarias nacionales y un rápido crecimiento de la población, comenzó en México una revolución desde los campos agrícolas del Valle del Yaqui que hizo posible salvar a más de mil millones de personas cuyas vidas estaban amenazadas por el hambre.
El movimiento que surgió en los campos mexicanos y cambió para siempre el panorama de la producción agrícola mundial fue liderado por el doctor Norman E. Borlaug, quien recibió años más tarde (en 1970) el Premio Nobel de la Paz por dicha contribución a la humanidad.
Gracias a un diseño innovador del programa de mejora, el doctor Borlaug desarrolló, junto con investigadores y agricultores mexicanos, variedades de trigo que no solo eran resistentes a la roya, sino que se dieron bien y dieron altos rendimientos en casi cualquier suelo y región en que se plantaron.
Las variedades desarrolladas por Borlaug, considerado el padre de la agricultura moderna, duplicaron el rendimiento del trigo por ser más resistentes al viento (que doblaba a las plantas, afectando el rendimiento de los cultivos) y permitir que se obtuvieran dos cosechas al año. Por estas características, estos trigos se extendieron por todo el mundo y fueron la salvación de muchos países superpoblados.
Gracias a la notable aportación del doctor Norman Borlaug, el trigo ha aumentado su rendimiento en los últimos 60 años y la humanidad ha podido acceder a alimentos más baratos. En el marco del aniversario luctuoso del doctor Borlaug, quien falleció el 12 de septiembre de 2009, es oportuno recordar su legado frente a los nuevos retos que enfrenta la seguridad alimentaria.
Con una actitud crítica propia del quehacer científico, el doctor Borlaug señalaba que el impulso de aquellas variedades mejoradas en la producción de alimentos no podría durar indefinidamente pues solo era un respiro para que la humanidad desarrollara sistemas y políticas más sostenibles para gestionar el crecimiento de su población y el uso de los recursos naturales.
Con esta esta misión, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), con sede en México, mantiene vivo el legado del doctor Norman Borlaug y hoy promueve una agricultura sustentable que, con los aprendizajes del pasado, busca construir las bases para un futuro más pacifico y sostenible.