Sam Storr
A finales del siglo 15, los exploradores europeos que llegaron a las Américas encontraron un continente ya colonizado: por el maíz. Desde Canadá hasta Chile, este grano tan versátil era la principal fuente alimenticia; su consumo y producción era diferente en cada cultura. Un año después de que los exploradores regresaron a España, ya había plantas de maíz en los jardines de la realeza; un siglo después, ya se sembraba en toda Europa, y más tarde su cultivo se extendió hasta África, China, India y el Tibet.
En las Américas, el maíz sigue siendo no solo una fuente de alimentos importantes, sino también el eslabón que nos mantiene unidos a las antiguas civilizaciones. Sin embargo, ante la perspectiva de alimentar a 2 mil millones más de bocas en 2050 con los ya de por sí menguados recursos, la edición en español de National Geographic vuelve la vista hacia México para averiguar de qué manera el maíz puede aportar respuestas a futuro.
El descubrimiento de cómo preparar el maíz para consumo humano puede ser atribuido al dios azteca Quetzalcóatl, aunque el cultivo que encontraron los exploradores europeos ya era obra del hombre. El CIMMYT continúa este legado en sus instalaciones en México preservando variedades antiguas y al mismo tiempo desarrollando variedades modernas, que distribuye sin costo a todo el mundo. National Geographic incluye varias fotografías de la labor del centro en su artículo “Diez apuntes a tomar en cuenta para garantizarnos un futuro en el que haya maíz”.