Anuradha Dhar
En el libro de reciente publicación Made in Bangladesh: Scale-appropriate machinery for agricultural resource conservation, los autores hacen una recopilación de maquinaria agrícola adaptable a tractores de dos ruedas; también incluyen dibujos técnicos sencillos de implementos que pueden ayudar a estandarizar la calidad de la producción y a poner la maquinaria al alcance de los agricultores.
Aunque el uso de mecanización agrícola en el Sur de Asia ha sido clave para conservar los recursos naturales y aumentar la productividad y la rentabilidad del campo, muchos de los agricultores de subsistencia no han recibido aún estos beneficios. El alto costo de la maquinaria y el hecho de que los agricultores no dispongan de fuentes de financiamiento son dos factores que limitan su uso. Sin embargo, Bangladesh predica con el ejemplo y ha sembrado la simiente de la innovación, sobre todo en lo que se refiere a tractores de dos ruedas, que son más apropiados para los agricultores de subsistencia que los de cuatro ruedas.
Bangladesh tiene una arraigada tradición en la agricultura, ya que alrededor del 66% de su población se dedica a ella. Está cerca de lograr la autosuficiencia en la producción de arroz y ha dado un rápido impulso al desarrollo de su sector agrícola en los pasados 20 años, pese a que ocupa el lugar 146 en el índice de desarrollo humano mundial y percibe apenas la mitad del ingreso per cápita de la India. El sector agrícola de Bangladesh aporta 19% del producto interno bruto nacional. Éste es el lado positivo del país.
El lado negativo es que la superficie de tierra que los agricultores siembran es muy pequeña —de apenas 0.2 hectáreas o menos— y que se practica la rotación intensiva de cultivos. Cada centímetro cuadrado de tierra cultivable se siembra 1.8 veces al año, lo cual impone una enorme presión en los recursos naturales y ocasiona que a la larga el sistema pierda sustentabilidad. Los agricultores tienen que adaptarse continuamente a condiciones diversas (cambio climático, aumento de la temperatura y precios de los combustibles) para sustentar la productividad de sus campos.
Muchos agricultores están utilizando maquinaria agrícola innovadora que les permite realizar las operaciones de siembra y cosecha con mayor precisión y rapidez, y a la vez usar menos combustible, agua de riego y laboreo. Con la introducción de los tractores de dos ruedas (2WT), que son económicos y cuya operación y mantenimiento son sencillos, la agricultura en Bangladesh se volvió altamente mecanizada en los últimos 10 años. Cerca del 80% de los agricultores prefieren los 2WT porque son versátiles y se adaptan a varios equipos de siembra, trilla y riego. Made in Bangladesh hace énfasis en estas innovaciones e incluye revisiones y diseños de maquinaria que se adapta a 2WT, y es ideal para las prácticas agronómicas de conservación de recursos (labranza cero y en franjas, sembradoras y abonadoras mecánicas, sembradoras para camas, bombas de flujo axial para riego, cuchillas para labranza en franjas, surcadores perfeccionados y mecanismos de dosificación de semilla). La idea de los autores es que la información del libro produzca impactos en los campos de los agricultores. Cada capítulo contiene dibujos técnicos a escala, que fueron elaborados por medio de computadora, de manera que los fabricantes de implementos agrícolas, tanto de Bangladesh como de otras regiones o países, puedan reproducirlos o adaptarlos a sus necesidades.
“Muchos de los implementos del libro están inspirando cambios”, comenta Timothy Krupnik, agrónomo especialista en sistemas de producción del CIMMYT y uno de los autores del libro. “Las más de las veces solo vemos el lado negativo de Bangladesh —muchos medios informativos internacionales se enfocan en sus problemas políticos, la miseria del país y los problemas apremiantes del medioambiente. Sin embargo, cuando uno vive en el país tiene una perspectiva más amplia, porque la capacidad creativa de la gente más pobre del mundo llega a ser fuente de inspiración; me refiero a su capacidad para encontrar soluciones creativas a sus problemas. Todas las máquinas del libro fueron diseñadas y fabricadas en Bangladesh, o fueron adaptadas a partir de otras en uso en el Sur y Sureste de Asia y luego fabricadas localmente.”
Los fabricantes de maquinaria, científicos o agricultores pueden reproducir muy fácilmente los diseños técnicos. Santiago Santos Valle, coautor del libro refiere al respecto: “Utilicé ingeniería inversa para hacer los planos; es decir, primero tomaba las medidas de las máquinas, físicamente, y de inmediato las trasladaba a papel. Ya de vuelta en mi oficina, me ponía a trazarlos en mi computadora basándome en los bocetos que había hecho a mano.” Santos Valle pasó horas y horas ante su computadora generando, con mucho esmero, los diseños de la maquinaria del libro. Los autores incluyeron también un módulo de interpretación de los dibujos técnicos e instrucciones de uso.
Estandarización y accesibilidad
Existe una necesidad imperiosa de que los agricultores adopten maquinaria nueva que los ayude a resolver el problema de escasez de mano de obra en el campo en lugares como Bangladesh. “Los rendimientos de maíz y de trigo bajan entre 1 y 1.5% por día cuando la siembra se hace a destiempo; imagínense lo que podríamos hacer si tuviéramos máquinas y redujéramos la labranza. Si podemos sembrar y fertilizar en un solo pase, ahorramos de siete a ocho días que los agricultores tendrían que haber invertido para arar y preparar la tierra”, remarca Krupnik. Uno de los problemas más grandes con la mecanización en el Sur de Asia es la estandarización de los diseños. “Bangladesh ha sido el semillero de la innovación, sobre todo de los tractores de dos ruedas”, opina Andrew McDonald, agrónomo especialista en sistemas de producción del CIMMYT y coautor del libro. “No obstante, muchas de las máquinas no han llegado a los campos de los agricultores, porque, al no haber una estandarización, los distribuidores no han podido colocarlas en el mercado. Básicamente, muchos de los talleres fabrican una máquina única cada vez que forjan una pieza, y esto eleva los costos, tanto de manufactura como de reparación. El control de calidad es también un problema.
McDonald destaca que el CIMMYT actúa como un catalizador que asegura que la maquinaria de alta calidad se distribuya a precios razonables en Bangladesh. El centro está ayudando a formalizar los elementos del diseño de la maquinaria innovadora y trata con talleres e industrias la adopción de los diseños.
En la Iniciativa para la Producción de Cereales en el Sur de Asia-Mecanización y Riego (CSISA-MI), que patrocina la Misión de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en Bangladesh, el CIMMYT trabaja con el ONG International Development Enterprises (iDE) en la formulación y ejecución de modelos comerciales que incentiven a las compañías y fabricantes de maquinaria agrícola a producir y distribuir sus implementos por medio de mecanismos comerciales. Por su parte, los proveedores de servicios agrícolas tienen conexiones con instituciones financieras, y los agricultores podrían comprar máquinas y de esta manera garantizar su demanda en el campo.
Estas iniciativas reciben apoyo técnico de científicos del CIMMYT, quienes se aseguran de que en la siembra se utilicen implementos de labranza reducida o bombas de riego que hagan buen uso de la energía. Como resultado de estas acciones, la adopción de dichos implementos aumentó considerablemente en los meses pasados, más de cuatro veces en comparación con el año anterior; solo en el sur de Bangladesh la maquinaria ya se utiliza en más de 2,000 hectáreas de nuevos terrenos.
Las máquinas que se ilustran en el libro se utilizan mucho fuera de Bangladesh, en diversos contextos de producción a pequeña escala en Asia y en África. “Queremos aprovechar su uso en Bangladesh y motivar a los fabricantes de maquinaria de otros países para que reproduzcan y hagan mejoras a las máquinas”, afirma Krupnik. “Es por esto que el libro es gratuito, de acceso libre, y se puede descargar, imprimir y compartir con otras personas.”
El archivo PDF del libro está en línea en el repositorio del CIMMYT.