DES MOINES, Iowa (CIMMYT) – La tecnología de la edición genética podría revolucionar la forma en que los científicos mejoran semilla de calidad, alto rendimiento, tolerante a la sequía y resistente a enfermedades y plagas, al reducir enormemente el tiempo que actualmente tardan en generar nuevas variedades, dijo un panel de científicos expertos en una de las conferencias del Diálogo Borlaug celebrado en Des Moines, Iowa.
Utilizar CRISPR-Cas9 para seleccionar o suprimir las características deseadas en un genoma es casi tan sencillo como editar un documento en Microsoft Word en una computadora, enfatizó Feng Zhang, creador de la tecnología y miembro principal del Instituto Broad del MIT y Harvard.
Para editar genes, una proteína llamada Cas9 es programada para que cree una cadena de búsqueda de ARN que identifica y edita pares de ADN que alteran el genoma para lograr los efectos deseados en las plantas, explica Zheng.
“Hay muchas oportunidades interesantes para aplicar esta tecnología tanto en el área de la salud humana como en la agricultura”, continuó.
Aunque el proceso de edición genética en sí es sumamente rápido, probablemente tendrán que pasar varios años antes de que comiencen a materializarse sus beneficios para los pequeños productores, dijo Kevin Pixley, que lidera el proyecto MasAgro Biodiversidad y el Programa de Recursos Genéticos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
El objetivo de los científicos del CIMMYT es utilizar tecnología de alta precisión para ayudar a los agricultores del mundo en desarrollo a resolver los problemas de la seguridad alimentaria, la deficiencia nutricional y los problemas económicos que ponen en riesgo sus medios de subsistencia debido al cambio climático, las plagas y las enfermedades. Asimismo, toman en cuenta el potencial de reducir el uso de plaguicidas y mejorar la nutrición mediante la biofortificación de los cultivos.
“Queremos una agricultura sustentable que proporcione seguridad alimentaria y nutricional para todos y que, al mismo tiempo, nos permita conservar la biodiversidad”, destacó Pixley. “CRISPR-Cas9 es una tecnología accesible que nos puede ayudar a cerrar la brecha entre los agricultores ricos y los agricultores pobres en todo el mundo”.
Las variedades mejoradas con CRISPR-Cas9 también podrían reducir la necesidad de invertir en fertilizantes, almacenamiento de grano y otras tecnologías, lo cual aportaría un “doble beneficio” a los pequeños productores, aseveró Pixley.
Reducir la pobreza y mejorar los medios de vida de los agricultores son parte de la visión compartida del CIMMYT y nuestros colaboradores, y creemos que CRISPR-Cas9 es una tecnología que podría hacer una contribución significativa a lograr este propósito, continuó.
Cuáles son los beneficios
“Pensamos que esta tecnología aportará un enorme potencial a la agricultura”, dijo Neal Gutterson, miembro del Consejo Directivo del CIMMYT y vicepresidente de investigación y desarrollo de DuPont Pioneer, parte de la división de agricultura de DowDuPont.
“Para nosotros, es parte de la evolución de los sistemas de mejoramiento, pues se trata de mejoramiento específico que se hace mediante la tecnología CRISPR-Cas9”, señaló, al hablar de los proyectos de investigación conjunta del CIMMYT y el Centro de Ciencias de las Plantas Donald Danforth.
Actualmente, el CIMMYT y DuPont Pioneer están evaluando los beneficios de utilizar CRISPR-Cas9 para combatir la necrosis letal del maíz (MLN, por sus siglas en inglés) en África oriental. La MLN es causada por una combinación de dos virus que solo puede ser combatida con plantas que tienen resistencia genética a la enfermedad.
“A fin de cuentas, podemos acelerar la entrega de productos mejorados que verdaderamente tengan buen comportamiento, alto rendimiento y también sean resistentes a esa enfermedad viral”, dijo Gutterson, al explicar de qué manera la tecnología beneficiaría a los pequeños productores. “Si la enfermedad se propaga fuera de África, estaremos preparados para darle solución mucho más rápido”.
DuPont Pioneer y el Instituto Broad firmaron un acuerdo mediante el cual se permite a las universidades y organizaciones no lucrativas utilizar la tecnología en la investigación agrícola y la generación de productos.El acuerdo de licencia conjunta ofrece acceso democrático a CRISPR-Cas9 para la agricultura, dijo Gutterson, y agregó que las colaboraciones de investigación con el Centro de Ciencias de las Plantas Donald Danforth facilitarán el acceso a la tecnologías en el mundo en desarrollo y mejorarán los medios de vida de los agricultores.
Esta tecnología también beneficiará a los cultivos no básicos, conocidos como “cultivos huérfanos”, señaló Nigel Taylor, director interino del Instituto de Fitotecnia Internacional del Centro de Ciencias de las Plantas Donald Danforth.
“Lo interesante de esos cultivos es que tienen un enorme potencial porque no han tenido que pasar por los procesos de mejoramiento a los que el maíz y el arroz han sido sometidos”, explicó Taylor.
El Centro Donald Danforth y DuPont Pioneer están utilizando CRISPR Cas9 en su investigación conjunta sobre el rayado marrón de la yuca, que según proyecciones, se propagará desde África oriental hasta Nigeria, el mayor productor mundial de yuca.
“Editamos dos genes, lo cual significa que el virus no se puede replicar bien en la planta», explicó Taylor. “Como resultado, hemos observado que la carga viral se reduce completamente”.
Taylor dijo también que le gustaría generar variedades mejoradas de tef, cultivo que se siembra en grandes extensiones de Etiopía y Eritrea, donde su semilla se utiliza para preparar injera, un pan plano de masa fermentada que es un alimento básico de la población.
Marco normativo
Los científicos coincidieron en que, para asegurar el acceso a las tecnologías, es necesaria la participación de los consumidores, agricultores y científicos africanos, y que hay que decidir cómo manejar la normatividad de los nuevos cultivos.
“Debemos ocuparnos del trabajo normativo junto con los colaboradores”, agregó Taylor. “Los centros de investigación africanos y de otros países deben participar en esta conversación desde ahora, ya que la comunicación y la educación sobre nuevas tecnologías son esenciales”.
Si los científicos utilizan CRISPR-Cas9, por ejemplo, para hacer que variedades populares dejen de ser susceptibles y se vuelvan resistentes a la MLN, harán una contribución permanente a los medios de vida de los agricultores africanos, afirmó Pixley.
“Sin embargo, aún no podemos dar por hecho que los beneficios de esas tecnologías llegarán a los pequeños productores”, agregó.
“Casi no existe opinión pública de CRISPR-Cas9 porque poca gente conoce esta tecnología, y puesto que el marco normativo todavía no se ha definido, tenemos una gran oportunidad de ayudar a darle forma para que los pequeños productores obtengan los beneficios de esas tecnologías”.
Es necesario comenzar por reconocer y respetar la soberanía de cada país para decidir si van a utilizar esta tecnología y − si deciden hacerlo − cuándo y cómo, agregó.
Creo que tenemos la gran responsabilidad de proporcionar información precisa, completa y confiable en cuanto hagamos del dominio público la tecnología y comience el proceso normativo, argumentó.
“Sabemos que no será una solución mágica porque ninguna tecnología lo es, pero también creemos que es poco ético desechar una tecnología sin antes considerar con responsabilidad sus posibles contribuciones”, explicó Pixley.
El Diálogo Borlaug se celebra cada año en Des Moines y coincide con las celebraciones del Premio Mundial de Alimentación. Este año, los delegados reconocieron con el Premio Mundial de la Alimentación la labor de Akinwumi Adesina, presidente del Banco Africano de Desarrollo, con el tema The Road out of Poverty”.
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Experto en recursos genéticos y biodiversidad del CIMMYT en el Diálogo Borlaug 2017
Video MasAgro Biodiversidad: https://www.cimmyt.org/es/seed/
Sitio web de MasAgro Biodiversidad: http://seedsofdiscovery.org/es/
Al Jazeera: Crop Biodiversity the Key to Ending Hunger
DuPont Pioneer y CIMMYT establecen alianza público privada para utilizar CRISPR-Cas