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Lo lograron… Comienzan a utilizarse las camas permanentes para la siembra en el norte de México

Tras años de investigación, comienzan a cosecharse los frutos de ésta en el Valle del Yaqui. Ken D. Sayre y su grupo de agrónomos han estado haciendo investigación sobre la siembra en camas permanentes combinada con la retención de residuos de cultivos, en la estación experimental del CIMMYT próxima a Obregón. Aquí es fácil apreciar los resultados, ya que si se conjugan la siembra en camas con una cantidad apropiada de residuos o rastrojos, se utiliza menos agua, los rendimientos se mantienen estables, se abaten los costos de producción, no hay quema de rastrojo, disminuye la emisión de CO2 y mejora la calidad del suelo. Con base en los resultados en esta zona de México y gracias a los cursos internacionales que ahí se han impartido, esta tecnología se conoce ahora en Turquía, China, India, Uzbekistán, Kazajstán y otros países.

Paradójicamente, en las zonas de regadío de alta productividad en México, donde se desarrolló el sistema de siembra en camas elevadas con labranza convencional, ha sido lenta la adopción de este siguiente paso hacia la agricultura de conservación. Pero puede que esto cambie. Últimamente, diversos grupos de agricultores y de organismos gubernamentales, federales y regionales, han mostrado gran interés en la tecnología. Además, en el presente ciclo de verano, en Obregón se sembraron las primeras hectáreas en camas permanentes, en los campos de dos agricultores. Rodrigo Rascón, Superintendente de la estación en esta localidad, y Manuel Ruiz Cano y jesús Gutiérrez, integrantes del grupo de agronomía, llegaron a un arreglo con dos agricultores para que cada uno plantara 5 hectáreas de sorgo en camas reconstruidos, dejando en la superficie todo el rastrojo (paja), después de recoger su cosecha de trigo o triticale. Se proporcionó a los agricultores únicamente un prototipo del implemento multicultivos/multiusos del CIMMYT, y Rodrigo y el equipo de manejo agronómico los instruyeron para que hicieran la siembra.

Los agricultores estaban tan contentos con la iniciativa que ambos insitieron en dedicar superficies más grandes a la siembra; en total, entre los dos, sembraron 55 hectáreas de sorgo. Estos plantíos constituyen un verdadero récord en los esfuerzos por difundir la agricultura de conservación, la tecnología de las camas permanentes en el Valle del Yaqui. Son muchos ya los agricultores que han visitado los sembradíos, y los grupos de agricultores locales organizaron una demostración hace algunas semanas. Los ejemplos de otras regiones en el mundo indican que haber logrado que se sembraran las primeras cinco hectáreas ha sido la parte más difícil; pero, gracias a Rodrigo, Manuel y Jesús, podemos decir que ¡hemos dado el primer paso!