Los negociadores del cambio climático mundial se reúnen esta semana para tratar numerosos asuntos, entre ellos, cómo reducir las emisiones de gases de invernadero de la agricultura y proteger la alimentación y la agricultura de los efectos climáticos que empeoran cada vez más.
Aunque no se anunciado a bombo y platillo, ni aparecido en los titulares de la COP23, gobiernos, compañías privadas y científicos liderados por el CGIAR ya están generando y entregando innovaciones que salvan vidas a los agricultores, y, en particular, a los agricultores de pequeña escala que luchan día a día contra los fenómenos adversos que ocasiona el cambio climático.
En África y Asia ya se están adoptando tecnologías como el maíz tolerante a la sequía y al calor, cultivos resistentes y prácticas para combatir plagas nuevas que van apareciendo, seguros para proteger a los agricultores de eventos meteorológicos extremos o erráticos, y un uso más preciso de los fertilizantes nitrogenados, para reducir la huella de la agricultura y, al mismo tiempo, mejorar la resiliencia y productividad del campo.
Haga clic aquí para leer el mensaje de Elwyn Grainger-Jones, director ejecutivo de la Organización del Sistema CGIAR, y de Martin Kropff, director general del CIMMYT (Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo) que describe estos esfuerzos y lanza un llamado de alerta a los líderes mundiales.