NUEVA DELHI—La conservación y el uso de la diversidad agrícola para generar mejores cultivos puede ayudar a lograr varios objetivos de desarrollo sustentable y evitar que se extingan más especies, opinaron científicos durante el primer Congreso Internacional de Agrobiodiversidad.
Cerca del 75% de la diversidad fitogenética del mundo se ha perdido desde principios del siglo 20, y 30% de las razas de ganado están en peligro de extinción, según la Organización de la Alimentación y la Agricultura (FAO) de Naciones Unidas. Mientras tanto, los humanos solo consumen cerca del 1.5% de todas las plantas comestibles y solo tres de éstas (el arroz, el maíz y el trigo) aportan alrededor del 60% de las calorías y las proteínas que los humanos obtienen de las plantas. La enorme pérdida de biodiversidad resultado de la degradación ambiental causada por el hombre –a lo que muchos científicos llaman la “sexta extinción” de la Tierra– es perjudicial para la seguridad alimentaria y el medio ambiente a nivel mundial.
“La pérdida de tan solo 7 a 10% de cualquier cultivo alimentario importante haría que los precios se cuadruplicaran”, advierte Howarth Bouis, fundador de HarvestPlus y ganador del Premio Mundial de Alimentación 2016. “Los precios de los alimentos no básicos en la India [ya] aumentaron 50% en los últimos 30 años”. La falta de diversidad agrícola pondría en peligro a toda la cadena alimentaria del mundo en caso de que ocurriera una catástrofe —por ejemplo, una mayor incidencia de sequía y enfermedades de las plantas causada por el aumento de la temperatura derivado del cambio climático— que destruyera un cultivo en particular.
Como parte de la respuesta global a estos problemas, los investigadores, en colaboración con los agricultores, están reuniendo semilla que se conservará y protegerá en bancos de germoplasma de todo el mundo para las generaciones futuras. Estos bancos son la base de la agricultura, la seguridad alimentaria y la diversidad alimenticia.
“No sabemos qué necesitarán los científicos en 30 años”, destaca Marie Haga, directora ejecutiva de Crop Trust. “Por eso tenemos que conservar todo el espectro [de semilla]. Que no se utilicen por ahora no significa que no serán de importancia fundamental en el futuro”.
Los nuevos adelantos en las tecnologías de secuenciación de ADN y fenotipeado también han creado una oportunidad de utilizar de manera activa la información genética de estas semillas que no existía hace apenas unos cuantos años. Los fitomejoradores ahora pueden de manera más rápida y eficaz identificar semilla que tiene características como mejores cualidades nutricionales, tolerancia a calor o sequía, o resistencia a enfermedades, para generar mejores cultivos que solucionen problemas relacionados con la desnutrición, el cambio climático, enfermedades y otros.
Por ejemplo, en 2012, aproximadamente 23% de la producción de maíz en Kenia se perdió a causa de un brote de la necrosis letal del maíz (MLN). Gracias a los esfuerzos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y otros colaboradores, hoy en día existen 13 híbridos de maíz con tolerancia a la MLN, que fueron generados en tan solo cuatro años.
Los delegados del congreso también abordaron temas relacionados con el manejo eficiente y efectivo de los bancos de germoplasma, la bioseguridad y la inocuidad, los derechos de la propiedad intelectual, el acceso al germoplasma, cómo compartir los beneficios del uso del germoplasma y otros asuntos.
El Congreso culminó con la adopción de “La Declaración de Delhi sobre el Manejo de la Agrobiodiversidad” en la que se recomienda concertar los múltiples sistemas jurídicos de muchos países para facilitar la transferencia segura de los recursos genéticos, generar e implementar un Índice de Agrobiodiversidad que ayude a monitorear la conservación y el uso de la agrobiodiversidad en los programas de mejoramiento, promover estrategias de conservación de los parientes silvestres de los cultivos y otras estrategias encaminadas a reforzar el papel de la biodiversidad agrícola en el desarrollo agrícola.