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La agricultura sustentable, una herramienta para reducir la pobreza rural

En el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza (17 de octubre), la agricultura sustentable representa una valiosa herramienta para mejorar las condiciones de vida de las comunidades rurales.

Capacitación en poscosecha en Oaxaca, México. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Capacitación en poscosecha en Oaxaca, México. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

La pobreza rural es una problemática persistente en México. De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) de 2022, el 57.7 % de la población en las áreas rurales enfrenta condiciones de pobreza, en comparación con el 36.6 % en las zonas urbanas.

Para el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores, la agricultura sustentable es una herramienta fundamental en la lucha contra la pobreza rural. Por ello, a través de diversos proyectos se ha enfocado en los agricultores de pequeña escala, particularmente mujeres y jóvenes, empoderándolos para mejorar sus sistemas de producción y elevar su calidad de vida.

¿Cómo las prácticas de agricultura sustentable pueden mejorar las condiciones de vida en el medio rural?  De acuerdo con el Banco Mundial, en 2020, aproximadamente el 60% de la población rural en los países en desarrollo dependía de la agricultura para su sustento. Si se considera que la dependencia de la agricultura es una característica común en las áreas rurales de todo el mundo (y la pobreza rural está intrínsecamente ligada a esta realidad), entonces mejores prácticas agrícolas (sustentables) significan mayores oportunidades de consolidar sistemas agroalimentarios productivos, rentables y resilientes.

Como ejemplo de lo anterior destacan los proyectos donde los cultivos diversificados contribuyen al empoderamiento de las comunidades rurales, promoviendo la producción de una variedad de cultivos, además del maíz, que contribuyen a mejorar la seguridad alimentaria y a crear oportunidades económicas para las comunidades rurales.

Además, el CIMMYT y sus colaboradores han establecido plataformas de investigación que favorecen el desarrollo comunitario en áreas rurales. Estas plataformas permiten la colaboración entre agricultores, investigadores y otros actores relevantes para abordar desafíos específicos en la agricultura y encontrar soluciones prácticas. Este enfoque, con un énfasis en la investigación participativa, promueve la adopción de prácticas agrícolas más sostenibles y efectivas.

De acuerdo con la FAO, la inversión en educación y capacitación agrícola puede aumentar la productividad agrícola en un 20% o más. En este sentido, el desarrollo de capacidades es fundamental para romper el ciclo de pobreza en el medio rural, cuyas comunidades son, a menudo, las más afectadas por el cambio climático debido a su dependencia de la agricultura y la ganadería.

Las sequías, inundaciones y eventos climáticos extremos pueden destruir cultivos y ganado, agravando aún más la pobreza rural. La adopción amplia de sistemas como la agricultura de conservación, que permite conservar mayor humedad en el suelo, constituye una alternativa viable para que los agricultores puedan hacer frente a esta variabilidad y por eso el CIMMYT y sus colaboradores consideran a este sistema herramienta fundamental en los distintos proyectos que impulsan y el eje para sumar otras prácticas y tecnologías sustentables, como las tecnologías herméticas poscosecha.

De acuerdo con el Banco Mundial, la falta de infraestructura de transporte y almacenamiento adecuada en muchas áreas rurales puede llevar a pérdidas poscosecha que ascienden a más del 20% de la producción agrícola total. Este hecho genera dificultades en el acceso a mercados eficientes y la capacidad de comercializar productos agrícolas de manera efectiva, limitando los ingresos de los agricultores. Por esta razón, las tecnologías herméticas poscosecha y el fomento de la asociatividad son esenciales.

Fomentar la formación de cooperativas agrícolas y asociaciones puede fortalecer la capacidad de negociación de los agricultores y mejorar su acceso a recursos y mercados, lo que puede contribuir significativamente a reducir la pobreza rural.

Así, a través de la investigación, la capacitación y la colaboración comunitaria, el CIMMYT y sus colaboradores están trabajando para empoderar a los agricultores de pequeña escala, en particular a mujeres y jóvenes, para que superen los desafíos de la pobreza y construyan un futuro más prometedor en las zonas rurales del país.