En un taller celebrado en San José, California, el pasado 13 de febrero, reconocidos especialistas en intensificación sostenible de la agricultura se dieron a la tarea de identificar indicadores para evaluar la sostenibilidad, un término con que a grandes rasgos se refiere a la salud y longevidad de un sistema.
“Con la intensificación sostenible se pretende aumentar la productividad y al mismo tiempo conservar recursos sociales y ecológicos”, señala Rishi Basak, consultor del Programa Global de Agricultura de Conservación del CIMMYT (GCAP) que participó en el evento realizado durante la junta anual de la Sociedad Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), del 12 al 16 de febrero.
Santiago López Ridaura, agrónomo especialista en sistemas de producción, quien asistió también al taller opina al respecto: “A todos nos interesa entender y cuantificar el impacto de nuestras actividades de investigación para el desarrollo en la sostenibilidad en la agricultura y el bienestar de las familias campesinas. El taller atrajo a donadores e investigadores de diferentes disciplinas que discutieron una iniciativa en común, métricas e indicadores para lograr los objetivos. Creo que es un paso importante hacia la consecución de una meta en común”.
Medir la sostenibilidad sigue siendo un reto, ya que conlleva complejas interacciones biofísicas, ambientales y socioeconómicas. “No existes indicadores de uso generalizado para las diferentes dimensiones de la intensificación sostenible, ni umbrales o estándares de comparación de aquellos indicadores”, explica Basak. “A falta de una métrica unificada para comparar las actividades de todas las iniciativas, los especialistas tienden a enfocarse en prácticas específicas —por ejemplo, la agricultura de conservación o la agroforestería— y no en los resultados globales de la intensificación sostenible”.
La estructura que se creó en el taller de AAAS tiene como objetivo proporcionar métodos estandarizados que se adapten a la producción de pequeña escala y comercial. Facilitará el aprendizaje entre programas y una evaluación basada en un conjunto de indicadores que se pueden monitorear o integrar en los programas que ya existen, como la “productividad de factores” y “resiliencia”. Los indicadores serán medidos por los retornos a la mano de obra y superficie de terreno, y por la variación en la utilidad bruta, respectivamente.
“Al pensar en los indicadores clave nos remontamos a lo básico: ¿Qué queremos lograr cuando nos embarcamos en proyectos de intensificación sostenible y cómo sabremos que logramos lo que nos proponíamos?”, remarcó Basak. “Qué datos tenemos que recopilar, cómo vamos a difundir nuestros casos de éxito y cómo podremos comparar los resultados entre un proyecto y otro?”.
Quienes participaron en el taller acordaron empezar a hacer pruebas de indicadores en el campo, en hacer una consulta más extensa sobre el diseño de los indicadores y contratar a una persona que los asesore.
“Contar con conjunto de indicadores para evaluar nuestros avances hacia la meta propuesta es muy importante. Los indicadores nos ayudarán no solo a evaluar nuestros progresos, sino también a capturar las principales sinergias y relaciones de compromiso derivadas de nuestras intervenciones”, dice López Ridaura.
Después del taller se llevó a cabo el simposio “Beyond Intensification: Measuring the ‘Sustainable’ in Sustainable Intensification”, el 13 de febrero. El evento fue organizado por Jerry Glover, Asesor Sénior de Sistemas Agrícolas Sostenibles de la Agencia Estadounidense de Desarrollo Internacional (USAID), con la participación de Tracy K. Powell, Asesor en Asuntos de Investigación Agrícola de USAID con base en Etiopía; Gordon Conway, Profesor de Desarrollo Internacional del Imperial College, Londres; Sieglinde S. Snapp, especialista en sistemas de producción y manejo del suelo de la Universidad Estatal de Michigan; Peter Thorne, científico especialista en sistemas agropecuarios del Instituto Internacional de Investigación Pecuaria; Cheryl A. Palm, Científica Sénior y Directora de Investigación del Instituto de la Tierra, Universidad de Columbia; y Bruno Gerard, Director del Programa Global de Agricultura de Conservación del CIMMYT.