Una herramienta económica, ligera y versátil de manufactura local
La siembra directa de maíz utilizando tractores de dos ruedas ha sido posible a lo largo de la década pasada, más o menos, gracias a las compañías manufactureras de China, India y Brasil, entre otras, que fabrican las sembradoras que hay en el mercado. Varias de estas sembradoras han sido probadas en los últimos dos o tres años en Kenia, Tanzania y Etiopía como parte del proyecto Mecanización Agrícola y Agricultura de Conservación para la Intensificación Sustentable (FACASI), patrocinado por el Centro Internacional de Seguridad Alimentaria de Australia (AIFSRC).
Una de las mejores sembradoras comerciales (en cuanto a su capacidad de operación en el campo, precisión en la distribución y profundidad de siembra, emergencia de plantas, etc.) es fabricada por la compañía brasileña Fitarelli. Sin embargo, la sembradora es costosa (más de U$ 4,000), difícil de maniobrar (sobre todo en parcelas pequeñas) y no es versátil (la distancia mínima entre surcos es de 80 cm).
En respuesta a esta situación, se han puesto en marcha varias iniciativas destinadas a fabricar localmente sembradoras de bajo costo y configurables para diversas operaciones (sembrar uno, dos o tres surcos) y otras faenas (por ejemplo, formar camas de siembra). Uno de esos implementos es la sembradora Gongli, que está bien adaptada para la siembra de cultivos de grano pequeño como trigo y arroz en Asia, pero no maíz en las típicas condiciones de los campos de África. Hace dos años, Jeff Esdaile, inventor de la Gongli original, y Joseph Mutua, de la Red Keniana de Diseminación de Tecnologías Agrícolas, fabricaron una versión modificada de esa sembradora —la Gongli Africa +, gracias al financiamiento del CRP MAÍZ (ver el Informa No. 1862). Al mismo tiempo, utilizando un diseño diferente, Jelle Van Loon y su equipo de Mecanización Inteligente/ Innovación de Maquinaria y Equipo del CIMMYT-México, crearon otro implemento.
Tanto la Gongli Africa + como el implemento creado en México tienen ventajas y desventajas. Los proveedores de servicios locales los consideran demasiado pesados. Por tanto, el CRP MAÍZ y la Fundación Syngenta para la Agricultura Sustentable cofinanciaron una sesión de dos semanas (8-27 octubre) en Zimbabwe para generar un “implemento híbrido” que tenga las ventajas de la Gongli Africa + y el implemento creado en México, pero que pese menos de 100 kg. Jeff Esdaile, Joseph Mutua y Jelle Van Loon pasaron las dos semanas fabricando prototipos en la Universidad de Zimbabwe. La sesión de dos semanas sirvió también para que el personal de los tres principales fabricantes de maquinaria agrícola (Zimplow LTD, Bain LTD y Grownet LTD), así como representantes del sector informal, practicaran con los nuevos implementos.
Se espera vender el implemento híbrido en una cuarta parte de lo que cuesta la sembradora Fitarelli, aunque se espera que su funcionamiento (capacidad en el campo, consumo de combustible, precisión y emergencia de plantas) sea equivalente. Su peso se adapta mejor a las necesidades de los proveedores de servicios locales y es infinitamente más versátil (se pueden hacer varias configuraciones dependiendo del espacio entre surcos que se desee, las condiciones del suelo, la cantidad de mantillo, etc.) El implemento híbrido será probado en Zimbabwe en los siguientes meses. Se mandará un prototipo a Bangladesh y otro a México para hacer más pruebas y compartir los diseños.