EL BATÁN, México (CIMMYT), 5 de abril de 2016—Casi el 50% de la superficie dedicada al cultivo de trigo en el mundo se siembra con variedades que provienen directa o indirectamente de la investigación realizada por una red internacional de científicos agrícolas con una larga trayectoria, según un nuevo informe del CIMMYT.
El estudio revela que los beneficios económicos generados anualmente por esa investigación van de US $2.2 a US $3.1 mil millones (en dólares de 2010) derivados de una inversión anual de solo US$ 30 millones, lo que equivale a una proporción beneficio-costo muy alta de 103:1.
Publicado en este año en que el CIMMYT cumple 50 años, el estudio organiza y analiza el pedigrí de 4,604 variedades de trigo liberadas a nivel mundial de 1994 a 2014, con base en las respuestas a una encuesta realizada entre los programas de mejoramiento de los sectores público y privado en 66 países.
Por lo menos 63% de las variedades poseen aportaciones genéticas de la investigación fitotécnica del CIMMYT o del Centro Internacional de Investigación Agrícola en Zonas Áridas (ICARDA), ambos miembros del CGIAR, un consorcio de investigación agrícola para el desarrollo financiado con fondos públicos.
En 2014, esas variedades —todas generadas mediante mejoramiento y selección convencionales— produjeron 106 millones de los aproximadamente 220 millones de hectáreas de trigo cosechadas a nivel mundial, según Michael Baum, director de Biodiversidad de ICARDA y de la Plataforma Integrada de Manejo de Genes y de la Plataforma en Marruecos.
“El informe, el cuarto de una serie de evaluaciones sobre los impactos de trigo que empezaron a publicarse en 1993, destaca las impresionantes aportaciones del CGIAR en todas las regiones productoras de trigo”, señala Baum. “Por ejemplo, en el sur de Asia, donde viven más de 300 millones de personas que padecen desnutrición y cuyos habitantes consumen más de 100 millones de toneladas de trigo al año, 92% de las variedades contienen materiales genéticos derivados de las actividades del CGIAR”.
Semilla sin costo, financiamiento esencial
El CIMMYT e ICARDA dependen de donadores financieros y alianzas nacionales para generar impactos significativos a nivel de finca, pero las coinversiones nacionales no fueron incluidas en el presente estudio, según Hans Braun, director del Programa Global de Trigo del CIMMYT. “Tan solo en 2014, el CIMMYT distribuyó, sin costo, más de 12 toneladas de semilla de líneas experimentales para ensayos y otras actividades de investigación de 346 colaboradores de los programas de mejoramiento públicos y privados de 79 países”, continúa Braun. “Los colaboradores nos mandan los datos del comportamiento de esas líneas, pero pueden utilizarlas sin restricción en sus propias actividades de mejoramiento y generación de variedades”.
“Iniciado en la década de los 50 por el finado Norman Borlaug, nuestro programa internacional de mejoramiento de trigo ha sido la principal fuente de variación genética para aumentar el rendimiento del trigo, adaptarlo al cambio climático y conferirle resistencia a plagas y enfermedades”, destaca Braun. “El último estudio sobre impactos confirma que el programa sigue siendo muy relevante, pero se necesita financiamiento confiable y constante, si queremos que el mejoramiento de trigo internacional satisfaga la demanda del cultivo en los países en desarrollo”.
Coordinados por Borlaug, que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1970 por sus contribuciones y trabajó en el CIMMYT hasta 1979, los avances en el mejoramiento de trigo durante las décadas de los 60 y 70 contribuyeron a iniciar la Revolución Verde, a partir de la cual surgió el CGIAR formado por 15 miembros, e hicieron que los precios de los alimentos se mantuvieran históricamente bajos durante décadas.
Según proyecciones, para 2050 la población mundial crecerá 33%, de 7.3 mil millones hoy en día a 9.7 mil millones. La demanda de alimentos, impulsada por la población, la urbanización y los crecientes ingresos de la gente a nivel mundial, aumentará en más de 60%, de acuerdo con un informe reciente del Grupo de Expertos en la Resiliencia a Eventos Climáticos Extremos de los Sistemas Alimentarios Mundiales.
Los productores de trigo deben satisfacer esta creciente demanda utilizando la misma superficie de tierra, o menos, y afrontando al mismo tiempo problemas como lluvias extremas y erráticas y aumentos de temperatura, y utilizando insumos como el agua y los fertilizantes de manera mucho más eficaz.
Los países en desarrollo fueron los que más se beneficiaron con las contribuciones del CGIAR, sobre todo las zonas productoras de trigo harinero y trigo duro de primavera, resultado que compagina con la misión del CGIAR de ayudar a los agricultores de bajos recursos y aliviar la pobreza y la desnutrición. Sin embargo, las variedades relacionadas con el CGIAR no fueron adoptadas solo por los países en desarrollo y el estudio destaca beneficios adicionales significativos:
- En Canadá, 75% de la superficie dedicada al trigo fue sembrada con variedades relacionadas con el CGIAR.
- En Estados Unidos, se sembraron variedades de trigo relacionadas con el CGIAR en cerca del 60% de la superficie dedicada a este cultivo.
- En Australia occidental, las variedades relacionadas con el CGIAR se utilizaron en más del 90% de la superficie destinada a la siembra de trigo.
Si quiere leer el estudio o descargar una copia, haga clic en el título.
Lantican, M.A., H.J. Braun, T.S. Payne, R.P. Singh, K. Sonder, M. Baum, M. van Ginkel, and O. Erenstein. 2016. Impacts of International Wheat Improvement Research, 1994-2014. Mexico, D.F.: CIMMYT.