DES MOINES, Iowa (CIMMYT)—Siendo muy joven, a Manel Othmeni, originaria de Túnez, le gustaba interactuar con las plantas, una fascinación que más tarde llegó a convertirse en su pasión por la investigación de trigo.
Ahora, con la ayuda de la Fundación Borlaug de Capacitación y el Programa Internacional de Becas Beachell-Borlaug de Monsanto, Othmeni es estudiante de doctorado y está haciendo trabajo de investigación en el extranjero con Ian y Julie King, dos investigadores de trigo de la Universidad de Nottingham, Reino Unido, reconocidos a nivel mundial.
“Si no hubiera sido por los fondos de capacitación, no estaría hoy aquí”, afirmó Othmeni en una entrevista durante la conferencia del Diálogo Borlaug del Premio Mundial de Alimentación celebrado en Des Moines, Iowa, EUA.
“Hoy en día, estudiar un doctorado cuesta mucho dinero —la fundación ofrece mayores oportunidades a la gente de los países en desarrollo.”
La Fundación Borlaug de Capacitación es una organización independiente, sin fines de lucro, que patrocina el trabajo de investigación de científicos de los países en desarrollo con el fin de mejorar la producción de alimentos en zonas vulnerables. A corto plazo, la fundación pretende recaudar US $800,000 para financiar los cursos internacionales que se imparten en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). A largo plazo, la meta es reunir US $30 millones para ampliar las oportunidades de capacitación en otros cultivos.
“Necesitamos dar esperanzas de que podemos acabar con la pobreza —ningún niño debería irse a la cama sin haber comido”, sentenció Jeanie Borlaug-Laube, vicepresidenta de la fundación e hija del finado Dr. Norman Borlaug, mejorador de trigo y Premio Nobel de la Paz.
El Dr. Borlaug, que falleció en 2009 a los 95 años, encabezó iniciativas a mediados del siglo 20 para generar variedades de trigo semienanas rendidoras y resistentes a enfermedades, las cuales se calcula que salvaron de morir de hambre a más de mil millones de personas en Pakistán, India y otras regiones del mundo en desarrollo.
“Son ustedes quienes deben continuar el legado de mi padre”, dijo Borlaug-Laube en su discurso ante los delegados de la conferencia. “Aprovechen la biotecnología, pero no abandonen las técnicas tradicionales”.
La fundación quiere también impulsar la capacitación para mujeres científicas, forjar alianzas entre instituciones de investigación y universidades en las naciones desarrolladas y ofrecer tutorías. Los estudios de trigo se enfocarán en la fitogenética, la genética, la biotecnología, la fitopatología, la fitofisiología y la estadística.
“Salir al campo y sudar es una de las mejores cosas que uno puede hacer”, comentó Jesse Dubin, fitopatólogo que fue contratado por el Dr. Borlaug y que se jubiló del CIMMYT en 1999 tras haber trabajado cerca de 25 años en el programa de trigo del Centro. “Esta clase de capacitación es esencial hoy en día pero no hay recursos para financiarla. Lo importante es que estamos trabajando con toda la planta y la gente, y no solo con el genoma”.
En los últimos ocho años, el Programa Internacional de Becas Beachell-Borlaug de Monsanto ha otorgado 89 becas para realizar estudios sobre arroz y trigo, de las cuales 52 corresponden al mejoramiento de trigo. Se le dio este nombre al programa en honor de Norman Borlaug y del mejorador de arroz Henry Beachell.