El jueves, 2 de febrero de 2017, personal de los bancos de germoplasma de maíz y de trigo enviaron 56 cajas que contenían cerca de 28,000 muestras de semilla de ambos cultivos de las colecciones del CIMMYT para que sean almacenadas en la Bóveda Global de Semillas de Svalbard.
La Bóveda, que se encuentra en la isla de Spitsbergen, en el remoto archipiélago de Svalbard de Noruega, a unos 1,300 kilómetros al sur del Polo Norte, funciona como una fría “caja de seguridad”, sin costo, que resguarda muestras de semilla de los cultivos agroalimentarios más importantes para la humanidad.
«El CIMMYT ya ha mandado 88,000 muestras duplicadas de nuestras colecciones de semilla de maíz y trigo a Svalbard», confirma Bibiana Espinosa, investigadora adjunta de recursos genéticos de trigo. «Con esta remesa suman cerca de 116,000 muestras de semilla que están almacenadas en Svalbard con el fin de evitar que se pierdan la semilla y la diversidad del maíz y el trigo en caso de que hubiera una catástrofe o conflictos regionales o mundiales».
Según Espinosa, el envío del jueves contenía 1,964 muestras de semilla de maíz y 25,963 muestras de semilla de trigo y pesaba casi una tonelada.
La semilla de trigo proviene de 62 países y cerca del 50% de las muestras son de «trigo criollo”—variedades con adaptación local que son el resultado de miles de años de selección por parte de los agricultores.
«De las muestras de maíz, 133 son semilla de variedades mejoradas, 51 son de teosinte (ancestro directo del maíz) y 1,780 son de maíz criollo”, indica Marcial Rivas, asistente de investigación de recursos genéticos de maíz. «Muchos maíces criollos están en peligro de desaparecer por completo, ya que los agricultores que las siembran están abandonando el campo para ir en busca de trabajo, y porque el clima cambiante está alterando su hábitat natural.”
El gobierno de Noruega y la Fundación Crop Trust cubren los costos de almacenamiento y de mantener la Bóveda de Svalvard; además, coordinan los envíos junto con el Centro Nórdico de Recursos Genéticos.
El Crop Trust, establecido en 2006, financia la conservación y disponibilidad de la diversidad fitogenética para la seguridad alimentaria mundial y ayuda a financiar el trabajo de recolección y conservación de los recursos genéticos del CIMMYT.