Miriam Shindler
Este año, científicos del CIMMYT recibieron el Premio Mundial de la Alimentación 2014 y el Premio Borlaug al Trabajo de Campo —un hito en la historia del CIMMYT.
¿Qué significan estos premios para la organización?
Con los galardones otorgados en 2014 por la Fundación del Premio Mundial de la Alimentación se reconoce la excelencia del CIMMYT en la ciencia y los impactos que produce en el campo. Son también un tributo al pasado, el presente y el futuro del centro. La misión del CIMMYT consiste en mejorar la productividad de los sistemas de maíz y trigo de manera que produzcan el grano suficiente para alimentar a la población mundial. Esto fue lo que Norman Borlaug hizo y esto es lo que el CIMMYT hace hoy en día. Seguimos siendo buenos en lo que hacemos, pero lo estamos haciendo de manera distinta, de manera más moderna.
Los premios son también una muestra de que el CIMMYT ha cambiado en las tres décadas pasadas y de que en este nuevo ámbito la investigación que hace está más enfocada en la innovación y los sistemas de conocimiento, así como en la forma de vincular las cadenas de valor con las metas más básicas de la productividad.
¿Cuál es la relevancia de su premio para México?
Este premio es de especial relevancia para México y un reconocimiento a los logros del CIMMYT en su país anfitrión. Antes de que el CIMMYT iniciara su colaboración con el Gobierno de México había una separación entre la ciencia aplicada a la agricultura y la realidad de los agricultores en el campo. Por tanto, con este premio se reconoce no solo la excelencia científica sino la importancia de llevar los resultados a los agricultores
México es un país complejo. Tenemos todo tipo de agricultores, que van desde agricultores comerciales o exportadores, hasta agricultores de pequeña escala que no tienen acceso a los mercados. Asimismo, en México existe una amplia variedad climática. Dicha variedad climática ofrece a los científicos del CIMMYT un laboratorio único para hacer su investigación y la oportunidad de explorar nuevas maneras de hacer ciencia y mantenerse en contacto con los agricultores para asegurarse de que su trabajo produzca impactos.
América Latina tiene el potencial de convertirse en un proveedor de alimentos para el resto del mundo. Por tanto, con este premio se reconoce el esfuerzo de México para elevar la producción agrícola. A medida que América Latina asuma este nuevo papel, todos nosotros debemos asegurarnos de que los aumentos se produzcan de manera sostenible y equitativa.
Este año el Diálogo Borlaug se titula “¿Podremos alimentar a los 9 000 millones de habitantes que habrá en nuestro planeta en 2050?” ¿De qué manera el trabajo del CIMMYT contribuye a este objetivo?
Este reconocimiento a los logros y avances del CIMMYT es una oportunidad, pero impone también la obligación de responder a esa pregunta. No es solo una cuestión de cifras. Tendremos que alimentar a más de 9 000 millones de personas y al mismo tiempo trabajar en un ámbito institucional y político más complicado, y proteger los recursos naturales.
Estos retos globales están avanzando a ritmo acelerado y el CIMMYT tiene que acelerar el paso para no perder su excelencia científica. Nos encontramos en un momento crucial en el que debemos aprovechar los rápidos cambios que se están dando en la ciencia y la tecnología, los cuales están cada vez más interrelacionados.
La tarea de ayudar a proveer alimentos nutritivos a 9.5 mil millones de personas exige un esfuerzo colectivo. No habrá un Norman Borlaug, sino un consorcio de personas, con conocimientos y experiencia en diversas disciplinas, trabajando juntos para lograr este objetivo. Para esto se necesitarán nuevos colaboradores, sobre todo alianzas con los sectores público y privado. El CIMMYT es una de las mejores instituciones que puede forjar estas alianzas, pero tendrá que estar mejor preparado para lo que se requiere en estos tiempos.