Muchos de los agricultores de Mozambique Central guardarán en su memoria el recuerdo triste del ciclo 2014-2015, un testimonio de que la variabilidad climática y los riesgos para la producción agrícola están aumentando y causando estragos. Las lluvias empezaron seis semanas después de lo previsto y gran parte de éstas cayeron solo dos meses (normalmente llueve cuatro meses); después hubo una prolongada sequía y algunas lloviznas al final.
Con fondos del 54 agricultores sembraron ensayos bebé y algunos incluso destinaron una superficie más grande que la que habían destinado inicialmente, entusiasmados por la idea de probar algo nuevo, según Mariote. “Las condiciones están cambiando rápido; seguir haciendo las cosas de la misma manera ya no es una opción”, opina Mariote. “Tenemos que ofrecer mejores tecnologías que sirvan a los agricultores para mitigar los efectos nocivos del cambio climático y mejorar sus condiciones de vida.” Mariote observó de primera mano los beneficios sinérgicos de combinar agricultura de conservación y maíz tolerante a sequía, como parte del trabajo en la Plataforma de Investigación Agrícola y Tecnológica (PARTI), un proyecto financiado por Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) por conducto de su iniciativa Feed the Future e implementada por el CIMMYT las zonas centro y norte de Mozambique.” Programa MAÍZ, asociados del Instituto de Investigación Agrícola de Mozambique (IIAM) y CIMMYT trabajan con agricultores de la Provincia de Manica en el ensayo y promoción de las prácticas de la agricultura de conservación que ayuden a captar y retener agua de lluvia, entre otras ventajas.
Como parte de este iniciativa, han reanudado los ensayos “mamá-bebé”, una metodología participativa que aplicó el CIMMYT hace más de una década en el ensayo de maíz tolerante a la sequía en África y que posteriormente fue adaptada a diversas prácticas agronómicas y utilizada por investigadores en todo el mundo.
Los ensayos mamá-bebé constan de experimentos en campo en comunidades agrícolas; el ensayo mamá se encuentra centralizado y se siembra con ayuda de investigadores. Los ensayos bebé, que incluyen subgrupos de los tratamientos del ensayo mamá, son sembrados, atendidos y evaluados por los agricultores participantes.
Un cambio de “siempre lo hemos hecho de esta manera” a la innovación
En Machipanda, una pequeña localidad en Manica, en la frontera con Zimbabwe, el Dr. David Mariote, mejorador de maíz de IIAM, sembró tres ensayos mamá, con dos sistemas de agricultura de conservación cada uno y una parcela de control convencional, en los que combinó cuatro variedades de maíz del proyecto Maíz tolerante a la sequía para África (DTMA), que se lleva a cabo con financiamiento de la Fundación Bill & Melinda Gates, y una variedad tradicional en rotación con caupí.
Posteriormente, los agricultores sembraron ensayos bebé con prácticas como las de siembra directa sin labranza, rotaciones de cultivos, retención de residuos, aplicaciones de herbicida, uso de fertilizantes y variedades mejoradas. Hubo mucho interés: 54 agricultores sembraron ensayos bebé y algunos incluso destinaron una superficie más grande que la que habían destinado inicialmente, entusiasmados por la idea de probar algo nuevo, según Mariote.
“Las condiciones están cambiando rápido; seguir haciendo las cosas de la misma manera ya no es una opción”, opina Mariote. “Tenemos que ofrecer mejores tecnologías que sirvan a los agricultores para mitigar los efectos nocivos del cambio climático y mejorar sus condiciones de vida.”
Mariote observó de primera mano los beneficios sinérgicos de combinar agricultura de conservación y maíz tolerante a sequía, como parte del trabajo en la Plataforma de Investigación Agrícola y Tecnológica (PARTI), un proyecto financiado por Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) por conducto de su iniciativa Feed the Future e implementada por el CIMMYT las zonas centro y norte de Mozambique.
Con entrenamiento del programa global de maíz y asistencia técnica del programa global de agricultura de conservación del CIMMYT, Mariote buscó métodos nuevos y apropiados para difundir estas tecnologías. Fue entonces cuando encontró los ensayos mamá-bebé, que nunca antes se habían usado con maíz tolerante a la sequía y agricultura de conservación en paralelo.
Aquellos que sembraron ensayos bebé coincidieron de manera unánime en que se necesitan nuevos métodos de producción y que los ensayos habían sido toda una revelación. En una de las comunidades, algunos agricultores opinaron: “Muchas veces no tenemos dinero para comprar fertilizantes costosos, pero hemos visto que con buenas prácticas y buenas variedades de maíz ya podemos aumentar los rendimientos de nuestro maíz.”
Muchos más agricultores de Machipanda se inscribieron ya para participar en ensayos bebé en el futuro, y como clara indicación del compromiso y entusiasmo por la agricultura de conservación y el maíz mejorado, ellos utilizarán sus propios insumos para sembrarlos.