NAIROBI, Kenia (CIMMYT) – Para solucionar los problemas relacionados con la sequía en África se necesitan intervenciones proactivas en lugar de intervenciones reactivas. De vez en cuando ocurre una sequía cuyos impactos sacuden a la comunidad de desarrollo, que se pone en acción y lleva ayuda alimentaria a millones de personas que la necesitan; esto es de gran ayuda a corto plazo, pero no ayuda a lograr un cambio duradero.
La necesidad de formular estrategias sostenibles que garanticen que las familias sigan contando con alimentos incluso cuando ocurren desastres naturales, es reconocida plenamente por la comunidad internacional de la agricultura para el desarrollo, y respaldada por los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
El CIMMYT tiene un papel importante en el apoyo a estas iniciativas en África, ya que genera variedades de maíz y de trigo tolerantes a la sequía que ofrecen a los agricultores soluciones a largo plazo ante las recurrentes sequías. Las variedades de maíz tolerantes a la sequía son distribuidas por conducto del proyecto Distribución de Semilla de Maíz Tolerante a la Sequía (DTMASS).
Se considera que la sequía que asoló gran parte del sur de África durante el ciclo 2015-2016 a causa de El Niño es la más severa en los últimos 50 años, y se estima que afectó a 40 millones de personas. Aunque Malawi, Mozambique y Zimbabwe catalogaron esta sequía como desastre nacional, Zambia logró generar su producción nacional promedio de maíz, gracias en gran parte a los pequeños agricultores que siembran aproximadamente el 51% del total de la tierra cultivada en el país.
Como en muchos países de África subsahariana, en Zambia la distribución y la cantidad de lluvia determinan el rendimiento de los cultivos. Sin embargo, pese a las lluvias tardías y erráticas en 2015-2016, los pequeños agricultores tienen motivos para sonreír. Su buena fortuna es evidente en el distrito de Petauke, Provincia Oriental de Zambia, a unos 400 kilómetros de la capital Lusaka, donde los graneros están rebosantes, gracias a la abundante cosecha de maíz.
Por recomendación de uno de sus colegas, Miriam Piri, agricultora de 36 años, madre de seis hijos, empezó a sembrar una variedad de maíz tolerante a sequía en 2013, como parte del proyecto Maíz Tolerante a Sequía para África. Al percatarse de que la variedad tolerante a sequía rendía más que la variedad local, Miriam siguió sembrándola.
“Siembro la variedad PAN53 tolerante a sequía en aproximadamente dos hectáreas de tierra y, en los últimos tres años, mis rendimientos han sido impresionantes”, afirma Piri. “Estaba un poco preocupada por mi cosecha, porque llueve poco, pero ¡obtuve el rendimiento más alto en tres años!”
Por su capacidad de darse bien en condiciones tanto de aridez como de humedad, y en regiones de baja altitud y de altitud media, PAN 53 es sin duda una de las variedades tolerantes a sequía más populares en Zambia. Además de su impresionante rendimiento, a los agricultores les gusta el grano tipo cristalino del híbrido, que hace más fácil y rápida la molienda, y sus mazorcas repletas, porque producen más grano. PAN 53 es también resistente al tizón foliar, la mancha foliar por cercospora y la pudrición de mazorca.
Cada ciclo, Piri siembra 40 kilogramos de PAN 53, de los cuales obtuvo 45 sacos de 50 kilogramos cada uno en 2013. Posteriormente obtuvo rendimientos de 35, 50 y 70 sacos en 2014, 2015 y 2016, respectivamente.
PAN 53 es producida y distribuida por Pannar, el grupo semillero independiente más grande de Sudáfrica, y uno de los más grandes proveedores de semilla en África subsahariana. El porcentaje del mercado de Pannar es el tercero en importancia en Zambia.
De acuerdo con la Red de Sistemas de Alerta Temprana contra la Hambruna, se espera que este año Zambia exceda sustancialmente los requerimientos nacionales de consumo, dada su producción de maíz de 2.87 millones de toneladas métricas en 2016, combinada con existencias remanentes de maíz estimadas en aproximadamente 667,500 toneladas métricas.
A unas cuantas casas de la de Piri, se encuentra la de Piri Mwanza, de 66 años, que también siembra maíz tolerante a sequía. Mwanza dice que sembrar un híbrido de maíz tolerante a sequía cuando comenzó la sequía de este año fue un riesgo que estaba dispuesto a correr. Durante los 44 años que ha cultivado la tierra, él conocía únicamente la variedad de maíz local, hasta que un distribuidor de productos agrícolas lo convenció de que probara algo nuevo. Invirtió US $37 en la compra de 20 kilogramos de semilla de maíz tolerante a sequía y fertilizante para su terreno de una hectárea. Pese a las escasas lluvias, cosechó 55 sacos de grano en comparación con los 40 sacos que obtuvo el año pasado con la variedad local.
“Estoy impresionado con mi cosecha, y seguiré invirtiendo en maíz tolerante a sequía incluso si la temporada mejora y las lluvias se normalizan”, recalcó Mwanza.
Sembrar variedades tolerantes a sequía ha probado ser una estrategia sustentable para mejorar la seguridad alimentaria. Los constantes esfuerzos del proyecto DTMASS del CIMMYT que promueve los beneficios de las variedades mejoradas, seguramente lograran convencer a los pequeños productores de que las adopten.