Esta semana comienza una nueva era con el lanzamiento del Programa MAÍZ, una alianza mundial del CGIAR con un valor de 170 millones de dólares, dirigido a expandir y acelerar la investigación del maíz. El anuncio fue difundido el día que el CGIAR celebró su 40 aniversario, en una ceremonia que tuvo lugar en Washington, en las oficinas del Banco Mundial. Dicho anuncio marca una nueva dirección para el CGIAR y es una muestra de que tras cuatro décadas sigue siendo una institución sólida y comprometida.
“Este programa está dirigido a duplicar la productividad de las explotaciones de maíz haciéndolas más capaces de enfrentar el cambio climático y, al mismo tiempo, reducir la cantidad de tierra que se dedica al cultivo del maíz”, dijo Carlos Pérez del Castillo, presidente del Consejo del Consorcio del CGIAR. “En consecuencia, se espera que aumentarán tanto los ingresos de los productores como las oportunidades que éstos tienen de ganarse la vida, lo cual ayudará a combatir la pobreza en las zonas rurales de los países en desarrollo”.
El maíz es el cultivo básico preferido de más de 900 millones de personas en 94 países en vías de desarrollo, entre ellos, una tercera parte de todos los niños desnutridos del mundo. El primer grupo que se beneficiará con el programa de investigación de maíz serán los pequeños productores que tienen poco acceso a los mercados y que viven en medios ambientes propensos a todo tipo de estrés. Como resultado de este programa, se proyecta que 40 millones de personas pertenecientes a las familias de los pequeños productores recibirán beneficios directos para el año 2020 y que, para el 2030, 175 millones recibirán estos beneficios.
El programa será implementado por el CIMMYT y el Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA), y más de 30 colaboradores de los sectores público y privado de todo el mundo. Con base en estudios realizados por el CIMMYT, se proyecta que la demanda de maíz en el mundo en desarrollo se duplicará para el año 2050. Por ahora, la agricultura enfrenta problemas a causa del crecimiento de la población, el cambio climático y la escasez de recursos naturales. Expandir la superficie para el cultivo de maíz implica pérdida de diversidad, extinción de bosques y erosión. Los precios de insumos, agua y mano de obra son muy elevados.
Por tanto, el desafío para MAÍZ será encontrar soluciones sustentables que permitan alimentar a más gente con menos recursos que hasta ahora. MAÍZ comprende nueve iniciativas estratégicas que reflejan las prioridades en la investigación. Todas las iniciativas incluyen capacitación para nuevas generaciones de científicos. Se espera que mediante el programa se genere maíz suficiente para cubrir la demanda anual adicional de alimentos de 135 millones de consumidores en el 2020 y 600 millones en el 2030.
“Éste es un proyecto muy ambicioso, orientado a combatir el hambre a nivel mundial”, comentó Thomas Lumpkin, Director General del CIMMYT. “Se requerirán un gran esfuerzo laboral y una extensa cooperación entre instituciones de los sectores tanto público como privado para poder alcanzar estas metas.” Los desafíos mundiales que enfrenta la humanidad son inmediatos y crónicos, por lo que hay que actuar ya, en este momento. Las vidas de millones de personas dependen de nuestra capacidad de generar soluciones sustentables que permitan alimentar a más gente con menos recursos que hasta ahora”.
Para más información, consulte http://www.cimmyt.org/en/what-we-do/ maize-and-wheat-cgiar-programs.