Wandera Ojanji
El proyecto Almacenamiento eficaz de grano para los agricultores africanos (EGSP) Fase-II llevó a cabo varios días demostrativos en campos de Malawi y Zambia, con el propósito de dar a conocer y mostrar la eficacia de los silos para proteger el grano de maíz de gorgojos y barrenadores grandes del grano, dos de las plagas más perjudiciales para los cultivos. El proyecto se realiza con financiamiento de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (SDC).
Durante los eventos, los agricultores hicieron comparaciones entre la calidad del grano que se guarda en silos y el que se almacena en estructuras tradicionales y sacos de yute. Artesanos y extensionistas también mostraron el uso y manejo apropiado de los silos.
El primer día demostrativo se celebró el 8 de abril en la finca de la agricultora Banda Jessy, en Chimtende, distrito de Katete, Provincia Oriental de Zambia, con la asistencia de más de 160 agricultores, artesanos fabricantes de silos, funcionarios del sector agrícola y líderes locales.
Los silos metálicos tienen muchos beneficios, dijo Dolan Mulumbu, titular del campo de Chimtende. Conservan el grano en buenas condiciones por varios años, no hay que aplicar insecticida, son portátiles y están hechos a prueba de insectos y roedores. Esta es una ventaja, porque los agricultores deciden cuándo vender su grano y guardar lo que necesitan para su familia. Greyson Phiri, jefe de la aldea de Sambira, dio las gracias al CIMMYT por llevar la tecnología de los silos a los agricultores y exhortó a éstos a que los utilicen.
El segundo día demostrativo, el 9 de abril, se realizó en la finca de Peter Mwanza, en el campo agrícola de Kamlaza, distrito de Chipata, con la asistencia de más de 270 agricultores de la localidad.
Muchos de los agricultores venden su grano en cuanto terminan de cosechar, por temor a que lo destruyan las plagas poscosecha. Moffat Khosa, representante del Departamento de Mecanización del Ministerio de Agricultura de Zambia, pidió a los agricultores que utilicen la tecnología para que no tengan que vender su grano justo después de la cosecha —cuando el precio promedio es de 10 dólares estadounidenses por saco de 50 kg—, sino después, cuando aumenta el precio en el mercado. Los animó a invertir en tecnologías poscosecha, en la misma proporción en que invierten en otros insumos, como semilla y fertilizantes.
En el tercer día demostrativo, el 11 de abril, participaron más de 240 agricultores; esta vez el evento tuvo lugar en la finca de Frank Renadi, en la aldea de Kapsala, Área de Planeación de Extensión de Chigonti, distrito de Lilongwe, Malawi. Asistieron también Wilfred Lipita, contralor de Extensión y Servicios Técnicos; Godfrey Ching’oma, director de Desarrollo Agrícola y su suplente Bartholomew Ngauma; Penjani Theu, gerente de programa de la División de Desarrollo Agrícola de Lilongwe; titulares de desarrollo de distrito; y líderes locales de Chigothi.
Lipita pidió a los agricultores que aprovechen el 50-50 en la participación de costos que ofrece el proyecto y que adquieran silos metálicos; agregó que quienes no cuenten con recursos para pagar el 50% del costo de los silos, tienen la opción de comprar superbolsas, que son más económicas. El objetivo del proyecto es distribuir 7,500 superbolsas entre pequeños agricultores de los distritos de Lilongwe y Mchinji, para que las evalúen.
“Las plantas en el campo necesitan protección contra gorgojos y barrenadores grandes del grano, roedores y fluctuaciones de la humedad en el medioambiente”, señaló Lipita. “Incluso si los cultivos se dan bien, los agricultores tienen que guardar muy bien sus productos, para evitar pérdidas poscosecha.”