¿Cómo llegan los productos de la investigación del CIMMYT a los agricultores y cómo podemos lograr que esto se haga de manera más eficiente, más rápida y más frecuente? Fueron éstos algunos de los asuntos que el personal del CIMMYT, con apoyo logístico y técnico de la Unidad de Focalización y Evaluación de Impactos (ITAU), puso en la balanza al reunirse en El Batán del 11 al 14 de diciembre. “Nos reunimos para definir el rumbo que tomarán los ocho proyectos del CIMMYT, considerando los problemas que tendrán que sortearse y las redes en las que operan”, dice Sofía Álvarez, especialista en evaluación de impactos del CIAT y facilitadora en el taller. Los resultados incluyen mapas y diagramas de redes conocidas como “árboles de problemas y objetivos”. Según Álvarez, el truco consiste en adoptar una postura intermedia entre lo demasiado genérico y lo demasiado específico. “Confiamos en que la gente podrá hacer uso de las herramientas y metodologías que adquieran aquí y aplicarlas de manera más práctica en productos específicos, en regiones específicas.” Lo que más impresionó a Álvarez fue que al personal del CIMMYT le importe tanto producir impactos en los campos de los agricultores. “Yo pensé que era poco común que, digamos, investigadores de la Unidad de Mejoramiento de Recursos Genéticos se interesaran en el impacto de su actividades. Esto es probablemente algo que tiene que ver en parte con el trabajo proactivo de la ITAU, que los llevado a pensar en cosas que no sé si en otros centros siquiera consideren.”