El sistema cuarentenario de Etiopía es muy flexible y esto permite la introducción de plagas que dañan los cultivos y reducen los rendimientos y los ingresos de los agricultores. Por esta razón, es de vital importancia saber cómo identificar nuevas plagas y fortalecer el sistema cuarentenario nacional para proteger los cultivos.
Para buscar soluciones a estos problemas, el CIMMYT-Etiopía impartió un curso de plagas cuarentenarias del trigo, del 13 al 15 de octubre, en el Centro de Investigación de Holetta, donde se inspecciona el germoplasma que más se recibe, antes de que sea sembrado e inspeccionado para detectar plagas externas en sitios aislados en todo el país.
Asistieron 13 investigadores de Holetta, Sinana, Kulumsa, Adet, Mekele, Werer y Ambo.
Temesgen Desalegn, director del Centro de Investigación de Holetta, dio la bienvenida a los participantes y presidió una sesión informativa sobre la institución, el personal y la investigación agropecuaria que realizan. El Centro es el sitio cuarentenario más antiguo donde se recibe e inspecciona la semilla para detectar plagas externas, sembrándola y evaluándola en sitios aislados, explicó Desalegn, y agregó que como parte del curso había incluido la exploración de varios aspectos relacionados con cuestiones normativas.
Bekele Abeyo, mejorador de trigo y representante del CIMMYT-Etiopía, destacó el papel del trigo en la economía del país y describió las principales regiones productoras y las tendencias de la producción. Habló también del problema de las recurrentes epitifias de roya que causan cuantiosas pérdidas y de cómo esas pérdidas afectan el crecimiento del país y el plan de transformación para lograr la seguridad alimentaria. Dadas las considerables pérdidas de rendimiento causadas por las epitifias de roya, el CIMMYT y otras instituciones como el Instituto Etíope de Investigación Agrícola (EIAR) y los Institutos Regionales de Investigación Agrícola (RARI), formularon un proyecto, que ahora está en su primer año, titulado “Multiplicación y distribución de semilla de variedades de trigo harinero y trigo duro de alto rendimiento y resistentes a la roya para los productores etíopes”.
El proyecto, que abarca 51 distritos de cuatro regiones, tiene dos subcomponentes, cinco objetivos específicos y varias actividades en cada objetivo. El proyecto da apoyo a los agricultores de pequeña escala, sobre todo a las mujeres, promueve la colaboración del sector privado y vincula a los agricultores con la industria. Entre sus objetivos figura la formación de capacidades de los programas nacionales mediante la adquisición de equipo de campo y laboratorio y la impartición de varios cursos cortos, patrocinados por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y el proyecto de semilla de CIMMYT/EIAR.
Eshetu Derso, subdirector de investigación de cultivos de EIAR, elogió el curso y la larga relación con el CIMMYT, así como el apoyo que éste les ha brindado. Dijo que el personal del CIMMYT está forjando un cambio al ayudar a Etiopía a identificar y buscar solución a algunos de sus problemas.
Eshetu explicó los diferentes componentes de las normas fitosanitarias y administrativas cuarentenarias de Etiopía, incluidos los recientes decretos en materia de sanidad. Por último, señaló que se difundirá información y se tomarán medidas fitosanitarias de supervisión para asegurar que no se introduzcan plagas externas. Todos los materiales vegetales que lleguen a Etiopía serán inspeccionados por funcionarios del área de cuarentena en los aeropuertos y puertos marítimos internacionales y para ello se establecerán “mostradores de cuarentena” y un sistema de escaneo.
El gobierno está tratando de evitar enfermedades cuarentenarias como el cornezuelo, el tizón tardío de la papa y el carbón parcial, según Eshetu, que mencionó otras enfermedades como las royas, la pudrición blanca del ajo, la necrosis letal del maíz, el virus del mosaico amarillo de la papaya, el marchitamiento bacterial de la hoja del jengibre y manchas en los cítricos. Todas estas enfermedades o ya han sido introducidas a Etiopía o podrían ser introducidas, agregó.
Monica Mezzalama, patóloga del CIMMYT, impartió un curso introductorio de las enfermedades transmitidas por la semilla de trigo, que incluyó métodos de detección, diagnóstico, epidemiología y manejo de hongos, bacterias y virus. Mezzalama complementó la teoría con la práctica para observar los síntomas de enfermedades del trigo causadas por hongos, bacterias y virus en parcelas de cuarentena; muestreo y preparación de tejido foliar; y trabajo en el laboratorio con técnicas de aislamiento (hojas y semilla). Su temario incluyó también la necrosis letal del maíz, uno de los grandes flagelos de la producción de maíz en los últimos años.
Mohammed Dawd, jefe de cuarentena de EIAR, y Bekele Kassa, fitopatólogo del Centro de Investigación Agrícola de Holetta, compartió algunos puntos de vista y dio una sesión sobre las plagas y enfermedades cuarentenarias en Etiopía.
Los participantes expresaron varias inquietudes relacionadas con el déficit de competencias que les impide dar un servicio de cuarentena apropiado, las pocas oportunidades de capacitación y la falta de guía por parte de los científicos con más experiencia y los directivos. Subrayaron la importancia de contar con asesoría especializada para conocer las amenazas y riesgos de las plagas cuarentenarias y llegaron a la conclusión de que la actual aplicación de las normas cuarentenarias de Etiopía tiene que ser reforzada para evitar la introducción de germoplasma no autorizado o no certificado.