EL BATÁN, México (CIMMYT) — Este año llega a su décimo aniversario la bóveda donde se guardan todas las colecciones de reserva de semilla de los principales cultivos alimentarios (en inglés se llama “Doomsday Vault” o bóveda del día del juicio) ubicada en Longyearbyen, Noruega, en medio del frío ártico. Para celebrar esta fecha, los líderes en materia de la conservación de recursos fitogenéticos se reunirán esta semana para dialogar sobre las mejores prácticas y alentar el uso sustentable de esos recursos.
La bóveda de Svalbard se localiza 1,300 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico, que es el lugar más al norte adonde llegan los vuelos comerciales. Fue establecida por el Gobierno Noruego en febrero de 2008 y es el almacén de semilla más seguro y más grande del mundo. El lugar donde se encuentra una vez fue una mina de carbón (ahora abandonada) que está en las profundidades del permahielo natural de la isla noruega de Svalbard.En los últimos 10 años, las instituciones en todo el mundo que conservan semilla han enviado colecciones de reserva de sus semillas y otras partes de plantas para ser almacenadas en la bóveda, que ahora contiene casi 900,000 variedades de cultivos esenciales que representan más de 4,000 especies vegetales, las cuales se podrían utilizar para re-iniciar la agricultura en caso de que sobrevenga una catástrofe.
El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) es el que más semilla ha enviado a la bóveda, con más de 150,000 colecciones únicas que contienen un total de casi 50 millones de semillas que representan alrededor del 85% de toda la colección del banco de germoplasma del CIMMYT.
Según Thomas Payne, jefe del Banco de Germoplasma de Trigo del CIMMYT localizado en México, el objetivo es que un duplicado del 90% de toda la colección del CIMMYT esté resguardado en Svalbard dentro de dos años. El Banco de Germoplasma de Maíz del CIMMYT, liderado por Denise Costich, ya ha alcanzado ese objetivo.
“Cada dos años mandamos, en un solo envío grande, paquetes de semilla que acumulamos hasta llegar a una masa crítica”, dice Payne.
Para preparar y enviar la semilla, es necesario realizar un trabajo minucioso y cuidadosamente coordinado. Para empezar, la semilla debe enviarse en el invierno para evitar que la dejen sobre el pavimento caliente de algún aeropuerto. Por otra parte, la bóveda en Svalbard se abre para recibir nuevos depósitos solo unas cuantas veces al año; por tanto, es necesario programar los envíos para que coincidan con esas fechas.
Solo semilla de altísima calidad es enviada a Svalbard, en parte para asegurar que la semilla almacenada retenga su capacidad de germinación el mayor tiempo posible.
La capacidad de germinación de las colecciones de semilla del Banco de Germoplasma del CIMMYT es evaluada periódicamente; con ese fin, se mantiene un lote de semillas sobre una toalla de papel mojada durante 7 a 10 días. Si resulta que menos del 85% de una colección única es viable, toda la colección es remplazada con semilla fresca producida de la porción viable de semilla.
“Hay colecciones de semilla en el CIMMYT que después de 50 años de almacenamiento, todavía tienen la viabilidad mínima requerida”, dice Payne y agrega que las colecciones a largo plazo del Centro son mantenidas a una temperatura de -18 °C y una humedad baja.
Payne explica que el Centro mantiene en México duplicados de las colecciones que envía a Svalbard, que son monitoreados como una forma de vigilar la viabilidad de las colecciones depositadas en Svalbard.
Agrega que “para checar la viabilidad de las semillas, tenemos que sacarlas del almacén, lo cual causa que se pierdan varios cientos de semillas. Es un procedimiento casi contraproducente, pues tenemos que balancear la cantidad de semilla que se utiliza para evaluar la viabilidad con la que se distribuye”.
Payne señala que los científicos ahora buscan formas nuevas y no invasoras de evaluar la viabilidad de la semilla, verificando las tasas de respiración de la semilla o utilizando tecnologías que rápidamente generan imágenes de la germinación.
El gobierno de Noruega y el Fondo Mundial de la Diversidad de los Cultivos cubren los costos de almacenar y mantener la Bóveda Mundial de Semilla de Svalbard; además coordinan los envíos junto con el Centro Nórdico de Recursos Genéticos. El Fondo Mundial fue establecido en 2006 a fin de apoyar la conservación y disponibilidad de la diversidad de cultivos para la seguridad alimentaria de todo el mundo, y ayuda a financiar la labor del CIMMYT orientada a coleccionar y conservar los recursos genéticos del maíz y el trigo. La Plataforma del Banco de Genes del CGIAR también apoya al banco de germoplasma de maíz y trigo del CIMMYT.
Haga clic aquí para obtener más información acerca de las actividades del Banco de Germoplasma de Maíz y del Banco de Germoplasma de Trigo. Learn more about the activities of the Maize Germplasm Bank here, and about the Wheat Germplasm Bank here.
Los Bancos de Germoplasma de Maíz y de Trigo del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo son financiados por el Fondo Mundial de la Diversidad de los Cultivos, la Plataforma de los Bancos de Genes del CGIAR y la agencia de desarrollo de Alemania.