EL BATÁN, México (CIMMYT)—Los científicos están preocupados por la proliferación de enfermedades fúngicas virulentas del trigo, como las dos nuevas cepas de roya amarilla —una en Europa y el norte de África, y la otra en África oriental y Asia central— y una de roya del tallo que está surgiendo en Europa.
La colaboración del Centro de Referencia Mundial sobre la Roya (GRRC) auspiciado por la Universidad de Aarhus en Dinamarca, junto con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y el Centro Internacional de Investigación Agrícola en Zonas Áridas (ICARDA), fue decisiva para identificar las nuevas cepas de roya amarilla y del tallo.
Una herramienta estratégica creada por David Hodson, científico sénior del CIMMYT, tiene una función clave en el monitoreo del desplazamiento de los patógenos de la roya del trigo, y ayuda a los productores a combatir la enfermedad a tiempo, salvar sus cultivos y evitar la inseguridad alimentaria.“Hemos notado que está aumentando la intensidad de la enfermedad y que ésta se ha diversificado y propagado rápidamente”, enfatiza Hodson, quien inventó la herramienta de vigilancia en campo denominada Rust Tracker.
El año pasado, la isla italiana Sicilia fue devastada por una cepa de roya del tallo que no se había detectado en Europa desde la década de los cincuenta, debido a que los mejoradores de trigo de aquella época colaboraron para eliminarla.
La roya del tallo se manifiesta en forma de pústulas rojizas oscuras en el tallo o las hojas del trigo, retrasa el crecimiento, debilita las plantas e impide la formación de granos, lo cual resulta en granos arrugados y pérdidas que van desde el 50 hasta el 100%.
El modelado de dispersión llevado a cabo por la Universidad de Cambridge y el Servicio Meteorológico Nacional del Reino Unido que pronostica la temperatura y las variaciones del clima, indica que es probable que las esporas provenientes del brote en Sicilia se hayan dispersado a la región productora de trigo del Mediterráneo; sin embargo, los científicos no están seguros de que las esporas sobrevivan el invierno y proliferen, de acuerdo con un artículo publicado recientemente en la revista Nature.
Alerta preventiva
“Existen varios factores que podrían estar influyendo en los cambios y rápida propagación: más viajes y mayor actividad comercial, aumento de las poblaciones de patógenos, sistemas de producción más uniformes y también el cambio climático, pero los rápidos cambios que estamos observando revelan la necesidad de contar con un sistema más robusto de alerta preventiva”, destaca Hodson, miembro del equipo internacional de científicos que colaboran en el proyecto Realizar Avances Genéticos en el Trigo (DGGW), coordinado por la Universidad de Cornell mediante la Iniciativa Mundial Borlaug para Combatir la Roya (BGRI).
Los científicos que participan en el proyecto internacional a cuatro años —que cuenta con un presupuesto de US $$34.5 millones, gracias a la subvención de US $24 millones por parte de la Fundación Bill & Melinda Gates y la reciente aportación de US $10.5 millones por parte de UK Aid (Departamento de Desarrollo Internacional de Gran Bretaña o DFID)– utilizan la genómica comparativa y los macrodatos para generar nuevas variedades de trigo. El objetivo es ayudar a los gobiernos a entregar a los pequeños agricultores del mundo en desarrollo variedades resilientes a factores ambientales adversos y a enfermedades, por conducto de distribuidores comerciales locales.
“Entre más pronto los agricultores sepan que existe el riesgo de un brote de roya, más oportunidad tendrán de salvar sus cultivos, utilizando fungicidas o sembrando variedades de trigo resilientes”, explica Hodson.
“Es un desafío constante. Siempre estamos al pendiente del surgimiento de nuevas enfermedades y variantes de antiguas enfermedades para poder tomar las medidas apropiadas y ayudar a los gobiernos a distribuir semilla que ha sido creada específicamente para resistir las royas”.
Sin embargo, la sustentabilidad a largo plazo de estos sistemas de monitoreo de enfermedades es incierta. Pese a la considerable inversión, los problemas persisten, agrega Hodson.
“Es preocupante que justo cuando la roya del tallo está reapareciendo en Europa estemos en riesgo de perder el GRRC, el único centro de determinación de patotipos de roya del tallo en Europa, a causa de la reducción de fondos. Dados los riesgos y los cambios que estamos observando, existe una necesidad crítica de contar con una estrategia a largo plazo para combatir las principales enfermedades de los cultivos”.
Los orígenes de Rust Traker
El sistema Rust Tracker en línea originalmente se concibió como una herramienta para combatir la roya del tallo, incluida la letal cepa Ug99, que desde que se detectó por primera vez en 1998 se ha propagado desde Uganda hasta el Medio Oriente y ahora se encuentra en 13 países. Cuando la Ug99 se arraiga en una parcela, puede destruir por completo el cultivo de un agricultor. En los países en desarrollo, es más difícil que los agricultores puedan comprar fungicidas que podrían salvar su cultivo.
Como parte del proyecto Resistencia Durable del Trigo a la Roya, el predecesor del proyecto DGGW, los científicos afiliados a BGRI tenían la meta de evitar que la Ug99 se propagara a China e India, los principales graneros del mundo. Hasta ahora, han logrado mantenerla a raya y sensibilizar a los gobiernos y los agricultores sobre su devastador impacto.
“Los investigadores y los agricultores están conectados en esta aldea mundial donde vivimos”, asegura Hodson. “Los patógenos no conocen fronteras. No debemos escatimar esfuerzos para lograr nuestra meta de entender la dinámica de las royas del trigo, cómo cambian, hacia dónde se están propagando y por qué. Si los científicos de trigo ayudamos a evitar una crisis alimentaria, estaremos haciendo nuestra parte para ayudar a mantener la estabilidad política y económica del mundo”.