Maíz naranja adicionado con vitamina A: la combinación de la agricultura y la nutrición rinde frutos
Yassir Islam, gerente de comunicaciones de HarvestPlus, junto con Kevin Pixley, científico del CIMMYT, y Fabiana Moura, especialista en nutrición de HarvestPlus, conversaron acerca de qué es lo que necesitan los científicos para hacer un poco a un lado sus procedimientos científicos y ver los alimentos desde una perspectiva histórica y enriquecedora, y desde distintos ángulos.
Hace apenas 10 años, la idea de que el maíz pudiera ayudar a compensar la deficiencia de vitamina A (VAD) habría sido totalmente inaceptable. Los investigadores estaban concentrados en aumentar el rendimiento de los cultivos y desarrollar variedades más robustas que resistieran el continuo ataque de enfermedades y plagas nuevas. La idea de lograr que el maíz y otros cultivos alimentarios contengan más nutrientes, mejorándolos con vitaminas y minerales, que es un proceso denominado biofortificación, fue un concepto novedoso. Sin embargo, con el lanzamiento de HarvestPlus en 2003, una iniciativa de investigación colaborativa reunió a científicos de diversas disciplinas que empezar a hacer justo esto, en un esfuerzo por reducir el hambre oculta causada por la ausencia de micronutrientes. Uno de los frutos de dicha iniciativa fueron las primeras variedades naranja del mundo, enriquecidas con vitamina A. La idea del maíz naranja, mejorado con métodos convencionales, es que aporte mayores cantidades de carotenoides de provitamina A, una pigmentación que ocurre de manera natural en las plantas, presente en varias frutas y verduras (mangos, zanahoria y calabaza), que el organismo transforma en vitamina A.
Kevin, ¿de dónde surgió la idea de hacer que el maíz fuera más nutritivo?
Alrededor de 1,000 millones de personas basan su dieta en el maíz, y muchos de ellos son pobres y están desnutridos. El maíz es una gran fuente de energía, pero su proteína carece de suficientes aminoácidos, minerales y vitaminas esenciales. Por supuesto que todo el mundo puede tener una dieta sana y balanceada, pero la pobreza se interpone. La desnutrición crónica es inaceptablemente común entre algunas poblaciones cuya dieta se basa en el maíz y no pueden adquirir alimentos más nutritivos. Mejorar la calidad nutricional del maíz es una forma de mejorar la salud y el sustento de muchos consumidores de maíz.
Fabiana, ¿qué pruebas hay de que esto da buenos resultados?
Sabemos que la provitamina A del maíz se absorbe muy bien y que el cuerpo la transforma en vitamina A. Un estudio realizado en un ámbito rural de África mostró que la reserva de vitamina A en el cuerpo de niños de 5-7 años mejoró cuando comieron maíz con provitamina A —, un efecto similar al que producen los complementos de vitamina A. También tenemos datos preliminares que muestran que los niños que comen maíz con provitamina A durante seis meses mejoran su capacidad visual de adaptarse a la luz tenue. Esto indica que hay una mejora en la visión nocturna, una función que depende de un nivel adecuado de vitamina A en el cuerpo… Me siento optimista porque en los próximos uno o dos años, cuando tengamos todos los resultados de los estudios que estamos haciendo, veremos que éstos refuerzan los resultados positivos que hemos encontrado hasta ahora.