Mike Listman y Katie Lutz
Un nuevo proyecto que coordina la Asociación para el Fortalecimiento de la Investigación Agrícola en África oriental y África central (ASARECA) y que se basa en las iniciativas regionales que el Programa TRIGO puso en marcha desde 2013, estudiará y promoverá oportunidades para que los agricultores de la región de África subsahariana siembren más de su propio trigo. El proyecto denominado “Impulso de la productividad del trigo y cadenas de valor en Burundi y Rwanda” vinculará las iniciativas regionales de ASARECA, para crear sistemas de producción de pequeña escala y cadenas de valor de trigo, y Trigo para África del Programa TRIGO.
Con fondos del Fideicomiso de Múltiples Donantes del Banco Mundial y del Programa TRIGO, el proyecto explorará las oportunidades y las limitaciones de las cadenas de valor del trigo y ayudará a que los productores de trigo de pequeña escala aumenten la productividad de sus parcelas en al menos 20%, en las comunidades que se elegirán en Rwanda, y hasta en un 100% en las de familias campesinas de Burundi que participen en el proyecto.
«Los dos países tienen agroecologías favorables y alto potencial para producir trigo; sin embargo, lo siembran principalmente agricultores de pequeña escala en tierras de temporal. En consecuencia, la producción nacional satisface menos del 25% de la demanda de consumo y los países tienen que importar más grano a un costo considerable”, señaló Iván Rwomushana, gerente de cultivos alimentarios básicos de ASARECA. Rwomushana explica que durante el proyecto de dos años se documentarán las principales limitaciones y oportunidades para los pequeños productores de trigo en los sistemas de cultivo y las cadenas de valor, se ensayarán y distribuirán tecnologías ya probadas, se reforzarán las capacidades de los grupos interesados en el uso de dichas tecnologías y sehará un intercambio más eficaz de conocimientos sobre sistemas de producción de trigo de pequeña escala sustentables y competitivos, así como de las cadenas de valor.
La urbanización, la emergente clase media y los nuevos estilos de vida elevan la demanda de trigo en África subsahariana. Sin embargo, el suministro a nivel regional no satisface esa demanda y los países consumidores de trigo tienen que echar mano de sus reservas externas para importar grano, cuyo costo asciende a por lo menos 12,000 millones de dólares americanos anuales. Solo en Rwanda, el costo anual de las importaciones de trigo registró un aumento de 2.3 a 33 millones de dólares americanos entre 2006 y 2011.
“En Burundi, por ejemplo, la cosecha es de solo 0.8 toneladas de grano por hectárea, en promedio”, reporta Gaspard Nihorimbere, mejorador de trigo del Instituto de Ciencias Agronómicas de Burundi (ISABU). “Si se siembra semilla mejorada, se aplican prácticas agronómicas apropiadas y fertilizante, los rendimientos de trigo de Burundi podrían elevarse hasta 1.6 toneladas por hectárea”. El proyecto, que se puso en marcha durante una junta realizada del 27 al 29 de octubre en Kigali, Rwanda, será patrocinado por el Consejo de Agricultura de Rwanda (RAB), la Universidad de Rwanda (UR)/Facultad de Ciencias Agrícolas, Zootecnia y Medicina Veterinaria (CAVM), ISABU, la Confederación de Asociaciones de Productores Agrícolas para el Desarrollo (CAPAD) y CIMMYT.
El proyecto se apoyará en las actividades del Centro Regional de Excelencia en Investigación de Trigo del Programa de Productividad Agrícola de África oriental (EAAPP).