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Antiguos trigos mexicanos provén caracteres útiles

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Julio Huerta, patólogo del CIMMYT, en sus primeras exploraciones de los trigos sacramentales.

Hace siglos, monjes españoles trajeron trigo a México, el cual se utilizaba en los ritos religiosos de la iglesia católica. La herencia genética de algunos de estos “trigos sacramentales” perdura aún en los campos de los agricultores. Los investigadores del CIMMYT han marcado la pauta en la recolección y caracterización de estos primeros trigos, han preservado su biodiversidad y los han empleado como fuente de resistencia a enfermedades y tolerancia a sequía.

“Solía decirle a Bent: ‘¡Busquemos el cementerio’”, recuerda Julio Huerta, patólogo especialista en trigo, de cuando viajaba a poblados mexicanos con su ya fallecido ex colega Bent Skovmand, experto en recursos genéticos de trigo del CIMMYT. “Los trigos sacramentales estaban ahí, a veces cientos de tipos.”

El primer trigo fue traido a México en 1523 a la zona que circunda lo que hoy día ocupa la Ciudad de México. El cultivo pronto se extendió más allá de la meseta central por conducto de los monjes católicos. Así llegó al estado de Michoacán en los años 1530 con los Franciscanos, en tanto que los Dominicos lo llevaron a Oaxaca en la década de 1540 y dieron grano a los habitantes de esa región para que produjeran harina y preparan pan ázimo, que tradicionalmente se preparaba para las ceremonias religiosas de la iglesia católica. “En la actualidad, muchos adornos en las iglesias de Michoacán contienen paja de trigo”, menciona Huerta.

Huerta y Skovmand recorrieron 19 estados mexicanos donde recolectaron trigos sacramentales. “Mucha gente pensaba que estabamos recolectando basura”, señala. “Nosotros queríamos recolectar trigos sacramentales antes de que desaparecieran. No me sorprende que algunos de esos trigos posean atributos muy valiosos para los programas de mejoramiento.”

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Matthew Reynolds, fisiólogo del CIMMYT, inspecciona líneas de trigo mejoradas (derecha) generadas a partir de cruzamientos con razas criollas de trigo mexicanas (izquierda) conocidas como trigos sacramentales

Los agricultores en México y otros lugares padecen los efectos de la escasez de agua y las altas temperaturas debido al cambio climático. Los científicos del CIMMYT están considerando los trigos sacramentales como una fuente de tolerancia a la sequía. Los ensayos de campo en la estación expeimental de Ciudad Obregón muestran que los trigos sacramentales producen mejor cobertura al principio, que protege el suelo y evita que la humedad se evapore. Otros contienen niveles elevados de carbohidratos solubles en el tallo que contribuyen al llenado de trigo incluso cuando hay sequía, mientras que otros extraen agua a mayor profundidad gracias a su sistema radicular profundo.

A medida que los agricultores han logrado acceder a variedades mejoradas o han emigrado a las ciudades, los trigos sacramentales han ido desapareciendo de los campos. Con la esperanza de conservar estas variedades raras y valiosas, Huerta y Skovmand empezaron a recolectarlas en 1992, en colaboración con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y patrocinio de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) de México. Sus esfuerzos no fueron en vano, ya que 10,000 muestras de 249 sitios en México pasaron a formar parte de los materiales en el banco de germoplasma del CIMMYT y se depositaron duplicados en el banco del INIFAP.

Sobreviven únicamente los más fuertes
Los suelos volcánicos profundos de los Altos de la Mixteca en Oaxaca o la aridez en algunas regiones de México no eran lo ideal para sembrar trigo. “Sin raíces profundas y sin lluvia, los trigos no habrían sobrevivido”, dice Matthew Reynolds, fisiólogo especialista en trigo del CIMMYT. Los genotipos de trigo que han sobrevivido durante siglos fueron quizá aquellos con caracteres de tolerancia a la sequía que los agricultores seleccionaron. “Supongamos que los agricultores tenían una mezcla de trigos sacramentales que eran bastante parecidos, lo suficiente como para que ellos pudieran hacerse cargo, pero en el mismo grado diversos para adaptarse a las condiciones de un lugar determinado”, explica Reynolds. “En un año ciertas líneas eran mejores que otras y puede que los agricultores cosecharan solo las plantas con mejor aspecto para la siembra del año siguiente.”

Los trigos sacramentales crecen a menudo en zonas rurales, lo cual significa que nunca se han cruzado con otras variedades y han conservado intacta su herencia genética. Suelen ser talludas y adaptables a las condiciones locales, según Huerta, y los agricultores que las siguen sembrando dicen que el grano tiene mejor sabor que el de las variedades modernas.

En su trabajo, Reynolds combina variedades antiguas y nuevas, haciendo cruzamientos de variedades modernas y trigos sacramentales, para obtener sus atributos de tolerancia a la sequía. “Tenemos ahora varias líneas candidatas para los viveros internacionales”, comenta. “Las mandaremos al sur de Asia y el norte de África, y serán de mucha utilidad sobre todo en regiones donde los suelos son profundos y se aprovecha la humedad residual.”

Trigos antiguos de vuelta y con estilo
En 2001, una nueva variante de roya de la hoja se hizo presente en Altar 84, la variedad de trigo más cultivada en el estado de Sonora, México. El programa de recursos genéticos del CIMMYT de inmediato identificó fuentes de resistencia en el banco de germoplasma. La colección de duros de trigos sacramentales de Oaxaca, México, ha demostrador ser muy útil: todas salvo una mostraron resistencia de genes menores o genes mayores a la nueva variante de la roya de la hoja, hecho que confirmó que los trigos sacramentales constituyen un recurso valioso para el fitomejoramiento.

Los investigadores del CIMMYT están aún estudiando el potencial de los trigos sacramentales. “Empezamos a caracterizarlos para resistencia a roya de la hoja y roya amarilla, y las colecciones del Estado de México para tizón de la espiga y septoriosis”, informó Huerta. Nos sorprendió encontrar tantas líneas resistentes. “Pero hasta terminar de caracterizarlas todas, no sabremos qué más encontraremos.”

Para más información de los trigos sacramentales: Julio Huerta, patólogo especialista en trigo (j.huerta@cgiar.org) o Matthew Reynolds, fisiólogo especialista en trigo (m.reynolds@cgiar.org).

Matthew Reynolds, fisiólogo del CIMMYT, inspecciona líneas de trigo mejoradas (derecha) generadas a partir de cruzamientos con razas criollas de trigo mexicanas (izquierda) conocidas como “trigos sacramentales”.