Martin Kropff
La sequía causada por El Niño está provocando hambre e inseguridad alimentaria que ponen en peligro la seguridad alimentaria de 40 millones de personas en el sur de África, según datos del Programa Mundial de Alimentos. Aunque no es tangible como la ayuda alimentaria, la investigación científica a largo plazo es primordial para atender a las importantes zonas amenazadas por la sequía en Centroamérica, África y Asia. Dadas las estrictas leyes tributarias de los gobiernos, es difícil defender las inversiones en la investigación frente a proyectos cuyos resultados pueden ser inmediatos y obvios; sin embargo, una inversión a largo plazo equivale a impactos a largo plazo.
Malas cosechas debido a la sequía
Sudáfrica, normalmente un país exportador, tendrá que importar de 5 a 6 millones de toneladas de maíz para mitigar los efectos negativos producidos por la pérdida de las cosechas. Al ser el productor de maíz más grande del continente, la situación de Sudáfrica está teniendo repercusiones en toda la región. Zimbabwe, que depende de los alimentos que importa de Sudáfrica, el mes pasado, se declaró en estado de desastre debido a la sequía, Malawi y Mozambique también han experimentado un alza enorme en el precio de los alimentos. Millones de personas en la región necesitarán ayuda alimentaria, lo que significa que habrá que importar grandes cantidades de alimentos. En gran parte del sur de África, la temporada de lluvias se ha retrasado de 30 a 50 días; esto ha causado que se retrase la siembra, lo cual originará una pérdida generalizada de cosechas.
Pero la sequía relacionada con El Niño no ocurre solo en África. Los pronósticos indican que la cosecha de trigo en la India será la más baja en seis años, con una reducción del 5%, después de dos temporadas sucesivas de débiles monzones. Sin embargo, lo más preocupante es que la región podría experimentar grandes sequías como las registradas en el Cuerno de África en 1981-1984 y en Sudáfrica en 1992, que provocaron disturbios sociales y gran sufrimiento humano.
Los cultivos tolerantes a la sequía son un seguro contra el hambre y la pérdida de las cosechas
Dada la intensidad de la sequía, los científicos tienen ante sí el reto de generar semilla y prácticas agronómicas que ofrezcan mayor resiliencia a los agricultores que trabajan en esas condiciones. El trabajo continuo orientado a generar variedades tolerantes a la sequía ha dado buenos resultados pero es necesario renovar el apoyo que se le brinda y expandirlo.
Varios maíces criollos y parientes silvestres del trigo han sobrevivido en condiciones difíciles durante milenios. Los mejoradores han aprovechado la tolerancia a la sequía que éstos poseen y utilizado los marcadores moleculares a fin de entender mejor la base genética de esta tolerancia, y hacer una mejor selección de tolerancia a ese fenómeno. Pero ésta no es una solución instantánea, pues puede costar hasta US $600,000 y se necesitan siete años para producir un solo híbrido de maíz. Los híbridos tienden a ser más tolerantes a la sequía porque son más robustos, lo cual significa que tienen raíces más profundas que permiten a la planta captar más agua.
El CIMMYT trabaja con sus colaboradores nacionales en Etiopía para obtener, en el menor tiempo posible, semilla de maíz y de trigo tolerantes a la sequía para los agricultores, como parte del proyecto Respuesta en Emergencias de Semilla en Etiopía financiado por la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) El proyecto Maíz tolerante a la sequía para África financiado por USAID y la Fundación Bill & Melinda Gates, ha distribuido 184 variedades distintas entre los agricultores, principalmente híbridos que en promedio rinden 49% más que las variedades de polinización libre, y que rinden más o lo mismo que las variedades que hay en el mercado.
Una sola semilla puede marcar la diferencia entre el hambre y la prosperidad, pero la semilla sola no basta. Imaginen que conducen un Ferrari diseñado para correr a alta velocidad en pistas recién asfaltadas, por un camino de terracería. El coche o se descompone o no funciona como debería. Lo mismo ocurre con la semilla que se siembra sin las prácticas agronómicas diseñadas para aumentar la eficiencia. Existen muchos factores que deben tenerse en cuenta, como por ejemplo, la fecha de siembra correcta, los métodos de labranza que conservan el agua y los fertilizantes. Si se logra un buen establecimiento de las plantas, es más probable que el cultivo se dé bien incluso bajo sequía intensa.
Siembra una semilla hoy
Se requieren grandes inversiones hoy en día para que en el futuro los agricultores se beneficien de las buenas tecnologías, dado que los beneficios de la investigación agrícola tienden a manifestarse después de mucho tiempo. Hoy en día, partes de Centroamérica, África y Asia necesitan ayuda alimentaria desesperadamente; sin embargo, las inversiones que la investigación agrícola para el desarrollo necesita sólo aumentarán a medida que más países padezcan sequía y otros fenómenos climáticos. Como dice el proverbio: “¿Cuál es el mejor momento para sembrar un árbol?” Hace 20 años. “¿Y el segundo mejor momento?” Hoy.