Además de ser parte de la dieta básica de millones de personas, el maíz tiene diversos usos en la industria alimentaria, cosmética y farmacéutica, y en la elaboración de biocombustibles. Sin embargo, para determinar cuál maíz reúne las características esenciales para cada propósito, el grano debe someterse a una serie de análisis de laboratorio que garanticen su calidad. Lo mismo ocurre cuando se trata de identificar maíz con ciertas características nutricionales benéficas, como por ejemplo, alto contenido de pro-vitamina A.
En el marco del proyecto colaborativo de investigación agrícola entre la Secretaría de Agricultura de México y el CIMMYT, durante la semana del 19 al 24 de abril se realizó en El Batán el primer curso-taller de calidad nutricional e industrial de maíz, con la participación de más de 20 expertos en mejoramiento, bioquímica, tecnología de alimentos y fisiología de nueve instituciones públicas y privadas de México.
Durante el taller los participantes pusieron en práctica las metodologías que se emplean en el laboratorio del CIMMYT para el análisis físico y químico de las características del grano de maíz (proteína, almidón, carotenos, lisina, triptófano, dureza de grano, color, entre otras) que determinan su calidad nutricional o industrial. Asimismo, durante dos días el grupo trabajó en la determinación de los parámetros de la calidad del maíz para nixtamal y tortilla, en los laboratorios del INIFAP campus Estado de México, bajo la supervisión de Gricelda Vázquez, investigadora de ese organismo.
Los participantes destacaron la pertinencia del taller porque les permitió conocer y practicar nuevas metodologías que los ayudarán a satisfacer la demanda de caracterización de germoplasma, y a garantizar su conservación y uso; hicieron énfasis también en que el aprendizaje es más eficaz mediante la práctica y la aplicabilidad —de la manera en que el taller fue estructurado— y que les gustaría que sigan haciéndose talleres como éste. “Todas las metodologías que conocimos esta semana nos servirán para fortalecer nuestro laboratorio y asegurar la caracterización del material criollo de colectas de nuestro banco de germoplasma”, opinó Ángel Jiménez Cordero de la Universidad de Guadalajara.
Participantes de empresas semilleras reconocieron lo importante que es para ellos caracterizar los materials para determinar parámetros de calidad nutricional y/o industrial, e incluir esta información en el paquete descriptivo de la semilla que comercializan.
“Para nosotros es gratificante poder contribuir a la capacitación de nuevas generaciones; les mostramos metodologías de laboratorio aplicables y necesarias para sostener y dar valor agregado al maíz y sus productos”, comenta Natalia Palacios, experta en nutrición de maíz y organizadora del taller. “Pero quizá más gratificante es que se fortalezcan las redes de trabajo existentes y se establezcan nuevas asociaciones colaborativas con instituciones mexicanas.”
Por su parte, los integrantes del equipo del laboratorio de calidad de maíz opinan que el taller fue de mucha utilidad para ellos también, pues les brindó la oportunidad de mostrar los aspectos teóricos y prácticos de la caracterización de la semilla y de ampliar su perspectiva acerca de sus actividades en el laboratorio. “Estar al frente de un grupo numeroso fue para nosotros una experiencia nueva, que en un principio planteaba un desafío pero que al final resultó muy enriquecedora”, dijo Aldo Rosales, asistente de investigación. “Para quienes trabajamos en la determinación de la calidad del maíz, fue una semana de mucho aprendizaje; fue como un recordatorio de que cada día hay algo nuevo que aprender.”
Muchas gracias a todas las personas de los laboratorios de calidad de maíz del CIMMYT y el INIFAP, y a la Oficina de Capacitación, por su apoyo en la realización del taller. Las instituciones mexicanas participantes fueron INIFAP, Colegio de Postgraduados, Universidad Autónoma del Estado de México, Universidad Nacional Autónoma de México, Universidad de Guadalajara, Tecnológico de Monterrey, Semillas Ceres, ICAMEX, CINVESTAV; y el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (organismo con oficinas en Managua, Nicaragua, que promueve la agricultura sustentable y el manejo de los recursos naturales).