Un soleado día de noviembre les da la bienvenida a cientos de productores de semilla al llegar a Doyogena, un pintoresco poblado de la región de las Naciones, Nacionalidades y Pueblos del Sur de Etiopía (SNNP). Los asistentes forman una bulliciosa fila para recibir, en promedio, más de 90 dólares de ganancias cada uno, de manos de los representantes de la Asociación de Multiplicación y Comercialización de Semilla Zereta Kembata.
“La asociación recibe la semilla producida por más de 1,100 agricultores, varios cientos de los cuales son mujeres que pertenecen a ocho cooperativas de agricultores”, refiere Yosef Balewold, director general de la asociación. Con ayuda de la Agencia de Transformación Agrícola (ATA) de Etiopía, en 2016 Zereta Kembata comenzó a recolectar, limpiar, empacar y vender semilla de trigo, papa, sorgo y haba. “Este año vendimos casi 27 toneladas de la nueva semilla de trigo resistente a enfermedades, suficiente para sembrar cerca de 2,700 hectáreas”.
Afectados anualmente por el embate de enfermedades fúngicas de rápida evolución que infectan cultivos que valen hasta 500 millones de dólares, a finales de 2017, más de 75,000 pequeños productores de trigo de las cuatro principales regiones productoras de trigo de Etiopía tendrán acceso a un vital insumo: más de 400 toneladas anuales de semilla de variedades nuevas de trigo resistentes a enfermedades, la mayoría producida por otros agricultores.
La semilla se comercializa junto con recomendaciones para cultivar trigo basadas en la ciencia, y su suministro ha aumentado continuamente desde 2014 gracias a la Iniciativa de Distribución de Semilla de Trigo, coordinada por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y financiada por la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID).
“Estamos energizando y diversificando el sector de la semilla de trigo en Etiopía, en parte incorporando y beneficiando a los productores de semilla tanto formales como independientes, incluidos hombres y mujeres”, explica Bekele Abeyo, científico del CIMMYT que coordina el proyecto.
Con dinero de las acciones de la asociación que compraron las cooperativas de agricultores y una reinversión del 30% de las ganancias, la asociación está construyendo una bodega grande para almacenar la semilla. En una pequeña choza cerca de la bodega se encuentra un limpiador metálico de semilla de 0.75 toneladas donado por la Iniciativa de Distribución de Semilla de Trigo que ha estado trabajando con Zereta Kembata y otros productores de semilla que, según los formuladores de políticas de SNNP, son excepcionales.
En 2016, Yosef Balewold, de 46 años, fue contratado como gerente general de la Asociación de Multiplicación y Comercialización de Semilla Zereta Kembata. Sus antecedentes laborales y educativos incluyen la construcción y estudios de administración de empresas, agricultura general, finanzas y contabilidad.
“En Etiopía, cerca de la cuna del trigo, se han observado en los últimos años nuevas y letales cepas de roya del tallo y roya amarilla, adversarios del trigo desde los tiempos bíblicos que últimamente han mutado y vencido los genes de resistencia incorporados en muchas de las modernas variedades de trigo”, señala Ayele Badebo, patólogo de trigo del CIMMYT con base en Etiopía. “Los agricultores tienen que empezar cuanto antes a sembrar otras variedades que poseen nuevos genes de resistencia; sin embargo, el limitado acceso a la semilla ha creado un cuello de botella”.
Además de ayudar a los productores paraestatales de semilla y cuatro compañías semilleras, por conducto de su iniciativa el CIMMYT apoya a 10 asociaciones de agricultores que compran, empacan y venden la semilla que siembran muchas cooperativas de agricultores, así como 12 asociaciones de productores de semilla, incluidos cinco grupos de mujeres, que obtienen ingresos de la siembra y venta de semilla de calidad de las nuevas variedades.
“La Iniciativa de Distribución de Semilla entrega a cada productor de trigo de 25 a 50 kilogramos de semilla con base en la cantidad de tierra de que dispone, para que comience a producir semilla en el menor tiempo posible”, explica Terefe Fitta, gerente del proyecto de semilla. “Los agricultores pagan el ‘préstamo’ en el momento de la cosecha con la misma cantidad de semilla, que se entrega a otros agricultores que quieren empezar a producirla, y así sucesivamente”.
Una innovación muy importante de la iniciativa ha sido vincular a los productores de semilla con fuentes de semilla de “primera generación”, principalmente investigadores estatales y federales. “Gracias al proyecto también ha sido posible integrar laboratorios que monitorean la producción de semilla, analizan la semilla que se cosecha y la certifican para la venta”, dice Badebo, y agrega que estos logros serán legados permanentes de la iniciativa.
Las mujeres aprovechan la oportunidad de avanzar
Al reconocer el papel fundamental de las mujeres de las comunidades agrícolas y rurales de Etiopía, la Iniciativa de Distribución de Semilla apoya a varios grupos de mujeres que producen semilla. Un ejemplo es la Asociación de Productoras de Semilla Tembo Awtena en el distrito de Angacha, SNNP.
Establecida en 2014, Tembo Awtena es la primera cooperativa de mujeres en ese distrito. Al principio, el grupo trató de hacer y vender pan, pero al enterarse de los beneficios del negocio de semilla por otras cooperativas de agricultores, en 2015 modificó su giro y empezó a producir semilla.
Mediante la Iniciativa de Distribución de Semilla, el CIMMYT proporcionó a la asociación cerca de dos toneladas de semilla para empezar y una empresa semillera del sur de Etiopía compró la cosecha del primer año con una prima del 20% sobre el precio del mercado porque era de buena calidad, según Amarech Desta, dirigente de Tembo Awtena.
“En 2016, con apoyo del CIMMYT, obtuvimos más de 7,400 dólares por la venta de semilla”, dice Desta, y agrega que el éxito de la asociación atrajo a otras 30 agricultoras en 2017, con lo que el número total de integrantes llegó a 133.
Desalech Ashamo, miembro de la asociación y madre soltera jefa de familia, recibió cerca de 300 dólares por la semilla que produjo en 2017 y utilizó las ganancias para pintar su casa. “Una de las grandes ventajas es que toda nuestra semilla se vende en un solo lote y no por partes, y, por tanto, recibimos un solo pago que podemos utilizar para financiar un proyecto familiar significativo.”
Desta explica que, a pesar de que Angacha es una comunidad muy tradicional, los hombres ayudan a las mujeres en las actividades de la producción de semilla. “Mi esposo sabe que los beneficios son para todos y los hombres hasta nos ayudan con las actividades en el campo”.
Las mujeres miembros de Tembo Awtena están especialmente complacidas por ser uno de los tres grupos de mujeres productoras de semilla en las regiones de Oromia y SNNP que recientemente recibieron tres trilladoras, gracias a la Iniciativa de Distribución de Semilla. Las mujeres miembros de la asociación habían estado trillando el trigo manualmente, un proceso largo y laborioso, según Desta. “Con la nueva máquina podremos trillar en una hora lo que a mano trillábamos en tres días”, enfatiza.
La dirigente del grupo también planea establecer una oficina, un área de almacenaje y un molino, así como abrir una tienda para vender insumos agrícolas, y obtener reconocimiento y publicidad para compartir con otras los beneficios obtenidos.
Impulso gracias a valiosas colaboraciones
El éxito de la Iniciativa de Distribución de Semilla de Trigo depende del compromiso y las contribuciones de diversos colaboradores nacionales e internacionales como el Instituto Etíope de Investigación Agrícola (EIAR) y los funcionarios estatales y distritales de las regiones de Amhara, Oromia, SNNP y Tigray, donde habita el 90% de los casi 5 millones de productores de trigo etíopes. La mayoría de las variedades proceden de las líneas de mejoramiento del CIMMYT y del Centro de Investigación Agrícola en Zonas Áridas (ICARDA); varias de esas líneas fueron generadas mediante el proyecto Aumentar los Avances Genéticos en el Trigo (antes Resistencia Durable del Trigo a la Roya), coordinado por la Universidad de Cornell.