Ciudad de México, México (CIMMYT)—El científico Bhoja Raj Basnet sabe de primera fuente lo que es ser un pequeño agricultor.
Sus primeros recuerdos se remontan a la finca de subsistencia de un acre en Jhapa, región fértil en el sureste de Nepal, un país donde el sustento de cerca del 65% de la población depende de la agricultura.
Esta pequeñísima finca le dio las bases para emprender una jornada que culminó con un doctorado en Estados Unidos y una carrera como mejorador de trigo en México, en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
El trigo tiene un papel preponderante en la agricultura de Nepal, ya que es el tercer cultivo más sembrado, pues ocupa cerca de 750,000 hectáreas de tierra arable cada año y produce un rendimiento promedio de 2.5 toneladas por hectárea. Solo el arroz y el maíz superan al trigo en las preferencias de los agricultores.
“Crecí jugando con las plantas y el suelo en la finca de mi familia y, antes de entrar a la preparatoria, ya sabía que quería estudiar ciencias agrícolas”, explica Basnet. “A medida que fui creciendo empecé a comprender la importancia de la agricultura y cómo ésta puede influir en la salud y el futuro de un niño. Esto fue lo que verdaderamente me motivó a estudiar la carrera que elegí”.
Años después, Basnet adquirió una maestría y un doctorado en fitotecnia. Después de graduarse de la Universidad Texas A&M en 2012, se unió al CIMMYT como posdoctorado en el programa de mejoramiento de trigo harinero.
En 2014, Basnet empezó a coordinar, en colaboración con Syngenta, un proyecto de investigación sobre trigo híbrido que incluye investigar y crear herramientas y tecnología para generar variedades comerciales de trigo híbrido del CIMMYT.
El trigo híbrido se genera cuando un mejorador cruza de manera intencional dos líneas de trigo genéticamente distintas y estables para producir una descendencia que combine las mejores características de los progenitores. El proceso de crear un híbrido tarda años, ya que las características son elegidas cuidadosamente a fin de obtener las características deseadas, como por ejemplo, mayor rendimiento de grano o tolerancia a factores adversos.
El principio de las variedades híbridas es el aprovechamiento de la heterosis, es decir, la superioridad de la progenie híbrida sobre sus progenitores. Este es un fenómeno biológico que se observa en casi todos los organismos vivos. Sin embargo, la magnitud de la heterosis varía considerablemente en función de varios factores biológicos y ambientales.
“El trigo híbrido siempre me ha fascinado”, enfatiza Basnet, y añade: “Realmente quiero ver los resultados finales de este trabajo y saber que son útiles”.
Generar variedades de trigo híbrido ha resultado ser un proceso muy complejo. De hecho, el primer intento del CIMMYT de generar trigo híbrido fue en la década de los sesenta, y aunque se interrumpió varias veces, el proyecto se retomó en 2010.
Aumentar la inversión y el financiamiento a largo plazo es un prerrequisito básico para obtener buenos resultados en el mejoramiento de cultivos, sobre todo en la fitotecnia, enfatiza Basnet. A diferencia de la generación de las variedades de trigo tradicionales, el éxito en la investigación para crear variedades de trigo híbrido depende en gran medida de la buena disposición y participación activa del sector privado en la investigación.
Basnet trabaja en establecer una buena base de trigo híbrido en el CIMMYT y para ello utiliza nuevas tecnologías y estudios existentes sobre híbridos. Con esta base de trigo híbrido generará diversidad genética en el trigo para aumentar los avances genéticos y crear herramientas que produzcan grandes cantidades de semilla híbrida.
“En la actualidad, menos del 1% del trigo que se cultiva a nivel mundial es trigo híbrido”, explica Basnet. “Tenemos que continuar con esta investigación, ya que los cultivos híbridos podrían generar de 15 a 20% más potencial de rendimiento y, en particular, mayor estabilidad, una característica importante para contrarrestar los efectos del cambio climático.”