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15 de febrero de 2018
EL BATÁN, México (CIMMYT) – Una nueva y extensa recopilación de los estudios científicos más recientes sobre los granos de cereales y la salud señala que una dieta sin gluten o sin trigo no es inherentemente más saludable para la población en general y que, por el contrario, puede poner a ciertos individuos en riesgo de padecer alguna deficiencia dietética.
Según una reciente recopilación especial de 12 informes que fueron publicados en la revista científica Cereal Foods World desde 2014 hasta 2017, el ingerir granos enteros en realidad es bueno para la salud del cerebro y se asocia con un menor riesgo de padecer diversos tipos de cáncer, enfermedades coronarias, diabetes, hipertensión y obesidad, y, en general, de morir.
“Existen datos claros y sólidos que indican que consumir productos de trigo entero como parte de una dieta balanceada mejora la salud y puede ayudar a mantener un buen peso corporal, excepto en el 1% de personas que padecen enfermedad celíaca y el 2 ó 3% que son sensibles al trigo”, explica Carlos Guzmán, especialista en nutrición y calidad de trigo del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) basado en México, que produjo la recopilación.
Guzmán señala que el trigo y otros granos son fuentes poco costosas de energía y que además proporcionan proteína, fibra digerible, minerales, vitaminas y otros elementos fitoquímicos beneficiosos.
“De acuerdo con la investigación, uno de los mayores beneficios del trigo es la fibra que se encuentra en el salvado y otras partes del grano”, explica. “Las dietas en los países industrializados generalmente son deficientes en su contenido de fibra, la cual ayuda a regular la digestión y promueve el crecimiento de bacterias benéficas en el intestino”.
Guzmán y cientos de especialistas en salud y calidad de grano se reunirán para asistir a la Cuarta Conferencia Latinoamericana de Cereales y el 13avo Taller Internacional de Gluten, organizados conjuntamente por el CIMMYT y la Asociación Internacional para la Ciencia y Tecnología de Cereales (ICC) en la Ciudad de México del 11 al 17 de marzo del año en curso.
El trigo ha contribuido al desarrollo de la humanidad durante los últimos 10,000 años y se cultiva en cerca de 220 millones de hectáreas en todo el mundo. Este cultivo proporciona la quinta parte de los alimentos del mundo y es la principal fuente de proteína en numerosos países tanto desarrollados como en desarrollo; además, es la segunda fuente de calorías a nivel mundial, después del arroz. En muchos países donde las harinas son fortificadas, los alimentos a base de trigo proporcionan los niveles requeridos de micronutrientes esenciales como hierro, zinc, ácido fólico y vitamina A.
Los habitantes de los países en desarrollo e industrializados están presentando incidencias cada vez más altas de diabetes, alergias, síndrome de colon irritable y obesidad. Se ha desarrollado una lucrativa industria de productos libres de gluten y de trigo que la prensa popular ha promovido como beneficiosos para combatir los trastornos antes mencionados. Sin embargo, existe mucha evidencia científica que contradice lo que dice la prensa acerca de esos productos.
“Gran parte de los mensajes anti-grano aparecen en publicaciones producidas por supuestos ‘especialistas’ que no son nutriólogos, y además suelen basarse en premisas falsas”, dice Julie Miller Jones, Erudita Distinguida y Profesora Emérita de la Universidad de St. Catherine en Estados Unidos, quien contribuyó a los estudios de revisión incluidos en la recopilación.
“Las causas de la obesidad y las enfermedades crónicas son complejas y, por tanto, resulta no solo simplista, sino también erróneo, identificar un solo grupo de alimentos como la causa o cura de esos problemas”, explica Miller Jones. “Lo que sí sabemos es que consumimos porciones grandes, demasiadas calorías y muy pocas frutas y verduras y granos enteros. El estilo de vida actual alienta el consumo de muchos alimentos con alto contenido de calorías y bebidas que contienen muy pocos nutrientes. Los riesgos que conllevan esas dietas deficientes a menudo se intensifican como resultado de nuestro estilo de vida sedentario”.
A los científicos del CIMMYT les preocupa que la imagen negativa del trigo que promueve la industria de dietas libres de gluten impedirá que las familias de escasos recursos consuman este grano como parte de una dieta sana y accesible, sobre todo en zonas donde existen pocas opciones de bajo costo.
La revista “Consumer Reports” informó en enero de 2015 que las ventas de productos “libres de gluten” aumentaron un 63% entre 2012 y 2015, y que solo en 2014 se introdujeron casi 4,600 productos de ese tipo. Según la revista Statistica, se estima que las ventas al por menor de alimentos libres de gluten en Estados Unidos alcanzaron 12.2 miles de millones de dólares en 2014, y que para 2020, ese mercado tendrá un valor de 23.9 miles de millones de dólares.
Sin embargo, el trigo que es biofortificado mediante el mejoramiento o fortificado con zinc y hierro durante la molienda puede ser parte vital de la dieta en zonas donde existe “hambre oculta” y donde las opciones nutricionales no existen o son muy caras. Cerca de 2 mil millones de personas en todo el mundo padecen hambre oculta, que se caracteriza por anemia por deficiencia de hierro, o por deficiencia de vitamina A o zinc.
La recopilación se basa en más de 1,500 estudios validados por expertos sobre los efectos dietéticos y de salud de consumir cereales y alimentos hechos de trigo.
A los especialistas del CIMMYT también les preocupa que esta información errónea acerca del trigo podría afectar lo que se invierte en las investigaciones que son vitales para mantener incrementos de la producción de trigo de por lo menos 60% para 2050, ya que eso es lo que se necesita para satisfacer la demanda de la población creciente, según Hans Braun, director del Programa Mundial de Trigo del CIMMYT.
“El cambio climático ya está limitando la producción de trigo en regiones como el sur de Asia, donde más de 500 millones de habitantes consumen alimentos hechos de trigo”, dice Braun. “El cultivo de trigo se ve amenazado, a nivel mundial, por cepas letales de plagas y enfermedades, escasez de agua y suelos infértiles”.
“Como vimos en 2008, 2011 y recientemente en Túnez y Sudán, la escasez de grano y los altos precios del pan pueden causar malestar social”, agrega Braun. “La comunidad internacional tiene que acelerar los esfuerzos por generar y diseminar variedades de trigo de alto rendimiento, resilientes al clima y resistentes a las enfermedades, y que además satisfagan las variadas demandas nutricionales de la humanidad”.
La recopilación fue producida con el permiso especial de AACC International.
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