Actualmente en los Valles Centrales de Oaxaca, en México, el cultivo de maíz es la opción número uno para establecer bajo condiciones de temporal. Sin embargo, existen otros cultivos que se adaptan a sus condiciones agroclimáticas y no se han tomado en cuenta para la diversificación de cultivos, muchas veces porque se desconoce si estos también pudieran diversificar los ingresos del productor en caso de existir mercado y buen precio de compra.
Uno de esos cultivos alternativos que se adaptan bien a la zona es la higuerilla (Ricinus communis). De hecho, entre 1940 y 1980 la región de Valles Centrales del estado de Oaxaca destacó por ser una buena productora de semilla de esta planta oleaginosa —cuya importancia económica deriva del hecho que de ella se obtiene el aceite de ricino, con muchos usos farmacéuticos e industriales—. Después de ese periodo, sin embargo, la demanda de higuerilla disminuyó, por lo que las localidades de Valles Centrales, como la Ciénega de Zimatlán, dejaron de producirla.
Actualmente, en los Valles Centrales se ha revitalizado la cadena de valor de la higuerilla gracias a empresas jóvenes como Ricinomex que están apostando por la diversificación de cultivos mediante la producción sustentable tanto de higuerilla para la elaboración del aceite de ricino, como de maíces nativos para la elaboración de productos innovadores como el whisky.
Ya que muchas veces la higuerilla —también conocida como tártago o grillal— es vista como una maleza que debe eliminarse de las parcelas, técnicos de Ricinomex, en colaboración con el Hub Pacífico Sur del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), han establecido parcelas demostrativas o módulos de innovación junto con productores que deciden diversificar cultivos de forma sustentable.
En la parcela de don “Rafa”, por ejemplo, se estableció un híbrido de higuerilla y también crotalaria (Crotalaria juncea), que es una leguminosa que sirve como abono verde y forraje. Don “Rafa” asegura que “en esos terrenos crecían unos buenos grillales criollos” y recuerda ir a pizcar con su papá cuando la temporada de cosecha de la higuerilla llegaba.
Después del corte de racimos don “Rafa” ha comprobado que la producción de higuerilla es una buena opción para la zona. Actualmente en su parcela se realizan ensayos para determinar las mejores alternativas de fertilización, así como el efecto de la crotalaria, la cual, a la fecha, ha mostrado un buen crecimiento y desarrollo en suelos franco arenosos y los animales de traspatio la han aceptado bien como forraje, de manera que se busca incrementar la superficie de siembra en ciclos próximos.
Con esta innovación se está generando un aporte considerable de residuos vegetales, mismos que sirven de material de cobertura pues, durante el ciclo de cultivo de la oleaginosa, el follaje viejo queda en la parcela. Este abono verde contribuye además en la fijación biológica de nitrógeno y es un excelente forraje, brindando hospedaje a insectos benéficos, ayudando en el control malezas —por efecto de cobertura— y reduciendo la presencia de nematodos, un tipo de gusanos que pueden ser perjudiciales para los cultivos.