Como parte de la campaña Bajío Agroecológico, hemos estado usando el término de “agroecológico” para designar un método de control de plagas más amigable con el ambiente; pero, ¿a qué nos referimos? La palabra clave de esta opción de manejo es biodiversidad, ya que el manejo agroecológico de plagas (MAP) no busca exterminar insectos, sino que trata de controlar sus poblaciones para que éstas no causen daños económicos significativos. Veamos esto con mayor detalle.
Dentro del esquema de Agricultura de Conservación (AC) se busca realizar un manejo agronómico que derive en rendimientos más altos y estables y, además, que dicho manejo no tenga impactos negativos en el ambiente. Es así como el MAP se presenta como una visión holística e integradora, ya que se procura la restauración de la biodiversidad funcional, lo cual permite que se reactive el control biológico, el cual se complementa con alternativas ecológicamente compatibles con las poblaciones de enemigos naturales. Por ello, las distintas opciones que presenta este manejo deben usarse como un complemento entre una y otra. Algunas estrategias de manejo compatibles con el MAP, de las cuales estaremos hablando en las siguientes semanas, son:
- Prácticas culturales: rotaciones y asociaciones de cultivo, manejo de densidades y fechas de siembra, manejo de riegos o aspersiones de agua, provisión de refugios y fuentes de alimento para los enemigos naturales, con el fin de propiciar ambientes desfavorables para las plagas y favorables para la presencia de organismos benéficos.
- Restauración de la biodiversidad funcional: conservación y recuperación vegetal que permita la disponibilidad de alimento alternativo para los entomófagos, así como la provisión de refugios o para incremento de su población.
- Control biológico (natural y aplicado): estrategias para la conservación de los enemigos naturales, ya sean éstos nativos o introducidos. Aumento de enemigos naturales en el cultivo, que pueden ser de tipo inoculativo o inundativo.
- Introducción de enemigos naturales exóticos. Uso y liberaciones masivas de entomófagos y entomopatógenos.
- Productos alternativos de origen natural y sintético: uso de extractos de plantas con propiedades repelentes, disuasivas de alimentación, tóxicas o bien aquellas que interfieren en los procesos fisiológicos o de comportamiento en los insectos. Uso de productos de origen mineral, como el silicio o la tierra de diatomeas, aplicación de insecticidas biológicos formulados a base de bacterias, hongos y virus, así como otros llamados biorracionales que tienen efecto sobre algún estado de desarrollo de los insectos, como los reguladores de crecimiento de insectos, hormonas juveniles e inhibidores de formación de cutícula o de la alimentación.
- Uso de semiquímicos: como feromonas sexuales, las cuales se pueden usar para monitoreo de poblaciones, confusión de apareamiento y control de la densidad de plaga.
Como conclusión podemos decir que para realizar un MAP exitoso, además de usar los métodos antes descritos, es necesario conocer y comprender el contexto de la plaga que se desea manejar: saber sobre las causas de su origen, sus ciclos vitales, la etapa del cultivo en que se producen los daños, los distintos enemigos naturales nativos que regulan las poblaciones de las plagas, los atributos bioecológicos de dichos enemigos naturales, las etapas de mayor susceptibilidad y en qué momento o bajo qué condiciones ocurren los mayores índices de infestación en el cultivo.
Para más información consulta el libro Enemigos naturales de las plagas agrícolas del maíz y otros cultivos:
http://biblioteca.inifap.gob.mx:8080/xmlui/handle/123456789/635
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