Guanajuato.- “Desde que yo era un niño acompañaba a mi padre al campo y él todo el tiempo estuvo produciendo maíz. El maíz es un cultivo muy importante porque es el alimento de todos mexicanos, así que de alguna manera estamos contribuyendo con un granito de arena para que no nos falte este alimento que es básico”, comenta Martín Mendoza, productor guanajuatense que participa en el Plan Maíz, un proyecto impulsado por Nestlé con el soporte científico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
A pesar de su relevancia para México —donde se siembran más de siete millones de hectáreas de maíz y se producen más de 27 millones de toneladas anuales—, la productividad promedio del país sigue siendo baja en comparación con los principales productores —Estados Unidos y China que producen alrededor de 384 y 231 millones de toneladas anuales, respectivamente—. De hecho, México no alcanza a cubrir toda su demanda y actualmente es el segundo importador de maíz, solo después de Japón.
Cultivar maíz de forma sustentable es una vía para mejorar la productividad nacional y para conservar los recursos naturales que se necesitan para la producción de este cereal: “Las prácticas sustentables nos ayudan a producir un poquito más. La Agricultura de Conservación contribuye a que tengamos un poquito más de rendimiento. Estamos produciendo un maíz de mayor calidad, también ahorramos trabajo, tiempo y dinero”, comenta Martín.
La Agricultura de Conservación es el sistema de producción sustentable que se promueve a través del Plan Maíz. Tiene tres componentes básicos: la mínima labranza, la diversificación de cultivos y la cobertura del suelo con residuos agrícolas (rastrojos). Se trata de un sistema flexible que se adecua a las necesidades y condiciones de los productores —y al que se le pueden sumar otros sistemas integrales, como los enfoques agroecológicos para el control de plagas—. Entre sus beneficios está que permite disminuir la erosión del suelo, mejorar su calidad y su biodiversidad, así como optimizar el consumo del agua en la agricultura.
El Plan Maíz fomenta el abasto local y le da valor a la producción sustentable del que es el cultivo insignia de México: “Con este proyecto tenemos ya la venta del maíz asegurada sin necesidad de andarle batallando para la comercialización. La Financiera Sakxim —que está sumando esfuerzos con Nestlé y el CIMMYT en este proyecto— se dedica a la comercialización de los granos y ofrece servicios de asesoría, financiamiento y comercialización. Ellos también nos están asesorando sobre qué variedades meter, cuáles son las que más convienen para los requerimientos de comercialización”, comenta el productor.
Para Martín, el proyecto es favorable para la sociedad en general “por la calidad del grano que nosotros producimos y todos los beneficios que esto representa”, señala. En este sentido, el acompañamiento técnico que reciben los productores que participan en el proyecto es fundamental porque está orientado a desarrollar sus capacidades: “nos ayudan a conocer las nuevas tecnologías que van saliendo y que las implementemos en el campo”.
Desarrollar capacidades para fomentar la producción sustentable de maíz es uno de los aspectos esenciales del proyecto impulsado por Nestlé y el CIMMYT. Los productores de maíz mexicanos son clave para lograr la sustentabilidad del campo y para preservar una herencia de cultivo única en el mundo. Como comenta Martín, es importante que las nuevas generaciones se involucren y “vayan aprendiendo esta cultura del maíz, que viene desde nuestros antepasados, forma parte de nuestras raíces y por eso tenemos que seguir con este cultivo, tenemos que hacerlo”.