Con motivo del Día Internacional de la Mujer 2023, Nele Verhulst, agrónoma de sistemas de cultivo del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), comparte los avances del grupo Mujeres en la Ciencia de Cultivos y cómo su trabajo intenta contribuir a la igualdad de género en la agricultura y la ciencia.
Al crecer en los años noventa en Bélgica, me interesaba el feminismo, pero también daba por sentado que la lucha por la igualdad de derechos entre mujeres y hombres ya se había librado y ganado. Estudiando ingeniería en biociencias en la década de 2000, más de la mitad de los estudiantes eran mujeres, así que esto me demostró que estábamos todas preparadas (aunque la gran mayoría de los profesores eran hombres, parecía cuestión de tiempo que eso se solucionara). Llevo más de 15 años trabajando en América Latina como agrónoma e investigadora y me he dado cuenta de que aún queda mucho por hacer para lograr la igualdad de oportunidades para las agricultoras, las asesoras agrícolas, las científicas y otras profesionales de la agricultura.
En el CIMMYT, entre el 20% y el 25% del personal científico –carreras que implican trabajo de campo, de laboratorio, de datos y socioeconomía– son mujeres. Debido a ello, Alison Bentley y yo creamos un grupo de mujeres en la ciencia de los cultivos en el CIMMYT hace aproximadamente un año, en el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia en 2022. En nuestra primera reunión, nos propusimos conectar, debatimos cómo crear una red (ni siquiera teníamos una lista de todas las mujeres que trabajan en el ámbito científico en el CIMMYT, por lo que era difícil saber a quién invitar), y decidimos si queríamos comprometernos con acciones adicionales para lograr un entorno más inclusivo en el CIMMYT.
Desde esa primera reunión, hemos organizado mañanas de café y otros eventos, y nos hemos dividido en grupos de trabajo más pequeños para elaborar planes de acción sobre diez temas: desarrollo de una estrategia de género en el lugar de trabajo, promoción del personal contratado localmente, tutoría, procesos de contratación, microagresiones, políticas de acoso, conciliación de la vida laboral y familiar, entorno de trabajo favorable a la familia, sensibilización externa sobre las mujeres en la agricultura y garantía de la visibilidad interna.
Nuestro grupo también está vinculado a la red mundial de Mujeres en la Ciencia de los Cultivos y al grupo de Mujeres en la Investigación y la Ciencia (WIRES) del CGIAR.
Me ha encantado poder hacer algunos pequeños cambios iniciales –¡quién iba a decir que las instalaciones sanitarias se convertirían en un tema recurrente!– pero, sobre todo, me han encantado las oportunidades que he tenido durante el último año de conectar con mujeres que comparten una misma pasión por la ciencia de los cultivos en todos sus aspectos. Esa pasión y las oportunidades para mejorar la vida de los agricultores y las comunidades rurales es lo más importante que celebramos hoy.
Foto de portada: Mujeres participan en un acto público de cosecha de trigo, organizado por el proyecto CSISA con Krishi Vigyan Kendra (KVK) en el pueblo de Nagwa, cerca de Patna, en Bihar (India). (Foto: Madhulika Singh/CIMMYT)