Los agricultores de pequeña escala que cultivan maíz nativo se enfrentan a importantes desafíos para preservar la biodiversidad de sus semillas de una temporada a otra. Para brindarles alternativas de almacenamiento que minimicen las pérdidas de semillas y mantengan la germinación, un grupo de investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos de Córdoba (ICYTAC) compararon la eficacia de dos prácticas de almacenamiento de semillas, específicamente, costales de polipropileno —que son la práctica convencional de los agricultores— y contenedores herméticos.
Los agricultores desempeñan un papel importante en la preservación de la diversidad de del maíz nativo, por lo que la conservación in situ —es decir, en las mismas parcelas— de esta diversidad es fundamental, particularmente cuando se estima que las pérdidas en la cantidad y calidad del grano y las semillas durante el almacenamiento pueden llegar a ser de hasta el 60 % con las prácticas de almacenamiento convencionales que, regularmente, incluyen el uso de costales de polipropileno con o sin tabletas de fosfuro de aluminio.
Si bien la utilidad de los contenedores herméticos —incluyendo botellas o garrafones de plástico reciclados—para preservar la cantidad y calidad de granos ya ha sido documentada por investigadores del CIMMYT y otras instituciones, esta nueva investigación se centra en evaluar los efectos que tienen las tecnologías de almacenamiento sobre la pérdida posterior a la cosecha y la germinación de las semillas de maíces nativos.
De acuerdo con el estudio, muestras de cuatro razas de maíz nativo —de grano blanco, amarillo, azul y rosa— de los Valles Altos de México se almacenaron durante tres y seis meses, monitoreando el contenido de humedad y el daño al núcleo de las semillas y analizando, al cabo de los respectivos periodos de almacenamiento, la germinación de las muestras libres de plagas.
Los resultados indican que las muestras de los costales de polipropileno sufrieron daños significativos por el gorgojo del maíz (Sitophilus zeamais) y el barrenador del maíz (Prostephanus truncatus), alcanzando un poco más del 61 % de daño por insectos y el 23 % de pérdida de peso. En contraste, con los contenedores herméticos las pérdidas fueron mínimas, con un daño máximo por insectos de 4 % y una pérdida de peso de solo 2 %.
Con respecto a la tasa de germinación de las muestras almacenadas en los recipientes herméticos, el estudio indica que esta fue superior al 90 %, por lo que este nuevo aporte refuerza la evidencia sobre la eficacia de los contenedores herméticos para mantener la cantidad y calidad de las semillas de las razas de maíz nativo mexicano durante el almacenamiento.
“En el caso del maíz almacenado para usarse como semilla, las tecnologías herméticas pueden limitar los daños causados por las plagas de insectos después de la cosecha y minimizar la pérdida durante el almacenamiento (…) Estas tecnologías podrían promoverse entre los agricultores de pequeña escala en México con el apoyo técnico adecuado (…) para que puedan secar y almacenar semillas en condiciones seguras, lo que es fundamental para preservar la biodiversidad del maíz y fortalecer la seguridad alimentaria”, concluye el estudio.