Buscando soluciones para los sistemas de producción regional
Por: Óscar Sandoval, Simon Gerrit Fonteyne.
25 de abril de 2017.
Tlaltizapán, Morelos.– El 25 de abril la estación experimental de CIMMYT en Tlaltizapán, Morelos, fue escenario de una reunión destinada a rediseñar los tratamientos a evaluar en la plataforma de investigación de INIFAP en Iguala de la Independencia, Guerrero. Esos tratamientos deben dar solución a los principales problemas de los productores del estado de Guerrero. La reunión estuvo orientada a productores y otros actores de la cadena productiva de maíz del estado de Guerrero, en especial las regiones Norte y Tierra Caliente. Sirvió para conocer el sistema de producción de esa región y determinar los principales retos de los productores. Así, los productores están involucrados desde el inicio en el diseño de la plataforma de investigación y se asegura que la investigación de respuestas la puedan aplicar en sus campos.
Luego del acto de bienvenida por parte de los ingenieros Eliud Pérez Medel y Óscar Bañuelos Tavares y una breve introducción del concepto de plataformas de investigación por parte del doctor Simon Fonteyne, se realizó un recorrido por la plataforma de investigación de Tlaltizapán, con la finalidad de demostrar a los participantes lo que es una plataforma de investigación. Allí, Bañuelos Tavares y Luis Castillo Villaseñor explicaron las tratamientos y los resultados de la plataforma, que ya lleva 7 años en operación. Los participantes conocieron a la crotalaria, una leguminosa que produce forraje de calidad en otoño-invierno, una temporada cuando la demanda en la zona es alta, pero la disponibilidad baja.
Figura 1: Tratamiento 5 de la plataforma de investigación de Tlaltizapán, con crotalaria rebrotando después del primer corte.
Después de la visita a la plataforma de investigación, los participantes definieron juntos el sistema de producción. En la zona se cultiva principalmente maíz híbrido y, con mucho menor importancia, cacahuate, jícama, sorgo y calabaza. Antes de la siembra, los productores queman el rastrojo restante, barbechan y rastrean. La mayoría de los productores cosecha el maíz a mano por su propio consumo. Como principales problemas, los asistentes mencionaron los bajos rendimientos y altos costos de producción, la degradación del suelo y la falta de agua. Pocos productores dejan rastrojo porque hay demanda como forraje, mientras que otros lo prefieren quemar. Para resolver esos retos en la plataforma de Iguala se van a evaluar tratamientos con labranza reducida, rotación de cultivos y retención de rastrojo. Eso podría bajar los costos, aumentar la fertilidad del suelo y mantener más humedad. Para dar un alternativa a los productores ganaderos para el uso de rastrojo como forraje, el cultivo de crotalaria será evaluado en otoño-invierno.