El estado de Morelos es el segundo más pequeño de México, pero es uno de los más importantes en diversidad biológica, recursos hídricos y diversidad ambiental; además, en el plano agrícola ocupa los primeros lugares de producción en una gran diversidad de cultivos.
Sus bosques son fundamentales para mantener la riqueza biológica y la actividad agropecuaria, pues su función principal es la recarga de los abundantes acuíferos de la entidad y la regulación del clima (sin sus recursos forestales, el estado no podría tener una precipitación promedio anual superior a la media nacional).
Las quemas agrícolas y los incendios forestales ponen en riesgo el equilibrio ecológico de la entidad, ya que uno de los múltiples efectos del fuego sobre los ecosistemas —naturales o agrícolas— es la pérdida de funciones del suelo para regular el clima (o para ser productivo) y la contaminación de los acuíferos (muchas partículas que se generan durante un incendio pueden escurrirse o directamente llegar a los cuerpos de agua y contaminarlos).
En México se estima que el 90% de los incendios se debe a la actividad humana. Las actividades agropecuarias (quemas que se salen de control o que tienen el fin de deforestar áreas de bosque para convertirlas en áreas de pastoreo o de cultivo) representan 30% de las causas de los incendios forestales.
Lamentablemente, en lo que va del año Morelos se ha posicionado como uno de los 10 estados con más incendios, el segundo en incendios forestales y el quinto con más bosques afectados por el fuego. El cambio climático, que en la entidad se manifiesta con disminución de lluvias y aumento de la temperatura, favorece la expansión de los incendios.
La importancia de inhibir los incendios —particularmente las quemas agrícolas— radica no solo en la preservación de los recursos naturales —y en el consecuente aseguramiento de la disponibilidad de agua a mediano y largo plazo—, sino en que al evitarse la quema de los rastrojos (residuos agrícolas que son objeto de las quemas), los productores pueden obtener diversos beneficios y mejorar sustancialmente sus unidades productivas y su economía, impulsando así el desarrollo de todo el estado.
Para apoyar a los productores de Morelos y simultáneamente conservar la riqueza biológica e hídrica de la entidad —evitando tanto la ampliación de la frontera agrícola como los incendios forestales resultado de quemas fuera de control—, la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (Sedagro), la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) impulsan la campaña #MejorSinFuego.
La campaña se centra en el desarrollo de capacidades para que los productores aprovechen los múltiples beneficios que representa la conservación de los rastrojos. Estos —que pueden ser empleados o vendidos como forraje— tienen su mayor utilidad como cobertura del suelo, aunque es posible tener sistemas mixtos, dependiendo de las necesidades del productor.
Como cobertura del suelo, los rastrojos aumentan la infiltración de agua en las parcelas y reducen la evaporación, incrementando la cantidad de agua disponible para los cultivos; también protegen al suelo de la erosión y aumentan su actividad biológica (y —por lo tanto— su fertilidad); disminuyen el número de malezas; y regulan la temperatura del suelo, entre otros beneficios.
En comparación con las quemas agrícolas —cuyos beneficios son solo temporales y que a mediano y largo plazo afectan la fertilidad y la productividad de los suelos, así como su capacidad para infiltrar agua y regular la temperatura ambiental—, el manejo adecuado de los rastrojos permite reducir los costos de producción y sostener los beneficios en el tiempo.
Ante un panorama en que el cambio climático impone difíciles retos a la conservación medioambiental y a la producción agropecuaria en Morelos, la Agricultura Sustentable con base científica que la Sedagro, la SDS y el CIMMYT promueven a través de la campaña #SinFuegoMejor constituye una acción para que el campo morelense sea más rentable y contribuya además a evitar la deforestación y minimizar los riesgos ecológicos y climáticos. Conócela y ¡súmate!
Por: Sedagro y SDS.