La principal plaga del cultivo de maíz en México es el gusano cogollero (Spodoptera frugiperda), el cual causa pérdidas económicas en el rendimiento superiores al 50% si no es controlado de manera oportuna.
Para su manejo es muy común el uso de productos de síntesis química de amplio espectro, los cuales generan impactos negativos en los agroecosistemas; uno de estos impactos es que afecta de manera directa la presencia de enemigos naturales de las plagas (depredadores y parasitoides) al disminuir sus poblaciones.
Los insectos parasitoides, representados principalmente por moscas y avispas, pasan la mayoría de las veces desapercibidos en el campo y no se les da la importancia adecuada como controladores biológicos de esta y muchas plagas agrícolas. Por lo que su identificación en las diversas zonas agroecológicas permite implementar estrategias para su conservación a corto y largo plazo.
Existen alrededor de 263 insectos parasitoides que pueden ayudar al control de esta plaga a nivel mundial, de estas 87 especies se han registrado en México.
Colectas realizadas en los municipios de Acayucan, Hueyapan de Ocampo y Soteapan del estado mexicano de Veracruz, han permitido detectar la presencia de una gran cantidad de parasitoides del gusano cogollero tales como Archytas marmoratus y Lespesia archippivora (Diptera: Tachinidae); Aleiodes laphygmae, Cotesia marginiventris, Chelonus cautus, Ch. insularis y Meteorus laphygmae (Hymenoptera: Braconidae); Eiphosoma vitticolle, Pristomerus spinator y Ophion flavidus (Hymenoptera: Ichneumonidae); Euplectrus alvarowillei, E. comstockii y E. platyhypenae (Hymenoptera: Eulophidae).
Al realizar un parasitismo natural en diferentes estadios de desarrollo del gusano cogollero, estas especies identificadas pueden ser de gran utilidad en la regulación poblacional de la plaga, pudiendo además ser insectos benéficos candidatos para generar programas de control biológico por conservación y/o aumento.