En México la situación del agua es crítica, particularmente para la agricultura en donde se estima que un poco más del 70 % de las aguas extraídas se ocupan para el riego, pero donde factores como la ineficiencia en este proceso hacen que las pérdidas del líquido sean notables y preocupantes.
Para identificar las prácticas más pertinentes que permitan optimizar el riego en el cultivo de trigo, en la plataforma de investigación Irapuato I —donde colaboran el Distrito de Riego 011 y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— recientemente se evaluaron dos sistemas de riego —riego por goteo y riego superficial— en combinación con dos sistemas de labranza —un sistema híbrido (que combina remoción de rastrojos y labranza en el ciclo otoño-invierno y cobertura con rastrojos sin labranza en el ciclo primavera-verano) y un sistema de agricultura de conservación donde se establecen camas anchas permanentes (las cuales minimizan el movimiento del suelo y mejoran su estructura)—.
“El riego superficial se realizó de forma convencional durante todo el ciclo, aplicando un riego de nacencia y tres riegos de auxilio. Para el manejo de riego por goteo se evaluaron metodologías para conocer el comportamiento del agua dentro del sistema y poder realizar mejoras con el fin de incrementar la eficiencia de aplicación. Para calcular el requerimiento de agua al momento de regar, por ejemplo, se usaron herramientas digitales y también se midieron los metros cúbicos requeridos dentro del sistema híbrido y camas permanentes”, señala el equipo técnico de la plataforma.
Para monitorear adecuadamente las variables consideradas en el experimento, los investigadores se apoyaron de la estación agroclimática que la Fundación Produce Guanajuato ha dispuesto en la zona. Así, con investigación colaborativa, se logró observar que “el volumen de agua aplicado al cultivo de trigo durante el ciclo otoño invierno 2022-2023 fue menor usando riego por goteo y el sistema de camas permanentes anchas”, puntualizan los investigadores.
Los resultados anteriores suman evidencia de con prácticas sustentables sí es posible reducir el consumo de agua sin perder la productividad. El uso de riego por goteo y camas anchas permanentes, por ejemplo, permitió en este caso “ahorrar 12.6 % de agua en comparación con el uso de riego superficial. Esto, más la implementación de láminas de riego adecuadas, monitorear las condiciones del clima y considerar las etapas fenológicas del cultivo son actividades de suma importancia para generar riegos con eficiencias de más de 90 %”, concluye el equipo técnico de la plataforma.
La red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, Agriba Sustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.