Asesora técnica explica con entusiasmo y detalles destacados el proyecto Almacenamiento de Granos y Servicios de Información para la Competitividad Agrícola, que impulsa las capacidades de productores de maíz y granos básicos para comercializar, almacenar y conservar la calidad de los granos y reducir las brechas de acceso a mercados.
Por: Hugo Castellano, consultor de comunicación.
Texcoco, Edo. Méx.- Jessica Viridiana Fernández Galicia, colaboradora del CIMMYT, participó activamente en el proyecto Almacenamiento de Granos y Servicios de Información para la Competitividad Agrícola, que se desarrolla en una colaboración entre el CIMMYT, la Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuarios (Aserca), la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Banco Mundial y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Este destacado proyecto posee un objetivo central: insertar a los productores en el mercado y la comercialización de productos, en general de granos, y en específico de maíz. Esto es posible con innovaciones orientadas a mejorar el sistema productivo y los modelos de negocio diseñados para lograr que el productor tenga un mayor y mejor acceso al mercado, fortalecer las oportunidades comerciales e incentivar el desarrollo en la producción.
La asesora técnica del proyecto enfatiza que los procesos de éxito desarrollados dentro de él han permitido vincular y generar modelos de negocio que favorezcan el desarrollo económico de productores mexicanos, especialmente de maíz, como la Organización de Productores de Jantetelco, Puebla. A través de la asistencia de los productores a las capacitaciones realizadas en el marco del proyecto, el modelo de negocio generado por esta organización se ha convertido en una referencia para los productores de la región.
Otro elemento importante que aporta es la vinculación efectiva de los productores dedicados principalmente al cultivo de maíz. Actualmente, el problema de la dependencia de algunos granos básicos en México plantea a técnicos, productores, distintos eslabones de la cadena agroalimentaria y el CIMMYT la necesidad de enfocar esfuerzos para brindar alternativas a los agricultores para que mejoren su productividad y competitividad.
El proyecto busca reducir esta problemática y brindar herramientas para que el productor pueda vincularse efectivamente al mercado de granos, identificar modelos de negocio y oportunidades de mercado y utilizar la información de las cadenas de valor para visualizar estrategias que impulsen la eficiencia de sus modelos de negocio para mejorar su ingreso y generar bienestar.
Su labor se desarrolla en un esfuerzo conjunto, no sólo interinstitucional. Es una iniciativa donde mujeres y hombres aportan sus conocimientos de forma integrada. Fernández Galicia conoce las características del proyecto y señala que su importancia se debe a los modelos de negocio que utiliza para “insertar a los productores en el mercado con innovaciones que ellos pueden adoptar teniendo las herramientas y las capacidades para poder permanecer en él”.
Dentro del proyecto, el CIMMYT tiene como objetivo ayudar a los productores con modelos de negocio y de mercado, asistiendo también en la posibilidad de generar información. Esta información es valiosa para facilitar la toma de decisiones e impulsar no sólo al productor, sino al entorno local y a los actores vinculados al modelo de negocio. El proyecto va más allá de promover capacidades en los productores para la gestión de centros de almacenamiento de granos, también busca generar que los agricultores tengan mayor poder adquisitivo y rendimiento y que “mejoren sus condiciones de vida”.
La iniciativa, comenta la asesora técnica, busca “reducir el número de intermediarios para que el productor pueda tener una relación más directa con el mercado y una ventana de oportunidad” mayor. En ese sentido, el trabajo conjunto que realizan Aserca, la SADER y el CIMMYT se proyecta como una estrategia para impulsar el bienestar de los pequeños productores, contribuyendo con herramientas que les permitan tomar decisiones para mejorar su calidad de vida.
“Hemos identificado que una de las cosas más importantes que los productores buscan es satisfacer sus necesidades económicas para acceder a una mejor vida. Entonces, lo que hacemos en esta labor en colaboración es incrementar las posibilidades de los productores” para que lleguen al mercado de modo más directo. Esto mejora su capacidad efectiva en el “manejo comercial y de grano, para que puedan reducir sus mermas y logren manejar un inventario correcto. Una de las problemáticas que identifiqué personalmente es que el productor suele decir que tiene, como ejemplo, 30 toneladas en la bodega. Pero cuando llega un cliente y le dice ‘pues me llevo las 30 toneladas’, a la hora de hacer el pesaje y sacar el grano, se dan cuenta de que —tal vez— ya no son 30, sino 25 o 24 toneladas. Esto se debe al mal manejo del grano que muchas veces se tiene dentro de los centros de almacenamiento”, comentó la especialista.
Fernández Galicia se dedica ampliamente a estas investigaciones con perfil técnico y desarrolla una labor clave: identificar todas esas problemáticas en el proceso que a primera vista están cubiertas, pero que la realidad muestra que no es así. “Muchas veces este tipo de cuestiones técnicas que para nosotros como asesores pueden suponer obviedades no son así para los productores”, es por eso que el acompañamiento que los asesores han brindado a los productores ha sido fundamental para asegurar el éxito de los modelos de negocio.
También mencionó la importancia de descubrir la innovación, en el modo de hacer las cosas, y de ayudar a crear esas iniciativas que pueden generar mayor valor integral para los productores y sus cosechas. La innovación y el acompañamiento técnico del CIMMYT también abarcan un aspecto central: conservar la calidad del grano. “Entre las cuestiones a las que se enfrentan los productores en la comercialización está que sus clientes les reclaman por casos como los de grano quebrado o con enfermedades propias del grano. Esto desmotiva a los productores, pues piensan que no hay posibilidades de mejorar los procesos poscosecha. Sin embargo, al vincularlos con la información y la investigación que se ha hecho en el CIMMYT, la visión y las expectativas de los productores cambian. Con este apoyo técnico y de conocimiento que brindan Aserca, la SADER y cada uno de los aliados del proyecto, se logra que los agricultores mejoren la calidad de sus productos y, por tanto, obtengan mayor valor por lo que están comercializando.
Este proyecto tiene objetivos, inclusión, metas y protagonistas. Hay muchos productores que buscan crecer, y mujeres como Jessica Viridiana Fernández Galicia, experimentada colaboradora del CIMMYT, ayudan a lograr estos objetivos para impulsar el desarrollo de los productores.