Con los resultados de seis años de estudios en la plataforma de investigación San Miguel Tlacamama, en Oaxaca, Fermín Martínez ha documentado que no es suficiente dejar los residuos agrícolas sobre las parcelas de la zona, sino también es necesario diversificar los cultivos para que los productores del municipio vean mejores resultados al optar por sembrar con agricultura sustentable.
Fermín es profesor investigador del Centro Regional Universitario Sur de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) y responsable de la plataforma de investigación San Miguel Tlacamama, que está en la costa del estado mexicano de Oaxaca. Allí, en dicha plataforma, colaboran la UACh y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para generar recomendaciones pertinentes, basadas en evidencia científica, para que los agricultores de la zona mejores sus cosechas.
“Trabajamos para agricultores de pequeña escasa, entonces prácticamente lo que ellos buscan es producir alimentos para el autoconsumo, así que nos hemos enfocado en eso, pero cuidando el suelo, con coberturas, con diversificación de cultivos con lo que prácticamente hemos logrado que reduzcan significativamente las quemas agrícolas que prevalecen en el sistema convencional”, señala Fermín.
“Al trabajar en laderas tenemos un fuerte problema que es la erosión, por eso dentro de las prácticas que promovemos están las coberturas para proteger el suelo. Si el suelo está descubierto la lluvia provoca escurrimientos que se llevan el suelo, lo que no ocurre con un suelo cubierto”, enfatiza el investigador.
“Además de las coberturas implementamos fertilización fraccionada —aplicando el fertilizante en los periodos de mayor consumo de nutrientes—, fertilización orgánica, manejo agroecológico de plagas y enfermedades, conservación de granos almacenados con tecnologías herméticas poscosecha y la diversificación de cultivos que tiene diversos beneficios”.
“El hecho de que aparte del maíz los agricultores locales puedan producir otros alimentos como frijoles, ajonjolí o jamaica, ya tiene un impacto positivo en la seguridad alimentaria de las familias, pero también a otros niveles. Un ejemplo: en la región se cultiva ajonjolí y el ajonjolí tenía la problemática de una enfermedad causada por hongos que ellos le llaman “pata negra” y, bueno, a través de la colaboración en esta plataforma encontramos soluciones”, relata Fermín.
Sobre el papel de las plataformas de investigación, señala: “Es fundamental que la investigación que se hace en estos espacios responda a las problemáticas de los agricultores locales porque, si bien es cierto que en ocasiones esas problemáticas nos llegan de manera directa a través de los técnicos, nosotros debemos buscar las soluciones tanto para los técnicos como para los agricultores. Entonces, ahí precisamente radica la importancia de estos espacios porque son un puente entre la ciencia y los productores”, concluye Fermín.
La red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, Agriba Sustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.